Angustia en Colombia por desaparición de cuatro niños en la selva
La mañana de este viernes, un grupo de 35 hombres de las Fuerzas Especiales se incorporaron al área de búsqueda de los niños Lesly, Soleiny, Tien Noriel y Cristin, consolidando así un esfuerzo de cerca de 150 hombres entre unidades de las Fuerzas Militares, Fuerza Aérea Colombiana, grupo SAR de la Aerocivil y demás organismos de socorro.
La avioneta Cessna C206, con siete personas a bordo, volaba en las primeras horas del 1 de mayo de Araracuara a San José del Guaviare, en el centro de Colombia, cuando reportó una falla en el motor. Poco después, la aeronave desapareció del radar.
Las autoridades localizaron dos semanas después los restos de la avioneta y los cuerpos de tres adultos, pero no de los otros tripulantes: cuatro niños de 11 meses, 4, 9 y 13 años, todos hermanos.
El Instituto Colombiano de Bienestar Familiar informó que en las próximas horas, desde Antioquia, llegarán a San José del Guaviare cerca de 50 Comandos de Fuerzas Especiales para apoyar la búsqueda de los cuatro menores de edad desaparecidos desde el pasado primero de mayo.
Señaló que en la noche del jueves y la madrugada del viernes, en helicópteros del Ejército Nacional y la Fuerza Aérea Colombiana se realizaron labores de perifoneo que buscan orientar a los niños extraviados.
“En tierra, los comandos usan megáfonos y otros elementos tácticos para reforzar la incansable labor de ubicar a los cuatro hermanos. Es de resaltar la participación y acompañamiento permanente de las comunidades indígenas, quienes apoyan activamente las labores de búsqueda, con hombres y mujeres en tierra e información que pueda llevar a la ubicación de los niños”, señalaron.
Se informó que la directora general del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), Astrid Cáceres, lidera el Puesto de Mando Unificado en Villavicencio, con acompañamiento a las familias de los menores de edad extraviados.
Desde allí se coordinan las acciones y procedimientos necesarios para la protección y restablecimiento de sus derechos, y la atención a las familias de las tres víctimas fatales del accidente.
“La Aerocivil ha dispuesto de acompañamiento sicológico, dentro del apoyo de la Sanidad Aeroportuaria de Villavicencio, para apoyar los esfuerzos del Puesto de Mando Unificado. Finalmente, un equipo de expertos de la Dirección Técnica de Investigación de Accidentes de la Aeronáutica Civil adelanta la recolección de evidencias para determinar las causas del accidente de la aeronave”, detallaron las autoridades.
Los niños, miembros de la comunidad indígena uitoto, han sido identificados como Lesly Jacobombaire Mucutuy, de 13 años; Soleiny Jacobombaire Mucutuy, de 9 años; Tien Noriel Ronoque Mucutuy, de 4 años, y Cristin Neriman Ranoque Mucutuy, de 11 meses.
Su abuelo ha dicho que la mamá y los niños viajaban para encontrarse con el papá de los menores, que semanas atrás había dejado su comunidad por amenazas.
Según el diario El Colombiano, en la selva donde están perdidos los niños hay acantilados, lagunas, climas extremos y el riesgo de toparse con animales peligrosos, que son solo algunos de los elementos que estarían sorteando.
“En el día, los rayos de luz se cuelan entre las ramas de los árboles y hace que el calor sofoque por dentro. Al mismo tiempo, la humedad crece y el ambiente se hace pesado”, había detallado Nicolas Castaño Arboleda, líder de Línea Flora Instituto SINCHI.
En esa región de la selva amazónica los árboles pueden alcanzar hasta los 40 metros –altura comparable a la de un edificio de nueve pisos–. La región es también el hogar de los felinos más grandes de América: el puma y el jaguar. Allí, también, habitan anfibios y reptiles venenosos.
“Existen plantas venenosas, tallos y frutos con espinas. La planta más venenosa se llama Curare y es utilizada por las comunidades indígenas para cazar porque genera parálisis respiratoria”, apuntó Castaño.