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"Mazatlán"

"Algo Maz"

"El acontencer del puerto en la columna de Luis Ángel"

algo_maz@hotmail.com

Y hace una semana que fue la primera manifestación de los candidatos a las coronas del Carnaval 2020, evento en el que el Instituto de Cultura, como ya vimos en la pasada edición de la máxima fiesta, es el único en el que pone toda la carne en el asador. Este sábado, estuvimos hablando del Festival Cultural Mazatlán con alguien que gusta de las expresiones artísticas y nos dijo, “¿cuál Festival Cultural? Si este año se puede decir que no hubo”. Aunque sí ha habido eventos en lo que va hasta ahorita, la actividad no ha sido a la que estábamos acostumbrados y estuvimos de acuerdo con esta opinión, pues de 2017 hacia atrás, el Ängela Peralta y Casa Haas bullían de movimiento artístico durante dos meses, desde mediados de octubre hasta poco antes de Navidad, además de los colaterales que se presentaban en la colonias y poblaciones cercanas al puerto. Se podría dar el beneficio de la duda que el del año pasado, la administración actual, recién llegada, no estaba “empapada” en esos quehaceres, ¿pero que tal para el Carnaval? En eso sí se lucieron con el más caro en toda su historia, aunque a decir verdad, la presentación del tema y candidatos para el del año que viene, como ya la comentamos ampliamente en este espacio, dejó mucho que desear en despliegue creativo: prácticamente nula multimedia, nada de efectos especiales y un apabullante desfile de coreografías que como en esa ocasión lo dijimos, más bien parecía un festival de escuela, ni siquiera la gente se enteró del nombre del Carnaval 2020 porque quienes fueron el cerebro detrás de ese evento, no saben llevar un hilo conductor y mucho menos crear la expectación para aventar el nombre del tema por todo lo alto, que se supone es la piedra angular de la presentación, pero aléguenle al ampáyer, o sea, a los directivos de Cultura actuales, que se sienten pioneros de la innovación carnestolenda patasalada y lo único que han hecho es chafearlo, que como ya hemos dicho también, ese sí que es su sello distintivo nadie se los va a refutar porque parece que en eso sí se esmeran. Todo viene desde las cabezas que dirigen esa dirección municipal, pues se nota que son varios los que meten la mano ahí porque en sus eventos no hay un línea definida, todos les sale una masa abigarrada, o sea, de dulce, chile y manteca o como lo bautizamos desde la primera vez que tocamos el tema del Carnaval en la actual administración en este espacio: es una capirotada, máxime ahora que ya hay varias personas que se han convertido en poderes fácticos en el Instituto y nadie ha vuelto a ocupar su dirección general desde la renuncia de Marsol Quiñónez, la segunda y última titular en lo que va de este trienio. ¿Por qué ya no nadie dice o cuestiona algo ante esta situación? Pues se supone que Cultura está acéfalo desde la renuncia de ella, al menos en su organigrama jerárquico, pues José Ángel Tostado Quevedo funge como encargado de despacho de dirección general, no como director de esa dependencia. Si bien es cierto que las direcciones de cultura no son tan importantes en la mayoría del resto del País, en Mazatlán es preponderante porque precisamente es el área sobre la que recae la responsabilidad del Carnaval, pero además, el proyecto cultural del puerto se ha ido consolidando, sobre todo en los últimos ocho años, con la adición y fortalecimiento de festivales, por lo que hay actividades artísticas casi todo el año, ya que en verano se abre un paréntesis para dar descanso a las extenuantes jornadas laborales del instituto durante meses consecutivos... al menos así era en sus administraciones anteriores. La persona que ocupa la dirección general de Cultura debe ser alguien que forzosamente tiene que poseer un acervo general muy amplio, un vasto conocimiento sobre las diferentes expresiones artísticas, tener contactos con los diversos círculos culturales y del espectáculo, tanto a nivel nacional como en el extranjero, casi hablarse de tú a tú con ellos; tener capacidad de análisis, creatividad, ingenio e imaginación; saber producir eventos, proyectar calculos para anticipar todo lo que implica montar un espectáculo o evento, así como prever su resultado en taquilla, sobre todo cuando el horno no está para bollos; también tener capacidad para gestionar y, obviamente, saber administrar, pero esta última característica no se vio con el despilfarro del Carnaval de este año, contrario a la famosa política de austeridad tan cacaraqueada por la 4T, pero ya sabemos que eso no funciona en los feudos municipales, pues la situación financiera porteña ha sido nota en medios nacionales, pero pareciera que el Presidente de la República, López Obrador, no hace caso de todas estas anomalías y escándalos que ocurren, como si los gobernantes y funcionarios emanados de Morena y sus anexos fueran infalibles. Pero bueno, a ver qué pasa con el proyecto cultural de Mazatlán, que ha costado esfuerzo, sudor y desvelos de muchas personas, cosa que no tal vez no le importe a los “cabecillas” actuales frente al Instituto de Cultura.

Pero al que sí parece importarle es al Museo de Arte, que ha tenido incesante actividad y mañana albergará el evento de Emmanuel Sowicz, dentro de la serie de conciertos que ha organizado la Sociedad de la Guitarra Mazatlán. El músico chileno británico interpretará un programa con obras de Bach, Takemitsu, Mertz, Goss, Sánchez y Ponce. La cita es a las ocho de la noche y puede llamar al 985 3592 para costo de boletos e informes sobre este recital, cuya calidad está garantizada por la trayectoria de este artista de la guitarra, a sus 27 años de edad.

Un lugar que hace una puesta al arte también es Gaia Bistrot, que el viernes inaugurará una exposición fotográfica en sus instalaciones, titulada Corazón de Mazatlán con imágenes de la autoría de Lenny Wollitz. La cita es las cuatro de la tarde y se pueden hacer reservaciones al 669 112 2525 para que eche una mirada a las escenas captadas en la lente.

Y se echa mucho de menos aquello que se pierde, por eso Hospice Mazatlán invita al taller Tanatología como herramienta de vida, que se impartirá este sábado 7 de diciembre, de nueve de la mañana a las tres de la tarde, en la Biblioteca Central de la UAS, con la guía de Míriam Israel, directora de Caminos Paliativos de Luz, IAP, de Ciudad de México. El donativo es de 200 pesos hasta mañana y el día del evento es de 300 pesos. Más vale que aparte su espacio de una vez porque el cupo es limitado a 50 personas. Hay más información al teléfono 182 1486 y al celular 669 161 0888. Hospice se encarga de administrar cuidados paliativos a pacientes en la fase terminal de su enfermedad, atenderlos con dignidad y ofrece apoyo emocional a sus familiares, una labor como hay pocas en todo México, a la que todos deberíamos aportar porque nadie estamos exentos de recurrir a sus servicios especializados y tan sensibles.