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Iglesia

Obispo de Mazatlán llama a buscar entendimiento, armonía y unidad en la familia

Monseñor Mario Espinosa Contreras invita a construir una comunidad sin fracturas, divisiones, rechazos o divisiones desde los hogares

MAZATLÁN._ El Obispo de la Diócesis de Mazatlán, Mario Espinosa Contreras, enfatizó en que un elemento importante de la palabra de Dios y de la eucaristía es el procurar estar formando comunidad, como lo hicieron los apóstoles y primeros discípulos de Dios, que se caracterizaban por buscar el entendimiento, la armonía y la unidad, práctica que debe adaptarse a la convivencia familiar.

“Es algo que debemos buscar, sobre todo en cada familia, debe ser el propósito principal del padre y de la madre, que en sus casas haya un fundamental buen entendimiento y mutua ayuda y unidad, porque si existe esa armonía, todo lo demás puede sobrellevar, en cambio cuando pueda haber muchas cosas materiales, pero hay desavenencias, falta lo principal en aquel hogar”, expresó.

Por ello resaltó que debe ser una misión de padres y madres entenderse entre ellos y buscar que en su familia haya entendimiento y perdón cuando se necesite y que haya reconciliación cuando haga falta, para que prevalezca siempre la armonía en el hogar, lo que considera el bien más grande que tiene un hogar.

Espinosa Contreras mencionó como la armonía de los hogares trasciende al entorno y es algo fundamental, pues se enfoca en que no haya fracturas, divisiones, rechazos, marginaciones, sino que se vaya construyendo entre todos una verdadera comunidad.

Invitó también a los feligreses a imitar a esa primera comunidad cristiana formada por los apóstoles y discípulos de Jesús, quienes eran asiduos a la formación, a la luz de la palabra de Dios, de lo que Dios había revelado, de lo que Cristo había revelado, tema que enseñaban y la comunidad procuraba estar atenta a su enseñanza, apostando así a la formación continúa.

“Es algo que nos invita a todos nosotros, a procurar siempre crecer en nuestra formación en todo sentido, pero también la formación como discípulos de Jesús, que no termina, que es inagotable, como todas las formaciones y en todas las profesiones y en toda vida debemos estar siempre en formación permanente, siempre aprendiendo, siempre conociendo más, porque el mundo de la ciencia y el mundo del Evangelio y la palabra de Dios son inagotables”, mencionó Espinosa Contreras.

Exhortó a los presentes a vivir el amor y la apertura a las Sagrada Eucaristía, a la Santa Misa y asistir al menos una vez a la semana, ya sea el domingo o su día de descanso entre semana y cumplir esa intención de la misa cada 8 días, donde se alimenta el amor del padre, la gracia de Jesucristo y la asistencia a la fortaleza del Espíritu Santo.

“También otro rasgo fundamental de la primera comunidad cristiana, es la solicitud por los pobres y los enfermos, siempre vamos a tener cerca de nosotros enfermos, necesitados, personas solas y con ellos debemos manifestar nuestra caridad, nuestra preocupación, en la medida de nuestras posibilidades y ese es un rasgo fundamental del discípulo de Cristo”, dijo.

Espinosa Contreras narró como Jesús dio a los discípulos el don de perdonar los pecados, cuando en el segundo domingo se manifestó con ellos en el cenáculo y les dijo “reciban al Espíritu Santo, a los que les perdone los pecados, les quedarán perdonados” y fue ahí donde entregó el señor ese sacramento tan hermoso, tan importante, de acercarse sacramentalmente a manifestar las faltas y al mismo tiempo recibir la misericordia de Dios y el perdón de los pecados.

Expresó que aquellos que están impedidos por alguna razón a recibir el sacramento o la penitencia, pueden también obtener perdón de sus pecados por medio de la caridad hacia los más vulnerables y necesitados.

“El que hace la caridad sus pecados también le son disminuidos, entonces no podemos decir que haya una persona que esté dejada de la mano de Dios, si alguien por x o z no puede confesar se puede hacer la caridad y la caridad le va a perdonar también sus faltas y lo va a purificar”.

“Eso es hermoso y es la grandeza de la misericordia divina, que quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento, a la verdad, pero hoy se nos da explícitamente esa enseñanza en el Evangelio, que el señor confió a los apóstoles el perdonar los pecados en su nombre”, agregó Monseñor.

Al finalizar la santa misa y concluida la Eucaristía, el Obispo renovó los votos de compromiso de vivencia de la Tercera Orden de Hermanos Franciscanos.

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