"Revive el rock de antaño en la Plaza de la Moto en Mazatlán"
Un concierto de rock en español de los 80 y 90, en la Legendaria Semana de la Moto Mazatlán, dejó claro que esa música sigue rondando la escena mexicana.
La generación que hace 30 años alimentaba su vida cotidiana con letras como "Viento", "Kumbala", "Mátenme porque me muero", "Hombre lobo en París" y "Temblor" se dejó invadir por los sonidos que transportaban dos y tres décadas atrás. El resultado: una explosión de emociones detonadas por la nostalgia.
El rock en español rompió con muchos prejuicios musicales en México, la juventud seducida y dominada por la propuesta extranjera fue cayendo lentamente en las redes que les tendieron amorosa y agresivamente grupos como Caifanes, Enanitos verdes, Fobia, Neón, Rostros Ocultos, Café Tacvba, Ritmo Peligroso y La Maldita Vecindad, que irrumpieron en la escena para ganarse el corazón de los mexicanos.
Ellos, esa generación que rompió con el paradigma de las preferencias por la música extranjera y provocó un revolución musical cuando decidió apoyar al rock en español, fue la que llenó la Plaza de la Moto el sábado por la noche, en el concierto "Rock en Tu Idioma Sinfónico", una idea que creó Sabo Romo, ex de Caifanes, y Eliseo Reina.
El concierto anunciado a las 24:00 horas arrancó una hora antes, la gente ya estaba instalada esperando la descarga emocional, querían subirse a la máquina del tiempo para sentir de nuevo sus 20 años en la piel y en el corazón, y lo lograron.
Cuando Sabo, ex bajista de Caifanes, tocó los primeros acordes de "Viento", se hizo la magia, la máquina del tiempo interna de cada persona empezó a revolucionar el interior del auditorio, cada frase empujaba hacia el pasado.
Cuando se escuchó el estribillo "Viento, amárranos, tiempo detente muchos años", así sucedió, el tiempo se detuvo en 1987 y miles volvieron a ser los veinteañeros cargados de energía que se enemoraron con esas canciones, que consolidaron con buenos momentos las amistades para toda la vida y empezaron a bailar y cantar.
La música tiene ese privilegio de colocar a las personas en el momento feliz en que la escucharon en el pasado, hasta se pudo oler el aroma que se instalaba en las fiestas ochenteras y noventeras en Mazatlán, los años del Bora Bora antes de que llegara el Oyster.
En el foro fueron apareciendo figuras emblemáticas de la escena rockera mexicana de hace 30 años, como Piro, de Ritmo Peligroso; Cala, de Rostros Ocultos; y Leonardo de Lozanne, de Fobia, que interpretaron las canciones de sus grupos, pero también los éxitos de otros.
La dotación de guitarra eléctrica, batería, bajo, percusiones y teclado dominó el sonido que salió del escenario hacia la plaza, fue un buen intento que la Camerata Metropolitana se uniera a los roqueros.
Su intervención se diluyó y casi desapareció en medio de los sonidos de los instrumentos electrónicos tradionales de una banda de rock; solo en un par de canciones, cuando se callaron la guitarra, bajo y teclados eléctricos, se escucharon los violines.
De Ritmo Peligroso tocaron "Déjala tranquila". Los gritos femeninos y muchos masculinos se desaforaron cuando salió uno de los galanes de la época de oro del rock en español, Leonardo de Lozanne, del grupo Fobia, con quien el público coreó toda la letra de "Microbito".
Cala, de Rostros Ocultos, interpretó "El último adiós", y la Plaza de la Moto de deshizo en gritos para acompañar a Sabo, que empezó con la primera frase de "Mátenme porque me muero"; lo mismo sucedió con "Beber de tu sangre", que provocó que muchos otros entraran en un trance de nostalgia.
Del mismo grupo Neón interpretaron "Voy a buscar" y "Juegos de amor"; nuevamente la energía se desbordó con baile y coros que gritaban la letra de "La muralla", de Enanitos Verdes.
Hubo un rictus de tranquilidad cuando Piro desgranó las palabras del poema con el que se construyó la canción "El diablo".
Mujeres y hombres entraron en éxtasis cuando Cala rindió tributo a La Maldita Vecindad al cantar la emblemática "Kumbala"; siguieron con el homenaje que el rock le ofreció a los miles de cubanos que huyeron de su país en los 80 con la canción "Marielito".
No podía faltar en el repertorio las propuestas de los rockeros argentinos. Empezaron con Miguel Mateos, y por supuesto todos los ahí presentes sabían cada frase de "Es tan fácil romper un corazón".
También rindieron homenaje a una de los guitarristas legendarios del movimiento de rock en español latinoamericano, Gustavo Cerati, integrante de Soda Stereo; cuando en las bocinas se escuchó la primer frase de "El temblor", un enorme aplauso se elevó al cielo para saludar al inolvidable músico, fallecido en 2014.
Ni una más quisieron tocar los artistas. El público se deshacía en aplausos para convencerlos, después les gritaron rogándoles por una rola más, hasta que al unísono se escuchó "uleros...", muy al estilo roquero.