Experimenta Daniel Soto un reencuentro con la cocina Sinaloense
Para el Chef Ejecutivo del Restaurante El Caprichito Daniel Soto Alvarado formar parte de la segunda temporada de A qué sabe Sinaloa, fue la mejor oportunidad de mostrar no solo su propuesta gastronómica y todo el trabajo que hay detrás de ella, sino visibilizar esos lugares que ofrecen una cocina de calidad, al que se entra como comensal y se vuelve como un amigo más de la casa, sin dejar de lado el gran cariño que le tiene a este estado, donde además de cocinar, encontró lo que le da sabor a su vida.
Oriundo de Tijuana, el chef se unió a este proyecto gastronómico por invitación de Maribel Chan en el 2012,con la idea de estar solo seis meses, tiempo que obviamente se extendió mucho más principalmente por el encanto de la ciudad que lo atrapó.
“Culiacán es una ciudad que tiene mucho potencial para poner restaurantes, es muy noble en este sentido, da para todo el mundo, y pues yo llego y empiezo a hacer mi propuesta de cocina internacional, con una fusión de la Baja California, siendo bienvenido por el intenso calor de la ciudad, lo que me llevó a modificar nuestra propuesta, arrancando un 9 de febrero de 2012, y hasta la fecha no hay día donde Culiacán no me sorprenda por todo lo que puede dar, y como dicen por ahí, si un mexicano nace donde le dé la gana, un sinaloense también”.
Resaltó que Sinaloa en su vida ha representado éxito, progreso, dejando a un lado ese paradigma que tiene la ciudad. “Culiacán es una ciudad fenomenal, y sus pueblos aledaños también, sin dejar de lado Mazatlán, puerto reconocido internacionalmente, Culiacán es una ciudad que se está modernizando, por lo que no dudo que se convierta en una gran metrópoli de México”.
Soto Alvarado recordó que con El Caprichito iniciaron en un pequeño local en la calle Ángel Flores, frente a Noroeste, en el cual cabían no más de 30 personas, pero hoy la historia es distinta, poseen tres sucursales, con la posibilidad de atender a muchos más comensales, esto gracias al apoyo de todo su equipo de trabajo, el cual él mismo creó.
“Lo más importante que tiene El Caprichito es su gente, son el corazón de todo esto, sin ellos no podríamos hacer, ni ser lo que somos hoy en día, es gente bien trabajadora, son un equipo muy joven. Mi chef en Montebello fue mi alumna, y hoy es mi jefa de cocina, una chica con mucho talento, lo repito, gente bien trabajadora, jóvenes que me ha tocado forjar como docente, transmitiendo mi conocimiento a ellos, cocineros que llegan con la ambición de sobresalir, y muchos me sorprenden, porque también aprendo de ellos”.
Un viaje lleno de sabor
“Estar toda una semana con ustedes y con todo el equipo ha sido magnífico, agradecido estoy con A qué sabe Sinaloa por mostrar lo que somos como propuesta gastronómica, visitando lugares, volviendo a conectar con ellos porque tienen mucho que ofrecer, y creo que lo más memorable de este viaje, fue conocer las raíces de cada uno de esos restaurantes y carretas que visitamos, conociendo las historias de sinaloenses trabajadores, personas que tienen 30, 35 o hasta 70 años de historia, que pasamos al lado de ellos y no nos damos cuenta de su valor histórico” destacó el chef.
El poder entrar hasta sus cocinas, conocer y platicar de primera instancia a sus creadores fue para Soto, la mejor manera de ir creando historias, anécdotas, donde la lucha, el sacrificio son factores comunes que los han llevado a convertirse en lugares emblemáticos dentro de la cocina sinaloense, ya sean de Culiacán, Imala, Navolato, Altata, lugares que el chef estuvo recorriendo durante la grabación de esta serie-documental.
Entre los restaurantes y carretas que visitó, y que podrán apreciarse en la serie se encuentran Los Pochencos, en Altata, Las carnitas de Los Burgos en Navolato, al borrego de Don Rosario, ubicado en Yebavito, a Los Churros Machuca, ubicados frente a la iglesia en la plaza, también en Navolato, con una tradición de más de 50 años.
En Culiacán visitó La Única, conocido por sus ricos tacos y su caldo, así como a la cantina El Guayabo, conocida por su tradicional pollo asado, hasta llegar a Imala al restaurante de Don León, un lugar donde ahí mismo hacen el chorizo, chilorio, machaca, natillas, carnitas y asaderas, sin olvidar llegar a los raspados de Doña Lucy.
“Una de las cosas que más me ha atrapado de estar aquí en Sinaloa, es precisamente las tradiciones de su comida, y que a lo largo de los años la gente ha conservado y no ha industrializado todos esos procesos, desde levantarse temprano, encender ollas, preparar el producto, hasta que llega a la mesa, acción que va pasando de generación en generación, y todo esto lo vi en los lugares que visité, porque son familias y esto es algo invaluable”.
Soto Alvarado compartió que después de una semana de haber recorrido distintos lugares, hoy ve de otra manera a la cocina sinaloense, con un sentido de pertenencia mucho más grande que cuando empezó este viaje con A qué sabe Sinaloa, considerando además, que le falta mucho por darle a esta ciudad.
“Con este viaje me he enamorado mucho más de lo que ya estaba de esta ciudad, yo que soy cocinero y ver de primera instancia lo que la gente hace, cómo lo hacen y todas las historias que hay detrás de cada uno de estos lugares, me lleva a querer ser más sinaloense que cuando llegué hace 12 años”.
Una gran inspiración
En esta aventura dedicándose a la cocina, una inspiración importante en todo lo que hace es su esposa, una mujer oriunda de Navolato que hace cocina tradicional, quien tomada de su mano, le ha enseñado a conocer más la cocina sinaloense, pero no solo eso, también lo motiva a ser una mejor persona, amigo, hermano, padre, y esposo y docente.
“Como buena mujer sinaloense es bien dura, exige bastante, y en casa cocinamos los dos, ella me consiente mucho con los calditos, como la cazuela, caldo de pollo, con ella probé las enchiladas del suelo, y bueno ella es muy buena cocinando y toda su familia también, y lo interesante de esto es que formo parte de una familia de puros cocineros”.
Soto concluye esta charla señalando que la cocina sinaloense tiene mucho potencial, donde día a día pueden verse más propuestas gastronómicas de buen nivel, considerando además que la cocina del estado se ha consolidado y muchos la están descubriendo, y el hecho que la gente volteé a ver a Sinaloa, y se quiten ese paradigma, es porque este estado es mucho más de lo que se habla o piensa.
“Sinaloa es una ciudad de gente trabajadora, de propuestas, tradiciones, las cuales podemos llevar a cualquier parte del mundo, creo que para darla a conocer hay que atrevernos a salir, si no ha sido descubierta es porque nos hemos encapsulado en nosotros, la hemos reservado solo para los que aquí vivimos, en mi caso, yo salí de mi estado para llegar aquí, y ahora me gustaría llevar a Sinaloa a mi tierra porque tiene mucho que dar”.
Un buen espacio publicitario,dijo, son las ferias gastronómicas, los tianguis turísticos, seguir esa línea de exponer a Sinaloa fuera de México e invitar a las personas que visiten el estado y disfruten toda oferta gastronómica.
“Para mí, Sinaloa sabe a oportunidades, a familia, sabe a tradición, a gente chambeadora, a frescura, a oler la tierra, sacar una zarzamora y disfrutar de una explosión de sabores en tu boca, me sabe a gente chingona”, resaltó.
Perfil
Daniel Soto Alvarado
Chef principal de el Restaurante Caprichito
Estudios: Es egresado de la Culinary Art School en la carrera de Gastronomía, en la de Tijuana, Baja California.
Cena con causa
La presentación del documental se realizará dentro de una cena con causa en el Jardín Botánico de Culiacán el próximo jueves 16 de noviembre a las 19:00 horas, a beneficio de la Sociedad Botánica y Zoológica de Sinaloa, con un menú especial creado por los ocho chefs participantes que ahí estarán presentes. Para mayores informes y/o asegurar su lugar, puede comunicarse a los teléfonos 6677 957136 y 6671 303755.