"Algo Maz"
Luis Ángel Gómez
algo_maz@hotmail.com
Estamos viviendo un fenómeno de protesta en la población mexicana: las marchas para exigir justicia o leyes al Gobierno, que no es algo nuevo, pues hubo tristemente célebres a fines de 1960; precisamente hoy cumple 51 años la masacre de Tlatelolco, donde militares y policías asesinaron a estudiantes y civiles en la Plaza de las Tres Culturas en la capital mexicana, cuando el Presidente era Gustavo Díaz Ordaz. En 1970, siguieron enfrentamientos, como el Halconazo; también en esa década hubo marchas de protestas estudiantiles, incluso en Sinaloa, y en 1980, durante el sexenio de Toledo Corro, estudiantes marcharon en su contra. En 1995, las señoras de Las Lomas, en el entonces DF, salieron de sus elegantes residencias a tomar las calles, sartenes en mano, para quejarse públicamente que la crisis económica de ese año había entrado hasta sus cocinas. En este milenio, en su primera década, López Obrador encabezó marchas para protestar contra su desafuero, con Vicente Fox en la presidencia de la República, luego por el fraude electoral que AMLO reclamó en 2006. También ha habido varias marchas por la paz, en fin. Esa es la manera más viable que el pueblo tiene para hacerse notar, tratando de lograr un objetivo. En semanas recientes, las marchas han tomado otra vertiente: la violencia que infligen participantes (¿o infiltrados?) que se han realizado en Ciudad de México, como la de hace mes y medio, aproximadamente, cuando mujeres salieron a manifestarse contra los feminicidios y la violencia de género, que se desvirtuó por la violencia contra edificios públicos, negocios, monumentos y agresiones físicas, la cual comentamos en su momento en este espacio. La semana pasada hubo dos en esa urbe, una para exigir el esclarecimiento de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa y este 26 de septiembre, el cálculo era de alrededor de 30 negocios y oficinas públicas dañadas, muy sonada la Librería Gandhi en Avenida Juárez, a la que intentaron prenderle fuego. También hubo pintas en Palacio Nacional y daños con diversos objetos, así como policías heridos por petardos, actos vandálicos perpretados por alrededor de 100 encapuchados que se separaron de los contingentes. Este sábado, también se hizo la marcha Marea Verde, en la capital del País, para exigir la despenalización del aborto y detener la criminalización de las mujeres que interrumpen su embarazo, que tuvo acciones similares colaterales: un grupo de encapuchadas hizo pintas en esculturas e instalaciones del Metrobús, prendieron fuego a la puerta de la Cámara Nacional de Comercio de la Ciudad de México, también pintarrajearon edificios a su paso y pilares de la reja de la Catedral Metropolitana, además de hacer quemas en vialidades. Independientemente de la naturaleza de las peticiones o exigencias, es reprobable que haya quienes las conviertan en actos vandálicos, de violencia y agresiones, tanto físicas como verbales, a civiles, policías o militares, pues también hemos visto, en las noticias, actos violentos contra estos cuerpos, en otras poblaciones del País. Cuando se hace este tipo de manifestaciones, obviamente es a favor en contra de algo, se protesta o se apoya una causa, lo que se convierte en una moneda: tiene dos caras. El mexicano promedio, históricamente, se deja ir de bruces cuando se le plantea una situación con la cual comulga o está en desacuerdo, que puede llevarlo a ser manipulado, ya sea para defender o atacar, dicotomía que puede ser aprovechada por quienes buscan otro propósito, al unirse al contingente y hacer otro tipo de protesta de manera anárquica, desahogar sus vísceras ideológicas o de parte de otros, haciendo daño a infraestructura o personas a su paso, sacando la manifestación de su objetivo real, lo cual también puede ser utilizado para mellar el prestigio de un gobierno, aunque también hay gobiernos que infiltran gente para desvirtuar el propósito de las marchas si este le afecta. Lo que indudablemente está afectando a la sociedad es el comportamiento de los grupos que se desprenden de los contingentes para hacer vandalismo, que ha estado proliferando con mayor intensidad en las últimas manifestaciones que se han organizado y han estado en el ojo del huracán, dando como resultado una polarización de la sociedad, como si no lo estuviera desde hace tiempo, sobre todo cuando en las redes comienzan a darle seguimiento y sus usuarios a compartirlas, poniendo comentarios, la más de las veces subjetivos, pues el sentido que le dan al acontecimiento depende de sus creencias o convicciones, máxime que a través del Internet somos arrebatados para escribir o refutar cualquier opinión que discrepe de la propia, “contaminando” más el objetivo inicial de la manifestación; en otras palabras, nos convertimos en los infiltrados desde esa trinchera. Pero como en todo, hay que informarse y reflexionar antes de actuar, lo que parece muy difícil en el mundo de las redes, que desde nuestra comodidad al otro lado del celular o la computadora, nos sentimos omniscientes y prestos a reprobar a quien no piense como uno o lo ponemos de pretexto para “defender” posturas con frases y respuestas que rayan en agresividad consuetudinaria, causando daño desde nuestro inocuo espacio digital como encapuchados virtuales de la marcha, sobre la cual estamos opinando.
Lo que ya está marchando sobre ruedas es la Tarde de Casino, que organiza el Club Filial Centenario del Club de Leones Mazatlán, que como ya es tradición, se realizará en sus instalaciones el viernes 25 de octubre, a partir de las cuatro de la tarde. El donativo es de 250 pesos e incluye carta para jugar bingo, participar en una tómbola de regalos con cortesías de hoteles y restaurantes, además de disfrutar de merienda, servicio de café y refrescos. Por si esto fuera poco, con el boleto, hay oportunidad de ganarse un regalo sorpresa y más obsequios. Hay más informes al 669 994 9340 y al celular 669 153 2255. Lo recaudado se destinará a la compra de despensas para repartir en comunidades vulnerables para su cena de Navidad.
Hablando de la época decembrina, el evento emblemático de ella en el puerto, el Desayuno Bazar Navideño, que organiza Damas Trabajando por Mazatlán, ya tiene fecha: sábado 9 de noviembre, a partir de las nueve de la mañana, en el Salón Los Tapices del Hotel El Cid, donde habrá 30 stands con una extensa gama de artículos y servicios, el tradicional Elefante Blanco, rifa de regalos sorpresa y, por supuesto, el infaltable Arcón Navideño, con todas las delicias necesarias y hasta más para la cena de Noche Buena. Ya hay boletos disponibles en la Casa Club de El Cid. Los informes de esta mañana solidaria están en el celular 669 107 8729, que este año se realiza para apoyar a Ciudad de los Niños y Una Gota en el Océano.
Y para apoyar su labor, el Comité de Damas Voluntarias del Hospital General está a solo a días de su máximo evento recaudatorio, su Desayuno Anual, este sábado 12 de octubre, que tendrá como sede el Restaurante Los Zarapes, donde además de un platillo matinal, acompañado de café, jugo y pan dulce, habrá rifa de bonitos obsequios y varias sorpresas en esa mañana que la agrupación femenil tiene preparada. Si aún no tiene su boleto, puede conseguirlo al celular 669 120 0849. A tender una mano a familiares de escasos recursos, de pacientes de esa institución médica.
Cuando los tratamiento médicos, específicamente contra el cáncer, dejan secuela, como la caída de cabello, Fundación Kachy’s ayuda a personas que atraviesan por esa etapa, donándoles una peluca oncológica, pero como la necesidad es mucha, se ha dado a la tarea de cristalizar el proyecto de un taller industrial para elaborar más, que son a base de cabello natural, en coordinación con el Instituto Cultural de Occidente, que desde hace tres años le facilita instalaciones para hacerlas, por lo que invitan a la primera Carrera Misionera este domingo 6 de octubre, a partir de las ocho de la mañana, en el Kilómetro Cero, donde también habrá una feria de la salud, puestos de comida, números artísticos y sorpresas. La inscripción es de 100 pesos, incluye kit y puede hacerse en el ICO o llamando al celular 669 933 2443. Es la primera vez que se llevará a cabo este evento altruista y hay que ser parte de la historia y qué mejor que apoyando a Fundación Kachy’s a seguir produciendo estas pelucas, que elevan la autoestima de pacientes con cáncer y ayuda a sobrellevar mejor su situación.