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Religión

Presunta representación de La Última Cena en los Juegos Olímpicos sería blasfemia: sacerdote

Jaime Aguilar, vicario general de la Diócesis de Mazatlán, llama a la reflexión dentro de la Iglesia sobre cómo transmitir el mensaje cristiano sin ofender a otros
28/07/2024 12:52

MAZATLÁN._ Si en la inauguración de los Juegos Olímpicos de París 2024 se hubiera representado “La Última Cena”, como se discutió principalmente en redes sociales, habría sido una blasfemia, afirma el Vicario de la Diócesis de Mazatlán, Jaime Aguilar Martínez.

La ceremonia fue polémica para algunos, sobre todo por la participación de integrantes de la comunidad LGBTQ+ y drag queens.

En Sinaloa, el vicario general de la Diócesis de Mazatlán, Jaime Aguilar Martínez, se manifestó sobre el acto señalando que sí puede llegar a ser una blasfemia o sacrilegio lo hecho por estas personas, ya que siente que se falta al respeto a su causa.

“Ciertamente, para el punto de vista de la Iglesia, sí es una blasfemia o un sacrilegio respecto a parte fundamental de donde está la fuente y la vida del cristiano católico, ortodoxo o anglicano, entonces, sí es una fuerte experiencia para la Iglesia”, dijo.

“Sabemos que ellos (la comunidad LBGTQ+) buscan sus derechos y no hay ningún problema, pero los derechos se buscan sin lesionar a terceras personas; han logrado mucho, pero si lo hicieran sin dañar otras cosas, entonces quedaría más claro que son derechos que se buscan de forma más honesta, justa, sincera y para una convivencia mejor”.

El Padre Aguilar Martínez añade que este agravio no solo es culpa de las personas que hicieron su mala representación en un foco tan importante como son los Juegos Olímpicos, sino que cree que se deberían hacer una reflexión también dentro de la Iglesia sobre cómo están dando el mensaje del Señor al mundo y cómo deberían llegar a más personas de todo género y raza.

“Es un hecho que algunos no quisiéramos que pasaran este tipo de cosas; la Iglesia como fuente teniendo a nuestro Señor Jesucristo en la eucaristía, vamos a pedirle al Señor por este agravio, ya que dicho agravio no es únicamente por lo que ellos hicieron, el agravio también es porque no se cuida este punto tan bonito y se ha vandalizado por otras personas, porque quizás no ven algo bonito y grandioso en ellos; entonces, llamar a una reflexión al interno de la Iglesia para ver el cómo estamos presentando ante el mundo la fuente de nuestra vida cristiana”, señaló.

Sobre si piensa que fue un error por parte del Comité Olímpico dejar que las personas LGBTQ+ hicieran esta presunta representación de La Última Cena, el sacerdote mencionó que no cree eso, ya que en estos tiempo está muy globalizado el tema de los derechos e inclusión, por lo que entiende que a veces tienen que ceder un poco en esa cuestión.


Lamentan violencia y muerte de Melesio Cuén

El vicario general de la Diócesis de Mazatlán expresó además su pesar por la violencia que se vivió hace unos días en Culiacán, que terminó con la muerte de Héctor Melesio Cuén, líder del Partido Sinaloense, señalando que tiene fe en que la violencia no regrese ni se apodere del estado, pues llama a las personas a tener momentos de reconciliación entre la sociedad.

“Es lamentable que este tipo de cosas sucedan; la Iglesia esta semana hacía una reflexión sobre la parábola de la semilla y la cizaña, que nos dice que a veces existe la duda en las personas y eso puede generar la violencia; muchas veces hasta parece que nuestra vida vale 500 o 600 pesos por decirlo así, y es algo que está mal. Lo que es un hecho es la muerte de una persona y eso nos habla que no es tan fácil quitar de raíz el tema de la violencia”, expresó.

“Yo creo que es más la cuestión de la unidad desde todos los ángulos, ya que ciertamente la Iglesia no solamente es la cuestión de rezar, también tiene manera de como hacerse presente y ayudar a las personas. Esperemos que la violencia que no regrese, ojalá que ya no se susciten más casos así y que esto no sea un foco que encienda otras situaciones en el País; ojalá que pudiera haber maneras de cómo ir orientando esta mala experiencia, para expresarse en momentos de reconciliación y descubrir cómo caminar más como sociedad”.