"'No cuentes los días, haz que cada día cuente'"
Margarita Valdez
Culiacán._ Para el presbítero José Martínez Colín, la parte espiritual siempre juega un papel importante en nuestras vidas, pues es lo que nos hace propiamente humanos y gracias a nuestro espíritu logramos entrar en comunicación con Dios.
Ante la situación actual que se vive a nivel mundial por el Covid-19, el también colaborador de Noroeste, compartió que el confinamiento es buen momento para cultivar el espíritu.
"Podemos reservar un tiempo determinado al día para hablar con Dios, sabiendo que nos escucha. Ello nos ayudará a saber enfrentar las diversas situaciones que se nos presenten", recomienda.
"Hay tres aspectos que enriquecen el espíritu: la verdad, la belleza y el bien. Así por ejemplo, con una buena lectura adquirimos verdades; con buena música o un arte, la belleza; y el bien lo obtenemos al ejercitar la caridad con detalles con quienes tratamos, incluso con quienes no convivimos, manifestando nuestro apoyo y afecto. Recibí un mensaje que decía: 'No cuentes los días, haz que cada día cuente'".
El llamado a servir
Martínez Colín ejerce su ministerio sacerdotal desde hace 25 años y antes de hacerlo en Culiacán, estuvo en San Luis Potosí y luego en Monterrey.
Sobre el momento en el que escuchó el llamado de Dios para dedicar su vida al sacerdocio, dijo, llegó en el momento oportuno.
"Quiero decir que Dios tiene sus momentos y son los mejores. Ese llamado fue después de haber terminado mis estudios de licenciatura, siendo ya miembro del Opus Dei (institución de la Iglesia Católica), y trabajando en el Instituto Chapultepec", recuerda.
Mientras estuvo como Capellán en la institución educativa, ahí celebraba la santa misa, pero actualmente, en el centro del Opus Dei, donde vive, y además hay una capilla, la celebra la mayoría de las veces.
Su colaboración con Noroeste
Como sacerdote y filósofo e interesado en que se conozca la verdad, para no caer en el error y ayudar a la sociedad a vivir mejor, ya que la proliferación de información de todo tipo se ha convertido en un problema actual cada vez más preligroso, decidió compartir con Noroeste sus escritos de reflexión.
"El Papa no deja de hacernos llegar sus mensajes llenos de mucha luz. Procuro colaborar haciendo llegar esa luz de una manera accesible a todas las personas, independientemente de sus creencias", agrega.
Desde el inicio dividió sus colaboración en tres partes: "Para saber" de lo que se trata, "Para pensar" al respecto y "Para vivir" la enseñanza aprendida. Procurando introducir algo anecdótico para hacerlo interesante y ameno, de forma ininterrumpida.
"Al acercarse el tercer Milenio, el Papa San Juan Pablo II quiso prepararlo reflexionándo sobre las tres Personas Divinas y dedicó un año a Dios Hijo (1997), otro a Dios Espíritu Santo (1998) y otro a Dios Padre (1999). Con ese motivo quise que sus enseñanzas llegaran a todos y se lo propuse al entonces director de Noroeste, Manuel Clouthier, quien estuvo de acuerdo en que se publicara semanalmente un artículo", añade.
Recordar a Dios ayuda a no perder la calma
El encierro a causa de la pandemia de coronavirus puede originar, en algunos, la pérdida de la calma, que puede venir de inseguridad ante el futuro, por lo que aconseja recordar de dónde se viene, el por qué se está en el mundo y a dónde se va.
"Ello nos remite a Dios. Si existimos es por el amor de Dios, un Dios que es Padre amoroso y providente. En palabras de su Hijo, Jesús, nos invita a confiar en Él, a no preocuparnos. Recordar que somos hijos de Dios nos ayuda a no perder la calma", dice.
En palabras del sacerdote, la desesperación suele venir cuando no se ve la salida.
"El Papa Francisco nos invitaba a recordar el relato del Evangelio cuando los Apóstoles en la barca creían que se hundían y acuden a Jesús. Entonces nuestro Señor los tranquiliza, invitándolos a creer. Pero no se trata sólo de creer que Dios existe, sino de confiar absolutamente en Él. Tener la confianza de que con Dios nunca se naufraga. Puede haber tormentas, pero nunca se hunde la barca con Jesús".
Es tiempo de valorar y solidarizarse
"Como dice el refrán: 'Al mal tiempo, buena cara'. Decía un pensador, Cantalamessa, que nunca como ahora se está viviendo un sentido de solidaridad en el mundo. También decía que, constatar nuestra fragilidad, nos ayudará a ser humildes, a 'despertar del delirio de la omnipotencia', pues no podemos cometer ofensas a Dios y como si nada pasara. Un tiempo propicio para pensar en lo que verdaderamente es importante".
Para ayudar a quienes sufren, el Padre recuerda que la Iglesia pide al Señor por todos e invita a no perder la confianza en Dios que ama a todos sin distinción.
"Hay situaciones dañadas y dolorosas, pero que pueden ayudarnos no solo a no caer, sino a crecer. El mal nunca tiene la última palabra.Termino con lo que decía san Agustín: 'siendo Dios supremamente bueno, no permitiría jamás un mal, si no fuera porque puede sacar del mal, un bien mayor'. Me despido con un saludo a todos los amables lectores", finaliza.
PERFIL
José Martínez Colín
Originario: Zitácuaro, Michoacán
Padres: Leopoldo Martínez Ruiz y Sofía Colín de Martínez
Hermanos: Tiene ocho, Leopoldo (qepd), Sofía, Guadalupe, Antonia, Carmen, María Luisa, María de Lourdes y Sylvia Esther Martínez Colín
Estudios: Estudió Ingeniería en Sistemas de Computación en la UNAM; Licenciatura en Filosofía en la Universidad Panamericana; y un doctorado de Filosofía en la Universidad de Navarra (España)
Ordenación sacerdotal: 15 de septiembre de 1994
"Recordar que somos hijos de Dios nos ayuda a no perder la calma".
"Podemos reservar un tiempo determinado al día para hablar con Dios, sabiendo que nos escucha. Ello nos ayudará a saber enfrentar las diversas situaciones que se nos presenten".