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Campaña de vacunación

Demanda de vacuna contra el Covid en Mazatlán supera dosis y organización y jornada termina en caos

Ciudadanos que manifestaron encontrarse en el lugar entre 7 y 12 horas haciendo fila, dijeron que dormirían ahí para no asolearse un día más y que su espera haya valido la pena
15/08/2021 00:27

Cierre de la vialidad, kilos de basura regada entre las banquetas en las que los rezagados esperaron un turno para ser vacunados, enfrentamientos con policías y personas que se quedaron a dormir afuera del Polideportivo de la UAS, fue lo que se vivió en la jornada de vacunación de este sábado en Mazatlán.

El cual desde la madrugada empezó a generar altas aglomeraciones de personas y varios desmayos por golpes de calor, sin embargo, el momento que rompió con la poca calma que se tenía, fue: cuando se agotaron las vacunas.

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“¡Queremos vacunas, queremos vacunas!”, gritaban inconformes los mazatlecos que no alcanzaron a inocularse este sábado.

Gritaban por todo y contra todos... contra los gobiernos, contra los policías, contra todo aquel que se les pusiera de frente al grado de entrar en un momento de clímax en donde todo indicaba que se verían golpes por todos lados.

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Sin embargo, las autoridades mantuvieron la calma, y los inconformes se tranquilizaron después de dialogar y alegar por alrededor de una hora. Y que bien por ellos, ya que lo agentes ya estaban preparados por si se presentaba cualquier disturbio.

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Por momentos volvían a gritar y hacer reclamos por no haber alcanzado su vacuna.

Algunos reprochaban el porqué no se habían abiertos nuevos macrocentros de vacunación. Otros exigían que los vacunaran ya, porque si no, no los dejarían entrar a su trabajo o a las diversas tiendas del puerto para comprar alimentos.

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Al final, policías municipales resguardaron la entrada del Polideportivo de la UAS para que nadie intentara entrar.

A su vez, ciudadanos que manifestaron encontrarse en el lugar entre 7 y 12 horas haciendo fila, dijeron que dormirían ahí para no asolearse un día más y que su espera haya valido la pena.

Al final se escuchó otra voz: “ojalá no nos llueva porque ahora sí no sé que va a ser de nosotros”, refirió una señora al observar centellas.