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Comunidad

La Chicayota: Un recorrido por los vestigios de la erupción de un volcán y la Era del Hielo

Durante el recorrido, los visitantes podrán conocer las ocupaciones humanas culturales que se sucedieron en la zona de Las Labradas desde el cinco mil antes de Cristo

SAN IGNACIO._ La comunidad de La Chicayota es de reciente aparición, pero el territorio ya había sido caminado por el ser humano desde hace mucho tiempo, otras civilizaciones habían ocupado ese espacio y civilizaciones muy antiguas dejaron una huella imborrable, tan similar a la que la misma naturaleza dejó en el lugar.

Con la declaratoria de Las Labradas como Zona de Monumentos y la intervención del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), estos vestigios se han ido rescatando y caminar el territorio de la mano de un conocedor puede exponer lo que le ocurrió a este sitio, incluso hace millones de años.

Jesús Gibran De La Torre Vázquez, arqueólogo encargado del Museo Arqueológico de Mazatlán ha dedicado su preparación y conocimientos en contar esta historia incontable número de veces, en ocasiones a estudiosos y otras tantas a curiosos que se embarcan en una aventura de ‘senderismo rupestre’.

“La actividad se llama ‘senderismo rupestre’ y básicamente consiste en llevar a la gente interesada en este tipo de actividades en contacto un poquito más con la naturaleza, no tan turístico un poquito mas petit comite, llevar a la gente tanto el entorno natural como los vestigios culturales que hay sobre el arroyo La Chicayota”, mencionó.

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“Empezamos en el pueblo vamos platicando de las plantas, vamos platicando sobre la geología del lugar y al final terminamos haciendo un recorrido que cubre desde un millón de años atrás con la explosión del Volcán Tepazquiahui (o también conocido por los pobladores de los alrededores como “Cerro Prieto”), pasando por los grandes deshielos de la Edad del Hielo, que dejaron toda la piedra de río que podemos ver en la zona arqueológica”.

En este andar a través del monte, Gibran también instruye a los interesados sobre las ocupaciones humanas culturales que se sucedieron en la zona de Las Labradas desde el cinco mil antes de Cristo, con las primeras sociedades de cazadores que se asentaron en esta región hasta la cultura Aztatlán, pasando por el periodo post Aztatlán y el final abandono de Las Labradas en el año 1250.

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“Al final del recorrido se llega al petrograbado del caimán, que es el petrograbado más grande que hay en toda la región es un petrograbado de metro y medio por un metro, es decir aquí en la zona abierta al público de Las Labradas no tenemos un petrograbado de esas dimensiones”, precisó.

Todo lo que se descubre en las palabras del arqueólogo, provoca sorpresa en sus guiados, a quienes en la mayoría de los casos, les resulta impensable creer que pisan un suelo que sufrió los estragos de explosión de un volcán.

“Cuando le explicas a la gente que tan antiguo es la erupción del volcán que dio origen a Las Labradas, cuando les explicas que aquí también se dio la Edad de Hielo, que aquí apenas a 25 kilómetros hemos encontrado piezas fósiles de la Edad de Hielo, yo creo que esos son los datos que les llaman muchísimo la atención”, detalló.

“Eso aunado a las ocupaciones humanas sobre todo las más antiguas que tenemos aquí en la región, que son entre el 7 mil o el 5 mil antes de Cristo, es decir hace 7 mil o 9 mil años creo que eso llama muchísimo la atención”.

El recorrido formó parte del programa del evento por el Equinoccio de Primavera del 2024, en la zona arqueológica de Las Labradas, en San Ignacio, donde un grupo de cinco personas tuvo la posibilidad de descubrir todo lo que el Senderismo Rupestre ofrece.

“Tener menos gente nos permitió ir a otros petrograbados que no había podido tener la oportunidad de llevar a la gente, me dio cierta libertad y me los lleve por un recorrido más complicado pero donde pudimos apreciar otros dos o tres petrograbados extras al que se iba a conocer”, explicó.

Este recorrido puede programarse para escuelas a través del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), en las oficinas de Culiacán, es recomendado para grupos grandes, con la característica de ser un recorrido cultural no turístico con duración aproximada de tres horas.