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Deporte

Cumple Efraín Plascencia el sueño de conocer el Estadio del Barcelona

El estudiante del Instituto Senda del Río fue invitado por parte del club Barcelona de España a un visoreo con las fuerzas básicas

Un sueño tenía Efraín Plascencia a sus ocho años: conocer el Estadio del Barcelona y este año lo cumplió.

Y no solo eso, el alumno de tercero de primaria del Instituto Senda del Río, fue invitado por parte del club Barcelona de España a un visoreo con las fuerzas básicas, donde destacó por anotar siete goles en tres partidos.

“Yo fui primero a Guadalajara, vinieron entrenadores y elegían a uno de cada categoría, en la mía me eligieron”, compartió el pequeño.

Esta experiencia la compartió con sus padres, dos tías y su abuelita, con quienes compartió un viaje por Inglaterra una semana antes, y a Madrid, una semana después de ese visoreo.

“Los primeros días en Barcelona fueron como de tour para ver la ciudad, ya los demás había partidos y entrenamientos”.

Efraín Plascencia juega futbol desde los dos años, tiene 8, y entrena en la categoría osos.

“Que me eligieran en Guadalajara me puso muy contento porque mi sueño era ir a Barcelona y jugar con ese equipo y me gustó mucho haber ido”, dice.

“Me gusta mucho ese equipo, más por Messi que lo vi jugar ahí, me gustaba mucho”.

La experiencia fue de mucho entrenamiento, partidos y conocer personas.

“En Barcelona jugamos contra otros equipos de allá, en total tres partidos y metí siete goles”.

Comentó que los futbolistas profesionales entrenaban en un salón contiguo al de ellos, y no pudo ver cómo era ese entrenamiento.

“La única que vimos en su carro fue a una jugadora que se llama Alexia Putellas, llegó en su carro y a Gavy casi lo vimos, porque iba llegando a entrenar y si lo vieron algunas personas, pasó por nuestra cancha”, compartió.

“Entrenando no nos dejaban ver a ninguno ni acercarnos, es que había una pared que nos separaba, pero era la cancha que seguía”.

En los entrenamientos, recordó, se enfocaron mucho en los toques, en pasar el balón.

“Primero sí o sí nos teníamos que llevar otras chanclas porque de ahí nos íbamos a otros lugares a comer y cuando llegábamos nos poníamos los taquetes, nos cambiábamos y a entrenar, eran más toques, lo que más entrenamos fue pasar el balón”.

Al haber anotado siete goles, le comentaban que era muy buen jugador.

“Había un portero eléctrico, hay niveles y en el alto me pusieron y apenas la metí en el ángulo”.

Además de los entrenamientos, dijo, tenían una clase llamada taller, donde el encargado de los entrenamientos les contaba la historia del Barça.

“Lo que más me gustó fue haber conocido el Estadio del Barcelona, al final hubo una cena de despedida en una sala vip que tenía vista al estadio”.

Lo que más le gusta del futbol es tener el balón en los pies, pasar la pelota y ahora tiene un sueño más grande: ser futbolista profesional.

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