"Motos y hip hop con Pato Machete en Mazatlán"

Pato Machete consolidó su camino en solitario después de haber pertenecido a uno de los grupos emblemáticos del hip hop mexciano, Control Machete. Construyó su sello particular con una propuesta que fusiona el hip hop, el reggae, la cumbia, el rock y el tango, y así hizo rugir, literalmente, la explanada de la Semana de la Moto.

En los conciertos de la fiesta de los caballos de acero, el público que se reúne para disfrutar muestra su impaciencia, su afán por ver salir a los artistas haciendo rugir sus motos, cientos de ellos exigen con el ruido de sus mofles que empiece la música.

El cantante arrancó con Soy una propuesta, de los tradicionales sonidos agresivos que acompañan la palabra dicha, no cantada, frases que se reflexionan sobre la soledad, la tristeza y la fragilidad de las relaciones: amistad y amor,  muestran el complejo pensamiento de Pato Machete, retratado en el pesado sentido existencialista que domina las generaciones que pueblan el planeta.

El cantante y compositor dijo que por la necesidad de expresarse se convirtió en solista.

“Pero sigo trabajando de manera colectiva, es un gran equipo el que está con Pato Machete, me gusta participar en una de las reuniones de motociclistas más grande del México. En Mazatlán se vive algo increíble, toda la ciudad está habitada por motos durante una semana”, compartió.

“Mi propuesta musical siempre está tratando de dignificar los ritmos latinos, la cumbia, el rock y el reggae, los mezclados con el hip hop, nos dimos cuenta que eso nos da presencia en otros lados, con otros públicos; en ese sentido es más atractiva nuestra propuesta, no ha perdido su esencia, su fondo electrónico que sirve de base a la palabra usando la rima. Experimentando con los sonidos nos dimos cuenta que podemos jugar poniéndola sobre cualquier ritmo, eso hace a la propuesta interesante para muchos”.

Durante su presentación, continuó con Rancho, de su disco Contrabando; Humo, El genio, para entrar en un sabroso y alegre oasis sonoro con la cumbia con tintes de rap que hizo con su amigo Celso Piña, Sobra corazón, que la raza recibió como una agradable brisa que refrescó los oídos y el corazón.

Continuaron con El rescate e Ileso, y cerró con Comprendes Mendez, del disco Mucho barato, con el que el público volvió a rugir.