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"Mazatlán"

"Algo Maz"

"Los mazatlecos preparan actividades de beneficiencia y de mejoras personales"

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Hoy se celebra otro año de la proclamación del Plan de San Luis, por Francisco I. Madero, quien el 20 de noviembre de 1910 llamó a tomar las armas en contra del gobierno de Porfirio Díaz. El conflicto armado inició en el norte de México y se extendió al resto del País. Díaz renunció y se exilió a Francia. En 1911 se realizaron elecciones y Madero ganó la presidencia, pero desde el inicio de su mandato tuvo diferencias con otros líderes revolucionarios, cuyas tropas eran zapatistas, villistas y orozquistas. En 1913 se dio un movimiento contrarrevolucionario, encabezado por Félix Díaz, Bernardo Reyes y Victoriano Huerta, que dan un golpe de estado. El levantamiento militar, conocido como Decena Trágica, terminó con el asesinato de Madero, su hermano, Gustavo, y el Vicepresidente, Pino Suárez. Huerta asumió la presidencia, ocasionando la reacción de varios jefes revolucionarios, como Venustiano Carranza y Pancho Villa. Tras poco más de un año de lucha, Huerta renunció a la presidencia y huyó del País. A partir de eso, se profundizaron las diferencias entre las facciones que habían luchado contra Huerta, lo que desencadenó nuevos conflictos. Carranza, jefe de la Revolución de acuerdo con el Plan de Guadalupe, convocó a todas las fuerzas a la Convención de Aguascalientes para nombrar un líder único. En esa reunión, Eulalio Gutiérrez fue designado Presidente del País, pero las hostilidades reiniciaron cuando Carranza desconoció el acuerdo. Después de derrotar a la convención, los constitucionalistas pudieron iniciar trabajos para una nueva Constitución y llevar a Carranza a la presidencia en 1917, pero la lucha estaba lejos de concluir, pues en el “reacomodo”, fueron asesinados los principales jefes revolucionarios: Zapata en 1919, Carranza en 1920, Villa en 1923 y Obregón en 1928. En otras palabras, todos los personajes, a los que consideramos héroes de la Gesta Revolucionaria, no se podían ver entre ellos y hasta se mandaron matar. ¿Y quién paga esos platos rotos? En el caso de México, como siempre, el pueblo bueno. Si no, vean fotos de esa época en que se aprecian los “soldados”, que eran campesinos cargando un fusil. Nada diferente a 100 años atrás, cuando inició la Independencia de México, porque los españoles, en este caso, peninsulares, como se les llamaba a los nacidos en ese país de Europa, tenían oprimidos, incluso, hasta a los criollos, quienes, en la pirámide social, estaban abajo de los peninsulares, pues aunque de padre y madre españoles, habían nacido en México y eso les “restaba puntos” en su superioridad socioétnica. En este movimiento de separación de España, la carne de cañón fueron los indígenas, igual que en la Revolución, cuyos antecedentes se remontan a México bajo la dictadura de Porfirio Díaz, quien ejerció el poder de 1876 a 1911. Durante esos 35 años, México tuvo crecimiento económico y estabilidad política, logros con altos costos financieros y sociales, que pagaron los estratos menos favorecidos de la sociedad y la oposición política al régimen de Díaz. O sea, un siglo después de la Independencia y el grueso de la población seguía en las mismas, sobre todo, ser analfabeta, que esa parece ser la apuesta de los gobiernos en este País. Muy diferente a la Ilustración, movimiento cultural e intelectual, que apareció a mediados del Siglo 18 y duró hasta los primeros años del 19, que fue especialmente activo en Francia, Inglaterra y Alemania, generó cambios y uno de los más conocidos fue la Revolución Francesa, cuando el pueblo se levantó en armas contra sus monarcas y, a partir de entonces, esa nación ha sido ejemplo en pensamiento, economía, trabajo, sociedad y tecnología. A la francesa se le considera la Madre de todas las Revoluciones porque inspiró a otros países, sobre todo de América, a independizarse, pero en Europa, el pueblo recibió instrucción, fue alfabetizado y cultivado para hacerle ver más objetivamente su realidad antes de lanzarse a las armas, lo que no sucedió en México en sus dos grandes conflagraciones, pero pocos somos los mexicanos que nos interesa prepararnos; triste realidad, pero nos encanta andar de revoltosos sin sustento y también de llorones, pues en eso sí tenemos posgrados: en autovictimización, que va desde los estudiantes, quienes se quejan por la tarea o el solo hecho de ir a la escuela temprano; los trabajadores, que se quejan de las actividades que desempeñan y les corresponden, pero se las arreglan para deslindarlas a otros y toda la semana laboral están anhelando que llegue el día de descanso; propietarios de negocios, que también se quejan de las responsabilidades que eso conlleva y de ser jefe; en fin. Solo vea a su alrededor y se dará cuenta que conocemos gente así o nosotros también lo somos, pues también somos expertos en mirar la paja en el ojo ajeno y sentir que no hay tacha en el nuestro. He aquí los resultados, a 109 años de la Revolución y seguimos parados en un terreno similar al de entonces, aunque ahora con más sofisticación, pues aunque se gane bien, actualmente no hay dinero que alcance; somos esclavos de las marcas y de nuestra baja autoestima, que pensamos que portar o tener algo que ostente un logo de prestigio ya nos hace superiores, pero los esclavos de la era moderna se llaman deudores; ahora navegamos en océanos de información y en realidad no sabemos casi nada, estamos casi tan iletrados como los analfabetas de hace poco más de un siglo, pero atacamos sin piedad a quien no comparta nuestro punto de vista y por eso es objeto de descalificación instantánea, ya que en redes sociales hacemos una revolución entre egos y no, una de ideas; para no variar, seguimos siendo manipulados, nos bajan el Sol y las estrellas, como siempre lo han hecho los políticos, para llegar al poder y durante su periodo, comportarse como dictadores al más puro estilo de Porfirio Díaz, pues también se sienten intocables, independientemente de afiliación partidista, pero seguimos creyendo en ellos, esperanzados a que alguien nos va a sacar del bache en que estemos, sin siquiera intentarlo por iniciativa propia; lo peor es que ahora defendemos a quienes están en las máximas jerarquías políticas, negándonos a la realidad que nos golpea a diario, pero son la representación aspiracional de muchos, situación que en lugar de unirnos, nos polariza y hasta nos ha dividido como sociedad y nación.

Pero unidas por un mismo propósito, aproximadamente 30 organizaciones de la sociedad civil estarán informando de su misión y ofreciendo productos o servicios para recabar fondos en Un Día para Ayudar, que organizan Grupo Editorial Noroeste y Tecmilenio, que se realizará este domingo 24 de noviembre, en las instalaciones del campus, a partir de la una de la tarde. Habrá puestos de comida, postres, bebidas, juegos, números musicales y otras sorpresas para que las personas pasen un domingo de convivencia familiar, apoyando las causas que ahí se congregan.

Y con el objetivo de congregar a personas para que se diviertan y cooperen con su labor, ANSPAC Mazatlán invita a su Tarde de Juegos, que tendrá lugar mañana, jueves, a partir de las cuatro de la tarde, en el Hotel Aguamarina, con un donativo de 100 pesos, que da derecho a jugar bingo, rifa de regalos, café, refrescos y delicias horneadas. Al día siguiente, viernes, su presidenta, Liz Benítez, junto con las damas que colaboran en la asociación, invita a que asistan a su primera Caminata por la Salud Familiar; el punto de reunión es el Kilómetro Cero, a las cinco de la tarde. Para participar, solo necesita asistir, ya sea solo, con familia, amigos y hasta su mascota, además de portar una prenda azul. El objetivo de la actividad es hacer conciencia sobre la importancia de mantener una estilo de vida saludable y convivir entre los presentes, en armonía, con una sola meta: ser mejores personas cada día, en mente, cuerpo y espíritu.