"Microplásticos: el alimento tóxico que amenaza la vida en los mares"
¿Qué tanto de un plato de mariscos es comida real y qué tanto es comida sintética? Es una pregunta difícil de contestar.
Lo que sí es real es que los desechos plásticos llegan a los océanos no sólo en dimensiones visibles, sino en proporciones diminutas que pasan inadvertidas y son confundidas con alimento por todo tipo de organismos marinos, los cuales a su vez llegan a nuestra mesa a través de las pesquerías, y por supuesto, a nuestros estómagos.
La doctora Lorena Ríos Mendoza, especialista en contaminación química ambiental, es quien hace la advertencia con la intención de poner en alerta a la población y a los gobernantes sobre el problema de los microplásticos, que han sido declarados residuos tóxicos en Canadá y otros países.
Más del 80 por ciento de los residuos que van a parar al mar son plásticos, alertó.
"De no cambiar la forma en que usamos este material, para 2050 tendremos más plásticos que peces en los océanos.. Eso es de miedo", expresó en entrevista, durante su reciente visita a Mazatlán donde impartió un curso a estudiantes y especialistas sobre el análisis en laboratorio de microplásticos.
Invitada a este puerto por el Instituto de Ciencias del Mar y Limnología de la UNAM, la investigadora de la Universidad de Wisconsin subrayó que los microplásticos, que son los que miden menos de 5 milímetros, no sólo provocan daños a la salud de quien los consume (sean animales o humanos), sino que pueden interferir con los procesos de reproducción.
"Entre más chico sea el plástico, más fácilmente se confunde con la comida natural en el medio ambiente, acuérdate que en el océano todo lo que flota es comida; estos plásticos empiezan a absorber los compuestos tóxicos que están en el medio ambiente, y muchos de ellos pueden producir cáncer, tumores o disrupción endocrina, la función que controla principalmente el sexo tanto en humanos como otros organismos".
En las especies marinas se ha visto que en niveles muy pequeños, el masculino empieza a pensar que es femenino porque estos compuestos tóxicos son mímicos de las hormonas femeninas, explicó la especialista.
Y de esta forma, continuó, tenemos que en el sistema endocrino cambia la sensación hacia el cerebro; mientras en el femenino también provoca alteraciones y ahí se puede terminar la reproducción.
"Esos problemas no sabemos cómo van a llegar hacia los humanos. Vamos a suponer que un pez se come una partícula de plástico, que tiene sus contaminantes: el problema va primero hacia el pez en su sistema endocrino; cuando nosotros comemos ese pescado, el problema va a hacia nosotros".
Pero cuando el pez muere en el océano, es posible que libere esa partícula con plástico y el compuesto sea modificado para ser más tóxico.
De esta forma, señala Ríos Mendoza, los efectos que estos procesos generen en el futuro aún no se tienen muy claros por la ciencia, pero lo que sí es urgente es frenar la fuente del problema, que es la producción y desecho de los plásticos proveniente de los humanos.
Contaminación en estero de Urías
Como parte de su estancia en Mazatlán, la doctora Lorena Ríos recorrió algunos puntos claves junto a investigadores de la UNAM, quienes tomaron muestras para estudiar la presencia de microplásticos en los ecosistemas.
Y fue en el estero de Urías donde, en una primera observación, se detectó la proliferación de plásticos, además de contaminantes como gasolina, grasa y aceites derivados de la actividad portuaria y pesquera.
"Estos materiales contaminantes son absorbidos por los plásticos, y sí podríamos decir que están limpiando el ecosistema, pero cómo le decimos a los organismos: no te lo comas porque está contaminado", añadió la experta.
Al hablar de comunidades pesqueras, dijo que se ven particularmente afectadas por esta problemática, toda vez que en las zonas donde antes se concentraba sólo alimento ahora se acumulan microplásticos tóxicos, que son consumidos por los peces y por todos los organismos marinos.
Limpiar las playas no es la solución
Derivado del estilo de vida actual y la industria moderna, nos encontramos "nadando" en plástico: en la ropa, en productos cosméticos, en los envoltorios de alimentos y en un sinfín de productos que van a parar al mar, por lo que la solución no es limpiar las playas, aseguró Lorena Ríos.
Junto a su equipo de investigación, ha explorado la Gran Mancha del Pacífico, una "isla" compuesta por toneladas de plástico que se mueve entre Hawaii y Long Beach frente a las costas de Estados Unidos, donde las consecuencias del uso indiscriminado del plástico son impactantes.
"La limpieza de playas, yo lo he comprobado en mis estudios, no soluciona el problema; cada año se invierte mucho dinero en limpiar las playas para que se vean bonitas, pero al siguiente año los niveles de plástico son los mismos: la solución es parar la fuente, que somos nosotros".
Se refirió a la propuesta de las 4 "R": reusar, reciclar, reducir, pero sobre todo colocó el énfasis en la cuarta "R": rechazar.
Dejar de usar el plástico es la mejor manera de hacerle frente a esta amenaza. Aunque reconoció que hay mucho por hacer, exhortó a los ciudadanos a empezar por pequeñas acciones, como usar su propia bolsa para ir al súper o rechazar el uso del popote, hasta fomentar la creación de políticas públicas de prohibición y sustitución del plástico por materiales más sustentables.
PERFIL
Doctora Lorena M. Ríos Mendoza
Es una investigadora mexicana, pionera en el estudio de la contaminación por microplásticos en los ecosistemas marinas. Es química egresada de la UNAM. Cuenta con maestría en medio ambiente doctorado en electroquímica marina por la Universidad Autónoma de Baja California, sede Ensenada. Actualmente, es profesora asociada de química de la Universidad de Wisconsin en Estados Unidos, donde ha realizado estudios de la Gran Mancha del Pacífico y en otras zonas, desde 2003.
QUÉ SON LAS 4 R
REUSA los plásticos que sean durables, los utensilios, contenedores, botellas, bolsas y otros artículos no tóxicos. Escoge vidrio, papel, acero inoxidable, madera, cerámica y bambú sobre el plástico.
REDUCE tu huella plástica. Elimina el consumo de bienes que contienen excesivos envoltorios y elementos de plástico. Si terminarán en el bote de basura, no los compres.
RECICLA lo que no puedas rechazar, reducir o reusar. Pon atención al ciclo de vida completo de los artículos que usas en tu estilo de vida, desde el origen hasta su manufactura, distribución y disposición final.
RECHAZA todos los artículos de plástico cuando y donde te sea posible. Escoge artículos que no están empaquetados en plástico, carga con tus propias bolsas, contenedores y utensilios.
FUENTE: THE PLASTIC POLLUTION COALITION