|
Denuncia

Guadalupe Valle Sánchez clama por sus hijas

La madre de las hijas del ex Alcalde de Mazatlán, Jorge Rodríguez Pasos, narra su calvario y su lucha para recuperar a las dos menores

Un llamado al ex Alcalde de Mazatlán, Jorge Alberto Rodríguez Pasos, a que si realmente quiere a sus hijas que se las devuelva a su mamá y que las autoridades procedan legalmente contra el también ex Diputado federal por esta sustracción de las menores que ocurrió desde hace dos años, hizo la madre de las niñas, Guadalupe Valle Sánchez.

“Yo le hago un llamado a Jorge Rodríguez Pasos a que si realmente él quiere el bienestar y ama a sus hijas que por favor me las regrese, que él mejor que nadie sabe cuánto yo las amo, que cuánto he buscado la manera que esto se solucione pacíficamente, que esto se solucione a través de las autoridades”, dijo Valle Sánchez en entrevista ante este diario.

“He seguido y he sido muy paciente de todo el proceso legal que he estado siguiendo y le hago un llamado a todas aquellas personas que lo han visto o saben dónde él está que por favor se apiaden de mí, de mis hijas, y que por favor me ayuden a reportarlo a las instituciones correspondientes”.

Narró que tiene más de dos años sin ver a sus dos hijas, América Guadalupe y Ximena Sarahí, de 14 y 7 años de edad, respectivamente, pues Rodríguez Pasos las sustrajo de su domicilio en este puerto y considera que las tiene manipuladas en contra de ella.

“Yo he sido muy respetuosa de todos los procesos legales que se han estado siguiendo, hago un llamado a las autoridades, a las instituciones o dependencias de las mujeres que se sumen a mí, que me apoyen, que tomen el caso como si fuera parte de ellos, de su función, soy una madre desesperada que ha luchado contra el influyentismo de una ex pareja que, valiéndose de contactos políticos, funcionarios públicos, reporteros, abogados, han hecho hasta lo imposible por detener este proceso legal”, reiteró.

Valle Sánchez manifestó que hay una Alerta Amber tras un proceso para localizar a sus hijas, las cuales son buscadas por las autoridades correspondientes.

“Yo desconozco su paradero, desconozco en qué situaciones están viviendo, desconozco si van a la escuela, desconozco totalmente dónde él esté y en qué condiciones estén mis hijas, él ha aprovechado cobardemente todo este tiempo para envenenarlas en contra mía”, reiteró la ex pareja de Rodríguez Pasos, del cual dijo desconocer cómo se mantiene, posiblemente de apoyos de los demás familiares de él, pues hasta donde ella sabe, el ex Alcalde de Mazatlán no trabaja actualmente.

Rodríguez Pasos tiene antecedentes de violencia familiar, que en 2002, siendo Alcalde de Mazatlán, lo llevaron a ser desaforado por el Congreso del Estado y relevado como Presidente Municipal.

La madre de sus dos hijas, por las que recientemente la autoridad estatal emitió una Alerta Amber, de búsqueda, se reunió con Noroeste para narrar lo que llamó un calvario que inició hace dos años.

Pidió el apoyo de las autoridades y de la comunidad para ayudarle a ubicar a sus hijas, sustraídas por Rodríguez Pasos.

Agradeció el apoyo que le ha brindado la Secretaria de la Mujer, María Teresa Guerra Ochoa, así como a Consuelo Gutiérrez, Subsecretaria de Acceso a las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, y las autoridades involucradas en su caso.

Sin embargo, reconoció que sí teme por su vida. Pese a esto, añadió que no descansará hasta poder recuperar a sus hijas.

$!Guadalupe Valle Sánchez clama por sus hijas

De su puño y letra


Soy una madre desesperada y no encuentro la paz ni el consuelo.

Desde hace ya más de dos años vivo el calvario de haber sido despojada de lo que más amo en este mundo: mis dos hijas, América y Ximena, mismas que tuve en mi relación con el señor Jorge Rodríguez Pasos.

Tristemente me di cuenta muy tarde de la enfermedad de mi ex pareja y del daño que está dispuesto a causarle a las niñas solo para demostrar que él tiene las palancas y las relaciones que dice tener, las cuales las obtuvo a lo largo de su carrera política, además de mentir de manera enfermiza, sin importar el daño que les ha causado a mis hijas.

Desafortunadamente, siendo joven yo, me enamoré y no supe ver los comportamientos negativos de Jorge, ignoré los problemas pasados de mi ex pareja con su familia anterior. Todos esos señalamientos, todas esas acusaciones de violencia familiar que acabaron por sacarlo de ser Presidente Municipal, fueron reales; ahora comparto el dolor y el sufrimiento de sus hijos y de la señora Consuelo Olivas, y veo cuánta razón tenía, porque es exactamente lo que me está haciendo a mí y a mis hijas. Jorge está enfermo, tiene un gran odio, un gran resentimiento contra las mujeres y no tiene ningún freno con tal de hacer y salirse siempre con la suya.

En el tiempo que estuvimos juntos, lo único que hice fue atenderlo como pareja, ayudarlo en sus planes, apoyarlo económicamente y tratar de criar de la mejor forma a mis dos hijas. Cuando me pidió que lo acompañara a participar en campañas políticas lo apoyé y lo ayudé por ser su pareja, pero sus actos y acciones de violencia me mantuvieron como una madre temerosa y sumisa.

Ahora soy testigo de lo que es la violencia doméstica, no solo física, también verbal, emocional y psicológica; he vivido en miedo y pánico de que pueda lastimarme o dañar a mis niñas solo por hacerme más daño. Estoy viviendo un infierno solo de pensar qué tipo de vida han llevado mis hijas pequeñas, ellas necesitan a su madre, han estado huyendo y escondiéndose por más de dos años, no sé dónde viven, qué comen, si están yendo a la escuela, pero aún con más impotencia y dolor veo que no conforme con eso, se ha pasado todo este tiempo envenenando sus corazones con mentiras y sembrando en ellas el odio hacia mí. ¿Cómo es posible que les meta en su corazón que yo no las quiero?, que he sido una mala madre, que soy una bruja, que tengo el diablo en mí y que yo he hecho todo para hacerles daño, al grado que en varias llamadas mis hijas me han ofendido y me culpan, en su inocencia, de esta situación. Cuánta maldad tengo que soportar como madre, cuánta injusticia y burla tengo que tragarme.

He sido calumniada, humillada, agredida verbal y psicológicamente. Jorge se ha escudado en sus relaciones políticas con reporteros, abogados, funcionarios públicos y de más para interferir y detener los procesos que inicié después de estar buscando de manera pacífica una solución a la separación de nosotros, esperé durante meses, busqué con el apoyo de mi abogado que de manera justa lleváramos a cabo un arreglo para compartir la custodia y la educación de las niñas, nunca cumplió su palabra, fui con los abogados que él me indicaba, pero siempre había un pretexto para no concretar el acuerdo, nunca ni siquiera se presentó y solo hizo más daño y nos hizo perder el tiempo.

Le dije en todas las llamadas que yo no quería la casa, ni su carro, yo lo único que quiero es ver y tener a mis hijas conmigo, no me importa nada de lo material, ni de sus cosas, las cuales compramos entre los dos, porque para una madre no hay nada más valioso que el estar con sus hijos; se lo dije mucho y no le ha importado.

Aquí lo reitero: Jorge, yo me salgo de tu casa, que ambos compramos, solo con mi ropa puesta, te dejo todo, pero, por favor, regresa a mis hijas, no las dañes, no las envenenes con mentiras y calumnias.

Cuánto daño emocional han padecido mis hijas, pero eso no lo ves, Jorge, porque prefieres tener la razón y ganar sin importar la vida de ellas, ni su futuro, las has dañado emocionalmente, si realmente amaras a tus niñas, jamás las habrías involucrado en diferencias de pareja, mis hijas no son moneda de cambio y tú faltaste a todos los acuerdos que teníamos.

Sé que has hecho todo para que las niñas no estén conmigo, sé que has amenazado y detenido los procesos legales, sé que solo has estado engañando, mintiendo a los funcionarios para que esa justicia no llegue, pero gracias a Dios la verdad está saliendo a la luz.

Gracias a Dios estoy llevando mi caso ante las más altas autoridades de protección de la mujer, y no voy a parar hasta el día de mi muerte, para que me regreses a mis hijas y, si Dios quiere, con el tiempo sanaremos las heridas que de manera cobarde les has sembrado.

Ahora sé lo que es ser una mujer y sufrir el abuso por parte de un hombre, ahora sé lo que es la violencia doméstica y el daño que significa. Como yo, hay muchas otras madres desesperadas por dar con el paradero de sus hijos e hijas. Por favor, este es un grito desesperado para que las autoridades me ayuden a encontrar la paz y reencontrarme con mis hijas, por piedad y por humanidad les pido todo su apoyo, a mí no me interesa causarle ningún daño a Jorge, no me interesa saber ni tener nada qué ver con él, solo quiero a mis pequeñas conmigo, y dejo todo lo que supuestamente es de él o era de nosotros, para que nos deje vivir en paz.

Temo por mi vida y la de ellas, no puedo estar tranquila por que sé los alcances que él tiene, sé la clase de amigos que dice tener, soy una madre sola, que vivo con mi madre para hacernos compañía, con el miedo de que un día llegue y nos haga daño, nos lastime y le echen la culpa a alguien más, como suele ser su forma de ser. Le ruego a la autoridad que nos ayude y nos protejan.

Si algo me sucede a mí, a mi madre o a mis hijas, el único responsable es Jorge Alberto Rodríguez Pasos.

Él se escuda y se burla de mí diciendo que nadie me va a creer, que nadie me hará caso, que él tiene una relación con políticos, funcionarios públicos y con periodistas, esto para evitar que mi súplica sea escuchada.

Le agradezco mucho a la Secretaría de la Mujer del Estado, encabezada por la doctora Tere Guerra y la maestra Consuelo Gutiérrez, a mi abogado y a las autoridades que me estén apoyando a encontrar la justicia.

A las autoridades les pido: ¿Qué madre querría este destino para sus niñas? Señores de la justicia, señores de la seguridad, señores de los medios y de la Policía, todos nacimos de una madre, quien nos crió, quien nos formó. ¿Quién puede hablar mal de un amor de madre? ¿Quién de ustedes permitiría vivir un horror como el que he vivido los últimos años de mi vida?, acusada y privada de ver y estar con mis hijas.

Jorge, por favor, demuestra que tienes corazón, que tienes alma, que tú también ocupas ayuda, devuélveme lo que más amo en esta vida, que son mis hijas. ¿Qué clase de vida es la que les das?, viviendo como prófugo, escondido. Esa es la vida para mis hijas. Déjalas vivir en paz, por amor de Dios.

Si alguna persona de buen corazón se apiada de mí y me puede ayudar a dar con el lugar donde tiene a mis niñas, será recompensada. Por favor, ayúdenme.


Guadalupe Valle Sánchez