"De la Sierra Madre a internet: así funciona el tráfico de loros, pericos y guacamayas"
De marzo a junio es la temporada de reproducción de pericos, loros y guacamayas, animales que durante siglos han servido como animales de compañía en hogares mexicanos, muy apreciados por su capacidad de imitar sonidos y sus coloridas plumas.
Es en estos meses cuando se intensifica el tráfico ilegal de esas aves silvestres, que son arrancadas de su hábitat para ser comercializadas, comentó el delegado de Profepa en Sinaloa, Jesús Tesemi Avendaño, al resaltar que luego de 10 años de la prohibición de su venta, ahora el tráfico clandestino ha encontrado lugar en el ciberespacio.
“Antes era más fácil cuando se vendían estas especies en los cruceros, en las calles, en una tienda típica... Ahora que están las redes sociales se nos dificulta un poco más, por lo que tenemos que monitorear constantemente; para ello tenemos personal que revisa las redes sociales y en páginas de compraventa”, explicó.
Imagen tomada de twitter de Profepa
En México, hay por lo menos 22 especies de pericos y guacamayas pertenecientes a los psitácidos. En el listado de la Norma-059 de la Semarnat, 21 de estas aparecen en alguna categoría de riesgo: once en peligro de extinción; seis amenazadas y cuatro en el estatus de protección especial. Son de las especies que más sufren por la depredación y el comercio ilegal.
Pericos y guacamayas pueden adaptarse a ecosistemas muy variados en regiones cálidas, tanto así que los hay en 26 estados de la República Mexicana, desde las selvas altas del sureste al bosque de encino de la montaña del norte. En Sinaloa, habitan guacamaya verde, el loro corona lila, el loro copete naranja y el loro de frente blanca.
Sigue la oferta porque sigue la demanda
A pesar de que en 2008 entró en vigor la reforma que prohíbe la venta de pericos y guacamayas en México, para evitar el declive de su población, esto no ha puesto freno a la oferta y demanda. Sólo se han modificado las estrategias.
Imagen tomada de twitter de Profepa
Por hablar de un hecho reciente, la Profepa informó en un comunicado este domingo que en menos de diez días se efectuaron dos decomisos de perico frente naranja ofertados por Internet en Mazatlán, sumando 44 ejemplares.
Los primeros eran diez polluelos sometidos a condiciones de estrés y, en el segundo hecho, eran 34 que serían entregados en un predio del municipio de San Ignacio, colindante con el área donde viven las aves, en la Sierra Madre Occidental, en el municipio de San Ignacio, luego de una compra acordada.
Imagen tomada de twitter de Profepa
“En el sitio, al identificar a los inspectores, los presuntos responsables se dieron a la fuga, dejando en el lugar una caja en la que se localizaron a los 34 pericos frente naranja (Eupsittula canicularis)”, agrega el reporte.
Convive la venta legal con la ilegal
En un monitoreo rápido en la red social de Facebook, se pueden encontrar grupos en las que se ofrecen pericos y loros, así como anuncios de personas que preguntan dónde pueden comprarlos. Algunos de estos grupos son los de Venta de mascotas Culiacán, Pasión por los Loros en México y VCDMLX, que no especifican si se cuenta con los permisos.
Tesemi Avendaño reconoció que no existe un diagnóstico de qué tan grande es el mercado ilegal, pero se está trabajando en un padrón de vendedores que se ha detectado por las redes virtuales, así como un conteo de los animales que comercializan. Por estos hechos, dijo, ya se han interpuesto denuncias penales.
“Me queda claro que no todos están haciendo esos actos por redes, pero sí tenemos detectados algunas personas y negocios”, puntualizó.
Sin embargo, no todo el comercio de animales es ilegal. Existen Unidades de Manejo Ambiental (UMA), autorizadas por la Semarnat para la reproducción y comercialización de ciertas especies. Lo que está prohibido, acotó, es extraerlas de su medio natural.
Pero en este caso, las aves deben contar con un anillo de identificación y los propietarios portar la factura, que debe reunir los requisitos señalados en la Ley General de Vida Silvestre.
No obstante, en estos lugares autorizados han encontrado maltrato animal, lo cual es un ilícito, alertó Tesemi Avendaño.
“Hay una legalidad en cuanto a su tenencia, pero también puede haber faltas al trato digno. Cuando las tienen en malas condiciones veterinarias, de salud o físicas, cuando los mutilan; en el caso de felinos les quitan las garras, los colmillos; en el caso de las aves les quitan las alas…”
La venta de especies en Internet está creciendo, abundó el funcionario. Aunque en Sinaloa sólo existe una UMA, los consumidores pueden dirigirse a unidades de otros estados, completar su compra por Internet y recibir el envío por paquetería aérea, lo que hace más complejo su monitoreo.
La compra también es un delito penal
No sólo el que trafica y comercializa especies prohibidas comete un delito, sino también el que compra. Y es un delito federal que alcanza penas de uno a nueve años de prisión, según el artículo 420 del Código Penal.
“El llamado es a dejar de ser parte de esta cadena del tráfico ilegal, que es una de las principales amenazas de la vida silvestre”, advirtió el representante de la autoridad ambiental.
Las multas pueden ser equivalentes a la cantidad de 50 a 50 mil veces la Unidad de Medida y Actualización Vigente. Es decir, de 4 mil 030 pesos a 4 millones 030 mil pesos aproximadamente.
De acuerdo con la organización World Wildlife Fund, el tráfico ilegal de vida silvestre es la segunda causa de pérdida de biodiversidad en el Planeta y es una de las actividades ilícitas más lucrativas, después del tráfico de drogas y de armas.