Despiden a Diego Verdaguer con misa de cenizas presentes. ‘Nos reconocimos como amores eternos’, asegura Amanda Miguel
Como un excelente esposo, con quien pudo hablar y compartir su vida con felicidad absoluta, y resolver los temas ríspidos de su relación con amor y respeto, recordó Amanda Miguel a Diego Verdaguer, en la misa de cenizas con la que lo despidieron.
“Cuando nos conocimos, nos reconocimos como amores eternos y nos juramos vivir juntos y respetarnos, porque creímos siempre en el concepto de la familia como lo más hermoso que existe en este mundo, ya que en el amor, el respeto, los valores y virtudes dentro del seno familiar, repercuten todo lo relacionado a nuestro mundo y a su supervivencia”.
A la celebración eucarística por el eterno descanso del cantautor, acudió su hija, Ana Victoria, amigos y familiares del artista y se invitó al público a seguirla a través de las redes sociales.
Estuvieron 22 sacerdotes de distintas partes del mundo y presidió el Cardenal Carlos Aguiar Retes, Arzobispo Primado de México.
“Hoy recibimos en este lugar, en su última peregrinación terrena, a Diego Verdaguer, por quien pedimos confiadamente que haya llegado al destino de quien orientó su vida con la luz de la fe y promovió en él, el verdadero amor”.
Al final, Amanda Miguel agradeció al público todos los mensajes y deseos positivos hacia su familia, desde cada rincón del planeta.
“Su partida impactó y creó una gran fuerza de amor expansiva, gracias a todos los amigos de la presa que siempre han estado atentos y respetuosos de nuestro dolor”.
Con el tema Volveré de fondo, la intérprete compartió que Diego fue un creyente de Dios y un hombre de fe.
“Tenía una gran fe en Dios, esa fe que le hacía crear continuamente y todo lo que él proponía y creaba lo conseguía y convertía, en acción”.
Su familia, dijo, honrará a Diego cumpliéndole todos los deseos que dejó sin concluir.
“Él era un creador y tenía demasiados proyectos, nosotros podemos seguir sus deseos y hacerlos realidad para que queden concluidos, como siempre él nos decía”.
Y con lágrimas y la voz entrecortada, reconoció en él un gran ejemplo de ser humano.
“Nos dejaste mucha tarea Diego, pero siempre un gran ejemplo de ser humano, te amo mi vida, siempre te amaré, siempre”.
Al final de la eucaristía, el cardenal bendijo con agua bendita la urna que contenía las cenizas de ‘La ladrona’.
“Las cenizas nos dan el consuelo de la esperanza de que vendrá un día en que podamos alegrarnos de nuevo con su presencia”, señaló el Cardenal.