"Los palaperos se van de las playas de Mazatlán, les afectó la remodelación del malecón, aseguran"
Tras cuatro meses de cierre de manera escalonada de la zona costera de Mazatlán, los palaperos y restauranteros se ven obligados a cerrar sus negocios, pues el acceso a ellos es imposible, aseguran.
El malecón de Mazatlán, considerado uno de los más largos del mundo con aproximadamente 8 kilómetros de longitud, desde Olas Altas hasta el final de la Avenida del Mar, luce hoy una nueva cara.
Los trabajos de remodelación iniciaron en junio de 2017 y quedaron listos en abril de este año.
Tras el proceso de remodelación un sector resultó afectado, aquel que se encarga de atender al turista de playa: los palaperos o restauranteros.
Ellos se establecen en la playa de la Avenida del Mar, que va desde el Monumento al Pescador hasta la zona de disco Valentino.
Estos desaparecen y cambian de lugar, algunas de sus áreas son derrumbadas por la ampliación del malecón, incluso escaleras quedan bajo el nuevo piso.
No les reconstruyeron sus palapas y accesos, como escaleras tampoco. Ellos aseguraron que les prometieron ayuda para solventar el tiempo de demora, pero tampoco llega.
Rosalva Gil lleva más de 30 años atendiendo su restaurante y es actualmente líder del resto de los palaperos. Se ha reunido junto a ellos con representantes del Ayuntamiento de Mazatlán para externar los problemas que acarrea la nueva remodelación.
“Quedó muy bonito, sí, todo se ve muy bien, pero ¿para qué? Ahora en Semana Santa casi no vinieron las familias como antes”, aseguró.
Pueden tener faltas de atención, fallas en las promesas que se les hizo, pero lo que más lamentan es la falta de estacionamiento en el malecón, agregó.
Sus proveedores no pueden realizar entregas tan necesarias para el funcionamiento básico, como el ser surtidos por el gas, hielo, entre otras; pues no es tan fácil de estacionarse como antes.
Los casi 18 propietarios de palapas afirman lo mismo, que sus ventas han caído hasta en un 40 por ciento, y todo por este mismo problema.
La Semana de la Moto también no fue como lo esperaban, señalan, pues solo un 20 por ciento de los asistentes los visitó en sus negocios.
Con un costo aproximado de 37 millones de pesos en la remodelación, los restauranteros sienten que la inversión más costosa es la baja de sus ventas.