Llama Ernesto Coppel a dominar el miedo, a arriesgarse y a aprender a hacer algo
MAZATLÁN._ A dominar el miedo, a arriesgarse y a aprender a hacer algo que les permita lograr lo que buscan llamó el empresario hotelero Ernesto Coppel Kelly al disertar la conferencia sobre “Cómo hice mi primer millón en ventas” como parte de InfoAgro Exhibition 2023, que se realiza del 24 al 26 del mes en curso en el Centro Internacional de Convenciones de Mazatlán.
“Decía Napoleón que nada más había dos motivaciones para el hombre para hacer algo: el miedo y el beneficio personal o los dos, pero a quién les ayuda controlar el miedo, pues a quienes lo controlan, pueden moverse y no consideran al miedo como un obstáculo infranqueable, todo mundo tiene miedo, hay que dominarlo, hay que razonarlo y hay que medir las fuerzas que tiene cada uno, yo soy atrevido, pero no tanto, me fijo primero hasta dónde puedo estirar la liga”, agregó ante decenas de asistentes la tarde de este miércoles.
“Tomo riesgos, quienes están aquí es porque quieren hacer dinero, entonces hay que tomar riesgos y hay que saber a hacer algo, ...creer en ti mismo, atreverte, el mundo necesita personas que hagan que las cosas sucedan”.
En un salón del Centro de Convenciones recordó que durante la Guerra española contra Estados Unidos en 1898 había necesidad de hacerle llegar un mensaje a un jefe español que se llamaba José García, que nadie sabía como era, nada más que se encontraba en la Sierra Mastra y la persona que se lo llevó no preguntó nada, ni quién le iba a dar el dinero, ni cómo le iba hacer, pero a las dos semanas había brincado todos los obstáculos para entregar el mensaje, había tomado iniciativa.
“Esa es la palabra mágica: iniciativa: si no tienen iniciativa no les va a caer el primer millón, así es que si no tienen vayan desarrollándola, ...cuando una persona se decide de manera definitiva a hacer algo la providencia decide también, recibiendo apoyo de personas que jamás hubieran soñado conseguir si no se hubiera tomado la decisión de hacer algo”, continuó el empresario hotelero y desarrollador del nuevo Gran Acuario Mazatlán Mar de Cortés.
“Si vas a hacer algo hazlo hoy porque el atrevimiento tiene al genio por dentro y magia propia, dice Napoleón: la inteligencia más grande es una determinación a toda prueba, para qué quieres ser inteligente si no te mueves, el determinado (se mueve), acepte las cosas aunque sean las más complicadas y eso ya son dones que uno trae”.
Ante decenas de asistentes recordó que ya se dedicaba a las ventas cuando consiguió que unas personas extranjeras de una religión le dieran un contrato para comercializar tiempos compartidos en un edificio viejito que tenían de puros cuartos hoteleros donde hicieron una cocineta a fuerzas, todo muy chico, pero con vista al mar y empezaron a vender muy bien.
“Y a los dos años nos empezamos a quedar sin inventario, estamos hablando del 81, 82 (1981-1982) y le dije Marck necesitamos construir más inmobiliaria, y los mormones no van a construir más, porque el dinero a ellos les llega después que a nosotros, primero cobra el que necesita más la lana que es el que paga comisiones, que en ese caso era yo y al final le pagan a él, entonces el dinero al desarrollador le llega después, entonces no tenían ellos el dinero para invertir en más edificios”, recordó.
Por ello les pidió un terreno de 20 por 20 metros que tenía vista al mar que nadie lo necesitada y ahí diseñaron 20 habitaciones exprofeso para tiempo compartido con una recámara aparte, un baño completo muy grande, una cocineta en forma, un comedor, una sala y terraza, que se vendieron muy bien, recordó.
Lo primero fue convencer a su cuñado Markc que pusiera 150 mil dólares y después convenció a las personas de la religión de los Santos de los Últimos Días para que pusieran el terreno en mención y así lo hicieron.
Arriba hicieron un edificio que pagaron su cuñado y él para venderlo ellos, pagan la comisión y de lo que sobre se dividen la mitad para quienes invirtieron el dinero y la mitad para los dueños del terreno, dijeron que sí porque no pusieron más que el terreno que ya estaba amortizado y no les servía para nada.
“Pues fue un exitazo y para mayo de 1984 ya habíamos vendido lo suficiente para que mi banco me dijera el saldo de tu cuenta es de un millón 20 mil dólares, dije yo: te cae, imagínate que hacía 5 años que debía 14 meses de renta en el callejón Ángel, entonces no era fácil, eso no lo pude obtener más que con un conocimiento de algo nuevo que aprendí y desarrollé bien, no cae sólo”, continuó.
“Ustedes tienen que ver qué agarran y qué desarrollan bien, cada quien se conoce a sí mismo, en este caso fue el bien raíz que empezamos a vender y no fue un millón nada más para mí, un millón para Marck, un millón para Tornad, un millón para Brand, luego otros dos, otro más a cada uno a los tres meses y fue cuando nosotros dijimos que íbamos a ir por nuestra cuenta”.
El secreto fue haber convencido a los dueños del terreno que sin haber invertido ninguna cantidad de dinero ellos también ganaron un millón de dólares, dijo el propietario de la cadena de hoteles Pueblo Bonito con presencia en Mazatlán, Los Cabos, Cancún y San Miguel de Allende.