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El viernes nos quedamos sorprendidos cuando al cruzar la avenida que está frente a Plaza El Mar, donde está el semáforo más “violado” de Mazatlán, pues ya hemos comentado que los automovilistas ignoran la luz roja y pasan mirando hacia otro lado, sin voltear hacia arriba, aunque se lleven a un peatón entre las llantas, como si no verlo significara que no existe, pues ese día, en hora “pico” en la tarde, hasta un urbano estaba detenido respetando el alto. De la fila que estaba parada se desprendió un carro y al llegar hacia el urbano, de inmediato se detuvo a su lado cuando pensábamos que se iba a dejar ir en rojo, pero luego vimos la razón: al frente del urbano estaba haciendo el alto una patrulla de tránsito que quedaba cubierta por el transporte público, es entonces cuando todos los conductores se convirtieron, en ese momento, en un ejemplo de educación vial. El diablo sabe muy bien a quién se le aparece. En ese instante hasta nos sentimos que estábamos en Estados Unidos, donde todos los mexicanos son la urbanidad personificada, sobre todo los que viven allá, pero cuando llegan de visita en sus carrazos o camionetas para impresionar a la gente de “lo bien que les va”, de inmediato se “mexicanizan” y no les importan las leyes de tránsito de su propio País, que en el próximo mes ya van a comenzar a venir para pasar los festejos decembrinos con sus familiares y que tengan misericordia de nosotros, pues aumentan el ruido que, desafortunadamente, ya es tan cotidiano en el puerto que se ha convertido en su sello distintivo. El domingo caminamos por el Malecón en la Playa Norte y nos dio gusto verlo lleno de bañistas, pero también había familias con su asador, del que se elevaban pilares de humo hasta alcanzar el Malecón, llenándolo de esos olores, como si no bastara con los de los restaurantes y palapas que hay en todo ese tramo. Lo que jamás se vería en otros destinos turísticos a la orilla del mar, aquí sí; esto no nos debería sorprender, pues sí se puede tapar una calle para la piñata, la despedida de soltera, el baby shower y hasta la boda, con más razón la playa para que todo el turismo vea que es nuestra casa y como tal, podemos hacer lo que nos dé la gana en ella, ¡faltaba más! Y ay de aquel que se le ocurra hacer algún comentario al infractor que tapa una vialidad para usarla como salón de eventos privado, porque lo llenan de ofensas y groserías, ahora imagínese al que arma su picnic con fogonazo y todo para dar un “toque típico” al paisaje marino que tanto presumen los patasaladas, que han elevado al nivel de destino internacional; creerlo no hace daño a nadie, aunque el turismo de otros países que vemos es el que solo baja por unas horas de los cruceros o los extranjeros que vienen a pasar el invierno, pero porque son residentes temporales. ¿Desde cuándo no vemos a estadounidenses y canadienses que vengan a vacacionar exclusivamente a Mazatlán por unos días? Desde nuestra consideración, eso es turismo internacional, pero repetimos, creerse que se es eso no hace daño, el no comportarse para estar al nivel de los requerimientos que exige esa categoría sí afecta, pero eso sería mínimo cuando el susodicho destino no ofrece los servicios para estar a la altura de esa etiqueta. Una ocasión, en un hotel de La Marina, nos tocó ver a sus empleados subiendo cubetas con agua en el elevador, pues amanecieron sin el vital líquido, así que ya se puede imaginar cómo estaban los huéspedes y pensamos resignadamente: “solo en Mazatlán”. Sí es cierto que tal vez nos quejemos del puerto o lo “critiquemos”, pero es que nos duele ver que un lugar tan privilegiado en su ubicación, con todas las bellezas naturales y su gastronomía, aún no haya dado el salto cuántico para ser realmente el centro hospitalario del nivel que se ostenta. Lo que sí es cierto es que los visitantes dicen que está bonito y la buena comida, pero cuando se trata de servicio y atención hacia ellos, la opinión es otra, aunque últimamente, personas que lo han visitado en otras ocasiones, han comentado que se les hace descuidado, sucio, con tramos despintados y fachadas que se están cayendo, que si qué le ha pasado a Mazatlán; ni repetir sus comentarios de la palmeras en el Malecón. Esto, además de ser un llamado de atención para las autoridades, aunque ya sabemos que la van a echar la culpa a las administraciones municipales anteriores y al prianismo, también debe serlo para los ciudadanos, quienes parecen no haberse dado cuenta que siguen tratando a la ciudad como si estuvieran en el rancho o en el patio de su casa, pues tampoco exige la calidad de los servicios tan deficientes que paga, cuyos recibos, eso sí, llegan puntualmente a sus domicilios. En otras partes, la ciudadanía ya se hubiera organizado para exigir, pero eso es como mandar la señal de que aquí también hay problemas, pues recordemos que en este lugar “la vida se pasa sin llorar” y no vamos a contradecir esa línea del corrido insignia de estas marismas, ¡qué herejía! Pero si anunciaran que no va a haber Carnaval, entonces sí se hace una movilización, que hasta el Alcalde que estuviera lo sacan de su oficina y lo destituyen. Así parecen ser las prioridades en este puerto, por cierto, muy conveniente para los gobernantes, que como ya hemos dicho en varias ocasiones, practican la máxima de los emperadores romanos: al pueblo, pan y circo; lo peor es que parece funcionarles
Lo que ya va a entrar en funcionamiento, por así decirlo, es el Mercado Orgánico en la Plazuela Zaragoza y arrancará este sábado 16 de noviembre, a partir de las ocho de la mañana. Ahí, los aficionados a la comida saludable y a los alimentos libres de químicos pueden encontrar una amplia variedad de productos en los puestos que se colocan hasta el medio día y así será cada sábado hasta el año que viene, que deja de instalarse alrededor de abril o mayo, cuando el calor comienza a regresar con fuerza.
Ese mismo día, pero a las ocho de la noche, el Parque Ciudades Hermanas albergará el concierto de la agrupación musical colombiana Putumayo, reconocida internacionalmente y cuenta con músicos de diversas regiones de ese país. Ellos se presentarán dentro del marco de la celebración del Encuentro Yoreme. Una buena opción para velada sabatina, ya sea en familia o entre amigos, unidos por la música.
Y continuando con espectáculo músical, el domingo 17, a las seis de la tarde, se realizará el evento Gala Internacional de Ballet, en el Teatro Ángela Peralta, en cuyo escenario confluirán la Escuela Superior de Música y Danza de Monterrey, la Escuela de Talento Artístico Cordobés, de Veracruz, y la actuación de la mezzosoprano mazatleca Daniela Rico. El programa incluye coreografías de Don Quijote, El Lago de los Cisnes y una inspirada en Rapsodia bohemia. Los boletos ya están disponibles en la taquilla del teatro. Disfrutemos del arte y el alimento que proporciona al espíritu.