Silvia Pinal y sus mejores películas
Para muchos de las generaciones más contemporáneas, el nombre de Silvia Pinal está directamente relacionado con aquella serie televisiva llamada Mujer, casos de la vida real, en donde la actriz y productora compartía melodramas familiares.
Sin embargo, la actriz mexicana goza de una amplia trayectoria artística con alrededor de 112 proyectos en cine y televisión convirtiéndose así en una de las máximas figuras del cine nacional -a la par de María Félix o Dolores del Río- y a quien recordamos con esta lista de sus mejores películas.
Bamba (1949)
Bamba fue la película que marcó su debut en el cine mexicano. Ahí, Silvia Pinal compartió créditos con Tito Junco, Carmen Montejo, Andrés Soler y Víctor Manuel Mendoza, entre otros.
En Bamba apareció brevemente dando vida a Emilia. En Bamba, un hombre se entusiasma con una humilde mujer que remienda redes para pescar, pero está casado con una mujer rica.
Un rincón cerca del cielo (1952)
Aunque esta cinta no fue protagonizada por la actriz, vale la pena mencionarla porque fue una de las varias películas en las que compartió créditos con Pedro Infante, pero también participaron Marga López, Andrés Soler, Antonio Aguilar y varios actores más.
Un rincón cerca del cielo le dio la oportunidad a Silvia Pinal de ganar un Ariel en la categoría de Mejor coactuación femenina gracias a su interpretación como Sonia Irina.
El Inocente (1956)
Una vez más la dupla de Silvia Pinal y Pedro Infante se hace presente en una película donde debe reconocerse el dote artístico de la actriz, quien domina a la perfección el género de la comedia.
El Inocente es justamente un filme divertido, donde también actuaron Sara García, Óscar Ortiz de Pinedo y Pedro de Aguillón.
En la trama, los papás de Mané (Sara García y Óscar Ortiz de Pinedo) llegan a la casa de México para encontrarse con que su hija y el mecánico están dormidos en la misma cama y pensando lo peor, determinan que deben casarse para limpiar el honor de su hija y de la familia para después, divorciarse
El Rey del barrio (1949)
Junto a Germán Valdez “Tin Tan” filma El Rey del barrio. Y aquí tampoco es la excepción, pues el personaje protagónico femenino es nada más y nada menos que Silvia Pinal. Al igual que con Pedro Infante, la pareja resulta atractiva sobre todo en los terrenos de la comedia, género que a ambos les va muy bien.
En El Rey del barrio, Tin Tan encarna a un estafador millonario, quien, involuntariamente, enamora a una de sus víctimas, quien desarrolla deseos de convertirlo en su esposo. Toda una divertida parodia del melodrama mexicano.
Viridiana (1961)
Viridiana es uno de los filmes más importantes en la carrera de Silvia Pinal, con ella dejó una huella muy importante tanto en su trayectoria como en la de Luis Buñuel. Viridiana fue todo un éxito mundial al llevarse la Palma de Oro en el Festival de Cannes en 1961.
La película está basada en la novela Halma, de Benito Pérez Galdós, en ella se narra una historia sumamente trágica, donde impera la pérdida de la inocencia. Una pura y casta novicia sale del convento para visitar a su tío. Cuando Viridiana llega a la morada, su tío, al verla, se enamora perdidamente de ella, pues según él le recuerda a su difunta esposa. Todo se sale de control hasta que el tío trata de violarla mientras duerme. Sin lograr su cometido y abrumado por la culpa, el tío de Viridiana se suicida.
El ángel exterminador (1962)
Otra de las grandes obras en el cine de Silvia Pinal, es sin duda El Ángel Exterminador, un filme del cineasta Luis Buñuel, en el que ella interpreta el papel de Leticia “La Valkiria”.
Por sí misma, esta película es una obra maestra de la cinematografía cuya trama es tan surrealista como intrigante y atractiva donde un grupo de burgueses asisten a una cena, pero no consiguen abandonar el cuarto de la lujosa mansión que los recibe.
El ángel exterminador, además de Silvia Pinal, cuenta con las actuaciones de Jacqueline Andere, Enrique Rambal, Claudio Brook, Ofelia Guilmáin, y Tito Junco, entre otros.
Simón del desierto (1965)
En esta lista tampoco podía faltar el filme Simón del desierto, uniendo otra vez a Silvia Pinal y Luis Buñuel. Este proyecto no fue un largometraje, ya que debido a problemas de producción terminó convirtiéndose en un mediometraje.
Dicho proyecto se convirtió en el último trabajo de Luis Buñuel en México. La historia es muy atractiva ya que manifiesta una de las inquietudes temáticas del cineasta español: desaprobación a los estatutos de la iglesia católica y contra todo tipo de fanatismo religioso.
Aquí Silvia Pinal hace su aparición como El diablo, quien no descansará hasta seducir a Simón. El audiovisual logró hacerse con el Gran Premio del Jurado y el Premio Fipresci en el Festival de Cine de Venecia.
La dulce enemiga (1957)
En la película La dulce enemiga, Silvia Pinal dio vida a Lucrecia, personaje que la llevó a obtener el Premio Ariel en la categoría de Mejor Actuación Femenina.
La historia es interesante, en ella, Silvia Pinal dio vida a una femme fatale, cuyas ‘hazañas’ son narradas por los fantasmas de sus amantes a través de una narrativa compuesta por flashbacks. Aquí, la actriz compartió créditos con Joaquín Cordero y Carlos Riquelme, entre otros.
Locura pasional (1956)
Siguiendo con las películas que le dieron a Silvia Pinal importantes galardones para adornar su carrera, está Locura pasional, misma que protagonizó junto a Carlos López Moctezuma. En esta cinta, la actriz da vida a una mujer víctima de los celos de su amado. Su papel como Mabel Mendoza le dio el Ariel en la categoría de Mejor Actuación Femenina.
Un extraño en la escalera (1955)
Un extraño en la escalera, también del director Tulio Demicheli, fue la pieza que la consagró como una de las actrices más importantes de la cinematografía nacional.
Esta película la llevó a Cuba para dar vida a Laura, una joven secretaria envuelta en un lío económico que termina por convertirla en toda una criminal.
La hermana trinquete (1970)
En esta comedia, Silvia Pinal interpreta a Elena, una escurridiza ladrona y artista del disfraz. Al verse perseguida por la policía se disfraza de monja y decide refugiarse en un convento, desde donde aprovecha para hacer toda clase de trinquetes, ahora en favor de la Iglesia.
