"Brinda Ignacio Osuna una remembranza de sabor en cada platillo"
Una manifestación de amor, una visión de armonía con el campo, un laboratorio donde se crean sabores, olores y texturas, y formas que rinden honor a cada ingrediente celebrando así la vida, es lo que ofrece en cada platillo el Restaurante Villa Unión Brasa y Masa, creado y dirigido por el chef Ignacio Osuna Vidaurri.
Tras su salida como director del área de pastelería y panificación y de la dirección de operaciones en la empresa familiar de Grupo Panamá, Osuna Vidaurri, se enfocó en crear su proyecto personal, dando asesorías a empresas, una de ellas HEB Supermercados con base en Monterrey, a quienes ayuda en la parte de tecnología de panificación, diseño de procesos, plantas, empacado de alimento, y operación de restaurantes.
Pero el llamado de la carne y el trigo lo seguía llamando, por lo que el 2018, decide abrir su propio restaurante al que llamó Villa Unión Brasa y Masa, proyecto en el que hoy está concentrado, y que desde su apertura hace casi dos años, ha sido bien recibido por el paladar exigente del sinaloense.
La inspiración
“Vengo de una familia restaurantera, y panadera, por ende estoy en el negocio de la hospitalidad, en lo personal yo nunca había dirigido un restaurante como tal, eso lo hacía mi hermano Luis, así que Villa Unión surge por el deseo de tener un restaurante propio.
El restaurante expresó el chef, es un proyecto personal cargado de la historia del que lo está haciendo, en el que refleja y resalta sus vivencias, sus viajes, inclinaciones gastronómicas culinarias, es simplemente lo que a Ignacio le gustaría finalmente recibir en una mesa.
“A mí me encantan las carreteras, los procesos tradicionales, el sentir que están haciéndolo para mí, por eso Villa Unión es más una remembranza a lo que hemos perdido, esas esas largas charlas con un platillo hecho de manera tradicional.
“Aquí ahumamos, horneamos en hornos de piedra, y en hornos de brasa de carbón, tratando de traer las carreteras, sobre todo las del norte de México y del sur de Estados Unidos a la mesa de Sinaloa, con una interpretación de personas mexicanas”.
Osuna Vidaurri compartió que parte de la influencia de sus platillos, vienen de lugares como Texas, y hasta Carolina del Norte, considerada cocina sureña, agregando esa parte vaquera del norte de México.
El área de panadería se hace prepara en hornos de piedra, con ese atractivo de estar abiertas y a la vista del público, aspecto que atrapa la mirada y el olfato de los visitantes desde que entran al recinto.
“En Villa Unión, hacemos una protesta, no queremos que comas rápido y te vayas, sino que vivas toda una experiencia desde que abres la puerta, este es un importante motivador, y no puedo dejar de lado que lo que haga, sea mejor cada día en beneficio de nuestros clientes”.
El chef destacó que Culiacán está en un lugar importante del tiempo, y considera que los destinos gastronómicos se van creando por medio de conceptos genuinos, además de aportarle, por lo que la ciudad como el estado, con las ofertas locales que ofrece están rebasando a las extranjeras, bien hechas y con comida identificada con el público.
Para hacer de que cada visita una grata experiencia, Osuna Vidaurri explicó que las instalaciones del mismo, cuentan ambientación confortable, elegante, ubicado en un lugar privilegiado como lo es a un costado del Jardín Botánico, libre de ruidos exteriores, que el público sienta que un restaurante de ciudad, pero con una oferta gastronómica bien hecha.
“Mi inspiración en la cocina sale de las carreteras y las carretas, y tengo la teoría de que si me alejo de ellas se me acaba el negocio. Creo que la capacidad de crear, de diseñar, de adaptarnos al cliente sí la tenemos, nuestra oferta es audaz, con la que si no vamos a aportar algo bueno a la ciudad, mejor no lo hacemos”.
El chef subrayó que en este tipo de negocios, la principal tarea que tienen es el escuchar mucho más de lo que ofrecemos, ya que a través de esto se conocer el verdadero sentir del público, respecto a lo que se les está ofreciendo como comensales, y así reaccionar de manera pronta a sus necesidades, generando así mayor confianza.
“Para nosotros el 2018 fue de escuchar, pulir, y ejecutar, porque lo estoy buscando es la consolidación de que este proyecto se quede, porque ya es una empresa, con metas, objetivos, un proyecto que lo tiene todo ser exitoso, y expandirse, y estamos muy contentos con el resultado hasta hoy en día”.
Respecto al menú, Osuna Vidaurri resaltó que aunque sea una fusión, cada platillo lleva el toque sinaloense, acompañado con panadería, postres, tortillas, vinos, licores, y bebidas no alcohólicas que complementan cada plato, todo en una oferta casual, de cocina honesta, y sobre todo, a precios razonables.
Sabores únicos, texturas y jugosidades fuera de serie, acompañado de una presentación elegante del plato, hacen que el comensal viva experiencia inolvidable en cada bocado.
Villa Unión Brasa y Masa, está ubicado en Calle Josefa Ortiz de Domínguez #520,
Colonia, Chapultepec, teléfono para reservación (667) 721 5706 y a través de la aplicación Open Table.
Proyectos de expansión
Entre los planes que tiene Ignacio Osuna, para este año, es replicar este proyecto, abriendo nuevas sucursales, una en Colinas, en la colonia Guadalupe, donde ya se tiene el lugar para ello.
Uno más será en la Plaza La Ceiba, este con un concepto de panadería, horneando ahí repostería y café, y para el 2021, Villa Unión contará con un restaurante más en Mazatlán, que al igual que el de Colinas, en Culiacán, tendrá una capacidad para 150 personas.
Ignacio Osuna Vidaurri
Es Ingeniero en Industrias Alimentarias por el Tecnológico de Monterrey. Tiene un postgrado en Ciencias de Cárnicos, por la Universidad Estatal de Kansas, además de un postgrado más en Ciencia y Tecnología en Panificación.
De 1998 al 2012, formó parte de la empresa familiar del Grupo Panamá, dirigiendo el área de pastelería y panificación, en donde desarrolló todas las herramientas gastronómicas y culinarias, convirtiéndose también en chef culinario repostero y panadero, hasta incursionar en el ramo restaurantero.
Su gusto por la cocina lo heredó de sus padres, quienes viviendo en Mazatlán, creció en una pequeña tienda llamada El canal de Panamá, ahí entre sartenes, ollas, olores y sabores, fueron forjando la receta perfecta en él, continuando así con el legado que sus padres habían empezado en el Centro Histórico del puerto, hasta crear una empresa que hoy es reconocida a nivel nacional.
“Hasta el día de hoy, no hay un día que me levante pensando en como hacerlo mejor, y en Panamá, que empezó de una forma rústica casera, que fue evolucionando a una manera de producir con tecnologías semindustrial, sin que afecte el aspecto casero de la marca”.
A través de la planta panificadora que abrieron en Culiacán a mediados del 2000, que actualmente opera con 160 personas, distribuyen sus productos a más de 25 puntos de venta del Grupo Panamá, exclusivamente para las sucursales de Culiacán y Los Mochis, ya que Mazatlán cuenta con su propia planta panificadora, atendiendo otras 25 sucursales.