"No pudimos quitarle el gusto por la música: Benito Camacho"
GUAMÚCHIL-_ Ariel Camacho tuvo dos pasiones que marcaron su vida: la velocidad y la música. El correr a más de 100 kilómetros por hora era algo que disfrutaba, podría decirse que de igual forma le llegó el éxito cuando una casa discográfica de la Unión Americana lo "descubrió", pero también es cierto que y la vida se lo levó de igual manera con la combinación de ambas.
Cuando apenas era un adolescente empezó a seguir los pasos de su padre don Benito, quien no vio en la música un futuro y la dejo, sin embargo a Ariel lo rebasó el gustó por la guitarra y estando en la preparatoria de la UAS ya era parte de un grupo.
Por consejo de su papá concluyó la preparatoria, pero no pudo aguantarse más y dedicarse a la música. Don Benito no lo pudo hacer desistir de los escenarios.
"Le dije: 'mijo tienes que terminarla porque ese documento lo necesitas para lo que sea', esa fue la forma en que él terminó la preparatoria, y no le pudimos quitar ese gusto por la música, nunca, él lo traía, lo agarró en serio no como yo, me gustaba, siempre me ha gustado pero no para vivir de ello ni dedicarme a eso".
-¿Sintió coraje porque la pasión que le heredó de alguna manera lo llevó a perder la vida?
"No la verdad, así como sentir coraje no, siempre le inculqué otras cosas, yo no quería que él fuera músico, artista, que se dedicara a eso, no", refirió don Benito, quien como cualquier padre quiere lo mejor para sus hijos.
"Mi mayor deseo era que estudiara una carrera y después de eso, si él quería ser músico que fuera lo que él quisiera ser , pero desafortunadamente él no quiso y dijo que eso le apasionaba, y por ahí le dio, y le dije: 'mijo que Dios te bendiga'. Toco apoyarlo hasta los últimos momentos".
-¿Cómo ha sido esté año sin su hijo?
-Ha sido lo más difícil de mi vida, que va a seguir siendo porque siempre lo vamos a llevar en nuestros corazones... lo extrañamos muchos, qué más quisiéramos, que estuviera con nosotros y que no hubiera partido tan temprano, tan prematuramente y haber dejado tantas cosas pendientes que para él hubiera sido lo máximo, que era lo que quería él".
La habitación que compartía con su hermana luce igual, sus cosas están donde él las dejó, incluso la mochila con la que viajaba esta vez no lo acompañó a su último viaje, se quedó en casa de sus padres, la cual estaba arreglando con lo que la música le daba para vivir.
Un accidente previo alertó a la familia Camacho que Ariel tenía problemas con la velocidad, por ello don Benito le pidió al amigo de Ariel que le quitara las llaves del carro si veía que su hijo no estaba en estado conveniente para manejar aquella madrugada del 25 de febrero del 2015. Sin embargo, olvidó que el cantante era terco.
"Cuando ellos salieron de aquí, le dije a su compañero -que era más tranquilo y- que falleció con él : 'le gusta correr muy fuerte, si lo vez que anda mal, quítale por favor el carro, quítale las llaves no lo dejes manejar', le rogué mucho por lo mismo, ya habíamos vivido una experiencia y dije que necesidad de vivir otra... y ya ve más fuerte todavía".
La vida les cambió drásticamente a los Camacho aquella madrugada del 25 de febrero del 2015, de estar felices por ver que se cristalizaban los sueños de Ariel al convertirse en un ídolo en Estados Unidos. Hoy se levanta con la mirada vacía y tratando de seguir adelante al igual que su esposa Reina, tiene dos hijas más: Kenia, de 20 años, y Cynthia, de 18.
"La verdad hay veces que no me dan ganas de salir, me da para abajo todo esto, no siente uno el mismo ánimo que cuando tienes a tus hijos que no te pasa nada de esto, con todo el gusto te vas a trabajar, a hacer las cosas... y ya cuando te pasa esto es algo increíble, le da a uno muy fuerte, sale uno a trabajar porque tiene que hacerlo", cuenta don Benito.
Hay un dicho que reza: que Dios no te da un dolor que no puedas superar y de alguna manera te va preparando, algo que dicen ellos no fue así.
"No difícil, no había preparación de eso, nunca, porque no te imaginas jamás que va pasar una cosa de este tipo, lo que piensas que primero te vas a ir tú, no un hijo tuyo, es la ley de la vida", manifiesta do Benito mientras doña Reina tiene en sus brazos un traje de Ariel.
En la casa de los Camacho se respira melancolía, un gran cuadro con su imagen está pegado a la puerta de su habitación, mientras que en un librero de la sala hay otra foto más chica y una más con su hijo y el amigo de éste que lo acompañó hasta la muerte.
Para otros padres que han pasado por la pérdida de un hijo, los Camacho les aconsejan que le echen ganas y más si tienen más herederos.
"De alguna manera el recuerdo del hijo que ya se fue lo tenemos en el corazón, en el pensamiento andamos llenos de él, es el consejo que les damos, que vivan de esa manera y que los acompañamos también en su pesar tan grande", expresan el matrimonio.
Al cuestionarlo si continuará preservando la música de su hijo a lado de Los Plebes de Rancho, con quienes se presenta a veces, refiere que no lo sabe, porque el mundo da muchas vueltas.
""Hasta donde esto llegue yo voy a dar las gracias y la música va seguir adelante, el recuerdo tan bonito de él", comenta con melancolía.
"Un agradecimiento grande a toda la gente, un fuerte abrazo y no tenemos como agradecerles ese cariño tan grande que le tienen a mi hijo y después aun que él se haya ido físicamente, pero él está vivo en el corazón de la gente".
EN CORTO
-En medio de la melancolía, don Benito recuerda que Ariel quería tocar otros instrumentos como el acordeón, incluso tenía la intensión de fusionar la guitarra con la banda.
-Ariel Camacho falleció la madrugada del 25 de febrero de 2015 junto con dos personas más cuando regresaba del Carnaval de Mocorito a exceso de velocidad.
-Con su muerte, la fama de Ariel Camacho y los Plebles del Rancho creció.