El infierno de Alicia se vuelve una lucha contra el abuso sexual infantil
La infancia de Alicia no fue de maravilla...
A los 7 años de edad comenzó un tormento por los abusos sexuales que le infería su padrino y amigo de sus padres.
El agresor, Edvin “J”, traicionó la confianza de la familia y no le importó mancillar a la pequeña durante años.
Alicia se acercó a Noroeste para contar su calvario, para que la gente se dé cuenta de que, en ocasiones, el monstruo vive a diario con la familia.
Ya en la adolescencia, Alicia no soportó vivir la tragedia en silencio y se lo contó a sus padres, quienes la apoyaron en todo desde ese momento.
“Yo sentía mucha vergüenza, yo no sabía cómo hablar del tema, o sea, por años conviví y vi casi diario a este señor y siempre acordándome de eso”, comparte.
“Yo me acuerdo de la campaña en la que veía los comerciales que decían: ‘Mucho ojo, cuéntaselo a quien más confianza le tengas’, yo veía eso y sabía que se referían a mí, que me había pasado una situación similar, pero no lo entendía”.
Fue hasta que un día escuchó que otra niña estaba viviendo lo mismo que ella y ya no pudo más, se acercó con sus papás para contarles. Y aunque fue un momento muy duro y difícil para explicarlo, ellos la comprendieron y apoyaron en todo hasta iniciar un proceso judicial.
El 26 de marzo de 2010, acompañada de sus papás, Alicia interpuso una demanda.
Sin embargo, fue hasta noviembre de 2015 cuando un Juez emitió la orden de aprehensión contra Edvin, quien al enterarse huyó a Estados Unidos.
En 2016, Interpol emitió la ficha roja en 180 países para capturarlo, lo que ocurrió en mayo de 2021 en Tucson, Arizona, en la Unión Americana.
El 13 de mayo pasado Edvin fue extraditado a Sinaloa y el 19 de junio se le internó en el penal de El Castillo, en Mazatlán, donde el 21 de junio le fue dictada la formal prisión.
“Yo llevo prácticamente 20 años viviendo con esta situación, pero apenas hace 11 años empezó la demanda legal en contra de Edvin, evidentemente fue algo muy pesado psicológicamente”, expresa.
“A mí lo que más me tiene tranquila es que esta persona esté detenida ahorita, y que no le esté haciendo daño a más personas, porque para mí simplemente saber que estaba libre, significaba o significa un peligro para la sociedad, la pedofilia es una enfermedad fea”.
Ella asegura que Edvin abusó de más personas mientras estuvo en libertad, ya que conoce a tres víctimas más que fueron presuntamente agredidas por esta persona.
Y aunque su presunto victimario se encuentra detenido, teme que pueda volver a quedar en libertad y que intente huir, ya que tramitó un amparo.
Por esta razón, Alicia hace un llamado al Poder Judicial del Estado para que las investigaciones sigan su curso, y una vez que el Juez lea el expediente del proceso penal 36/2015, radicado en el Juzgado de Primera Instancia del Ramo Penal del Estado de Sinaloa, entienda su preocupación.
“Ahorita estamos con toda la energía y positividad, apelando a que exista justicia y que esta persona no pueda seguir evadiendo la justicia, como lo ha estado haciendo estos últimos 11 años”, comenta.
También hace una invitación a otras jóvenes que hayan sido víctimas de abuso sexual y aún no se hayan animado a denunciarlo, para ayudarlas a cómo hacerlo, pero si no quieren acercarse a la justicia, lo entiende.
Pero insiste: las invita a dialogar con ella o con el colectivo feminista “Perlas del Pacífico”, para recibir apoyo moral de otras mujeres que han vivido el mismo tormento.
Alicia padeció pérdida de confianza, su mente divagaba por vivir intranquila al verlo a diario y recordar los abusos.
A eso se sumaron cambios de humor, en su entorno social, relaciones sentimentales que no cuajaban, hasta que terminó cambiando de ciudad.
Luego de tantos escenarios en contra, Alicia tomó terapia psicológica y fue saliendo poco a poco de una desgracia que la marcó para siempre.
¿Qué dicen los especialistas sobre el abuso sexual infantil?
El psicólogo clínico y psiquiatra, presidente de la Asociación Ayudemos a los Jóvenes A.C., Luis Ángel Salinas Gudiño, pide a los padres de familia prestar atención a los menores, ya que en el 90 por ciento de los casos suelen ser personas cercanas al infante.
“De todas las personas que nosotros hemos atendido, el 90 por ciento son familiares, entre tíos, hermanos, padrastros, el abuelo, papás, incluso, en un porcentaje muy mínimo, la mamá también lo hace”, explica.
“Pero entre los más altos están los hermanos y los tíos”, sostiene.
También los exhorta a estar atentos a cualquier comportamiento que, de un día para otro, cambie en los más pequeños del hogar, como pesadillas, problemas para comer, falta de concentración, desconfianza, si se “hacen” en los pantalones, cambios de humor y, sobre todo, el cómo juegan, pues es ahí donde se puede descubrir si los menores están viviendo alguna situación de peligro.
“También puede empezar a aislarse, a no tener contacto con las personas o los adultos, sobre todo. Si antes no tenían problemas para quedarse con alguien y de repente se presenta con dificultad o desconfianza para comunicarse o quedarse solo con un adulto, ojo ahí”.
Pero más que nada, Salinas Gudiño invita a los padres a acercarse con un especialista para poder hablar con los infantes desde temprana edad, para que ellos sepan cómo prevenir el abuso, de una manera en la que puedan comunicárselo de acuerdo a la edad de su hijo.
“La educación sexual también se debe dar no solamente en la escuela, sino también en casa, en donde se debe enseñar cuáles son sus partes, cuáles están permitidas ser vistas y tocadas, y cuáles no”.
También dice que este tipo de agresiones a la intimidad de un niño siempre generan trastornos, afectaciones en su crecimiento y madurez, a pesar de haber recibido terapia psicológica.
Por ello siempre va a ser indispensable que se acerquen a un experto para tratarlo y continuar con una vida tranquila para cerrar el ciclo, independientemente de que haya denunciado o no al agresor, y este haya sido castigado.
Violaciones en México y Sinaloa
Datos de la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana correspondientes al segundo semestre de 2020, revelan que entre julio y diciembre de ese año, el 98.6 por ciento de los casos de violencia sexual que sufrieron las mujeres mayores de 18 años en México, no fueron denunciados o no se inició una investigación.
Datos de la Fiscalía General del Estado de Sinaloa refieren que durante 2020 fueron denunciados 199 abusos sexuales en Sinaloa, mientras que en 2019 llegaron a judicializarse 189 casos.