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"Mazatlán"

"La Fórmula de la Felicidad: Aprendiendo de los erizos"

"Columna semanal"
LA FÓRMULA DE LA FELICIDAD
12/02/2021 14:30

Llamada insistente desde un número desconocido, por seguridad no la acepto. Jugué al que se cansara de marcar y cuando pensé que había funcionado mi estrategia, a punto de cerrar la actividad del día, recibo un mensaje de WhatsApp con una historia llena de emociones desadaptativas y muy interesante. Confieso que, como un reconocimiento a la perseverancia del inquieto desconocido, le proporcioné una cita en un horario apto solo para muy interesados. Menuda sorpresa me llevo cuando la acepta inmediatamente.

Así llegamos a una primera intervención. Como resultado, 40 minutos casi ininterrumpidos (solo para tomar aire) de un listado de expectativas no cumplidas por sus relaciones sentimentales, y una casi orgullosa colección de sufrimientos acumulados antes de pasar al grupo de los del tercer piso, como actualmente se etiqueta a las personas en los 30 años.

Reflexionando sobre “el causal de la declaración de quiebre”, me quedé con la impresión de la cercanía de la famosa celebración del Día del Amor y la amistad, una actividad con un enfoque muy comercial que con frecuencia provoca un efecto de vacío emocional para quienes presentan una necesidad urgente de contar con una relación sentimental aspiracional, un amor casi de telenovela, donde las creencias limitantes potencializan sentimientos de poca afectividad positiva.

Dentro de las menciones más escuchadas por un servidor están las de que:

Debemos recibir lo mejor de la otra persona, aun a costa de nuestros propios sentires.

¿Y qué pasa cuando no sabemos amarnos a nosotros mismos como una primera alternativa?

Una tremenda necesidad de sentir que somos lo más importante para nuestra pareja, y que ese amor será un certificado de permanencia para toda la vida.

¿Y qué pasa cuando no hay madurez emocional?

Nuestra pareja es la fuente más confiable de comprensión y apoyo en los momentos mas retadores de nuestra vida.

¿Y qué pasa cuando la otra persona no tiene las competencias requeridas?

Creemos que con amor podemos remediar todas la diferencias y discrepancias que se presentan en nuestra relación. Existe la falsa idea de que, brindando todo el amor: se le quitará lo borracho, lo perezosa, lo irresponsable, esperando casi un milagro.

Está claro que las relaciones no deben ser fuente de sufrimiento, pero no podemos impedir las discrepancias. Si estas se dan dentro de la familia donde fuimos educados, imagínate cuando te relacionas con una persona formada de manera diferente. Es un hecho también que los hallazgos de los estudios del bienestar presentan cómo las relaciones sanas y positivas son un constructor clave en los niveles de satisfacción de vida y bienestar subjetivo.

Uno de los estudios de mayor alcance realizado por la Universidad de Harvard concluye que las relaciones sociales pueden ser fuente de bienestar siempre y cuando sean justas y basadas en la equidad.

¿Cuál es el principal reto en una relación sentimental?

Me permito utilizar una de las fábulas más sencillas y que me sirvió de apoyo en la interpretación más adecuada para la realización de los talleres de relaciones afectivas. La denomino “La lección de los erizos” y la presento a continuación:

“Cuenta la historia que, durante la Edad de Hielo, muchos animales murieron a causa del frío. Los erizos, dándose cuenta de la situación, decidieron unirse en grupos, de esa manera se abrigarían entre sí; pero las espinas de cada uno herían a los compañeros más cercanos, los que justo ofrecían más calor. Por lo tanto, decidieron alejarse unos de otros y empezaron a morir congelados.

Así que tuvieron que hacer una elección: o aceptaban las espinas de sus compañeros o desaparecían de la Tierra. Con sabiduría, decidieron volver a estar juntos. De esa forma aprendieron a convivir con las pequeñas heridas que la relación con una persona muy cercana puede ocasionar, ya que lo más importante es el calor del otro. De tal forma pudieron sobrevivir”.

La moraleja queda “como anillo al dedo” tanto para mi coachee y sus altas expectativas en sus relaciones sentimentales, como para cada uno de nosotros. Es un hecho que para disfrutar del calor de la otra persona hay que aprender, en la medida de lo posible, a convivir con las molestias y pequeñas “heridas o rasguños” que nos puedan causar.

Un comportamiento observable en la generación de jóvenes “millennials” (nacidos entre 1981 y 1996) es la poca tolerancia a la frustración y cómo el comportamiento de huida es la forma rápida de establecer distancia con los demás, por miedo a que les hieran las diferencias. El reto es aprender a vivir de manera armónica y equilibrada, reconocer de forma consciente lo que no nos gusta de los demás. Es importante tener presente que en las relaciones afectivas y efectivas hay un componente de aceptación necesario.

Uno de los caminos más recomendables es el establecimiento de un vínculo a través de la aceptación real de la otra persona, no crear realidades alternas llena de mentiras piadosas, con la certeza de que las relaciones no son perfectas ni deberían de serlo, pero sí pueden formarse con un alto nivel de felicidad o bienestar.

Aprendamos de los erizos, disfrutemos de esta celebración comercial y hagamos que tenga mayor impacto, que antes de premiar los componentes hedónicos (solo centrados en el placer), y construyamos juntos algo con mayor significado en nuestras relaciones, con amor y componentes eudaimónicos (centrados en la trascendencia del ser humano) que nos llevan al bienestar.

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