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Legado

María de Jesús Villalobos de Murillo deja un legado de generosidad

En 2011, ‘Marucha’, como se le conocía de cariño, emprendió en Mexicali la Fundación Mujeres que Viven, orientada a dar apoyo en la lucha contra el cáncer

Cuando nació la Fundación Mujeres que Viven, una de las primeras instrucciones de su fundadora, María de Jesús Villalobos de Murillo, fue otorgar los apoyos quienes lo solicitaran, porque no podían irse de ahí más desahuciadas de como llegaron.

Y ese sello de generosidad es el legado que deja en casi 13 años de la organización con el que se le recuerda en Mexicali, por esa generosidad de estar dispuesta a apoyar a los demás.

Este lunes se dio a conocer el deceso de la esposa del dueño del equipo de beisbol Águilas de Mexicali, Dio Alberto Murillo Rogers, a quienes le han expresado las condolencias.

María de Jesús, “Marucha” como muchos le decían de cariño, no solo fue una pionera en constituir una fundación para dar atención a las mujeres que luchan contra el cáncer, sino también, en buscar donativos y alianzas para que ese apoyo siguiera creciendo.

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Rodolfo Gallardo, coordinador de Recaudación de Fondos de la Fundación, destaca que María de Jesús Villalobos de Murillo ha sido una de las personas más generosas con la que le ha tocado colaborar, siempre dispuesta a anteponer las necesidades de los demás por encima de las suyas.

Su instrucción, recuerda, fue la de dar el apoyo a quienes se acercaran a solicitarlo, sin necesidad de hacer estudios socioeconómicos.

Y fueron más de 15 mil las mujeres que a casi 13 años de haber sido creada la fundación, han encontrado en Mujeres que Viven el apoyo que necesitan.

Ahí, encontraron desde cirugías para combatir el cáncer de mama hasta el tratamiento como quimioterapias y medicamentos para el dolor, prótesis, brasieres y mangas de compresión, además de la atención en la estancia oncológica para atender todo tipo de cáncer.

Y esa generosidad expresada a través de la fundación se vio reflejada en la gente que busca ese apoyo, pues no solo llegaron de Mexicali, sino también de otros municipios de Baja California, de algunas ciudades fronterizas de Estados Unidos y de Sonora y Sinaloa.

“Y todo se hacía sin ningún costo, porque estaba claro que si llegaban a la fundación, era porque necesitaban esa ayuda”, recuerda Rodolfo Gallardo.

“Hasta antes de esta fundación, no había ninguna que atendiera a mujeres que luchaban contra el cáncer, fue una pionera en buscar dar este tipo de apoyos y hasta hoy, es una de las más fuertes gracias a su iniciativa”, dice.

Y esa fortaleza se dio porque siempre, María de Jesús Villalobos de Murillo se involucró en atender las necesidades.

Hizo convenios con colegios médicos y cirujanos para dar la atención debida, encabezaba los eventos recaudatorios como las carreras de autos conducidos por mujeres o las carreras pedestres y buscaba más patrocinios con empresas para ampliar los apoyos de la fundación.

“Ella siempre fue una luchadora, nunca quitó el dedo del renglón en la causa que ella creía, que eran los apoyos que entregaba a través de la fundación, siempre buscando apoyar, incluso sobre las necesidades de ella misma, primero fueron sus pacientes”, señala Rodolfo Gallardo.

El reto para quienes se quedan en la Fundación Mujeres que Viven será mantener más vivo que nunca su legado, ella sembró la semilla para que otros la sigan cultivando.

Gallardo comenta que se va a honrar su memoria continuando con lo que ella empezó y la fundación tiene un voluntariado de 30 mujeres dispuestas a seguirlo.

“Mientras existan corazones generosos habrá esperanzas”, fue una de las lecciones que están dispuestos a sostener.

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