Alec Baldwin habla de la muerte en el set de ‘Rust’: ‘Hay personas que no hicieron lo que debían’
El actor estadounidense Alec Baldwin contrató a un detective privado para investigar los hechos, sobre la muerte de una persona durante la filmación de la película Rust.
De acuerdo con la cadena CNN, Baldwin piensa que nadie será acusado penalmente al respecto.
La directora de fotografía Halyna Hutchins murió en octubre pasado por disparos de un arma que Baldwin sostenía mientras ensayaba en el set de filmación en Nuevo México.
La investigación penal sobre el incidente sigue en curso y los fiscales no descartaron presentar cargos contra los involucrados.
“Creo sinceramente... (que los investigadores) van a decir que esto fue un accidente”, dijo Baldwin en una de las raras entrevistas que ha concedido sobre el episodio.
De acuerdo con el medio, citado por Infobae, en estos últimos diez meses el actor repasó una y otra vez lo ocurrido y que había contratado a un investigador privado para investigarlos.
Si bien insistió en no querer “condenar” a Hannah Gutiérrez-Reed, la armera y asistente de utilería, señaló que tanto ella como el asistente del director Dave Halls, quien entregó el arma al actor momentos antes de los disparos, tienen responsabilidad en lo sucedido.
“Alguien puso una bala real en el arma y debería haberlo sabido”, dijo Baldwin. “Ese era el trabajo (de Gutiérrez-Reed). Su trabajo consistía en observar las municiones (...) y no se suponía que hubiera munición viva en el set”, dijo.
“Hay dos personas que no hicieron lo que debían hacer. (...) No quiero que vayan a prisión o que sus vidas sean un infierno. No quiero eso, pero sí quiero que todos sepan que esas son las dos personas responsables de lo que sucedió”.
Baldwin, protagonista y productor de Rust, ha sido objeto de varias demandas civiles por el tiroteo.
Anteriormente había afirmado que le dijeron que el arma no contenía munición real, que Hutchins le había indicado que apuntara el arma en su dirección y que no apretó el gatillo.
Pero un reciente informe forense del FBI concluyó que el arma no pudo haber sido disparada “sin apretar el gatillo”.
Gutiérrez-Reed demandó al proveedor de municiones de la película, acusándolo de que hubiera balas reales entre los cartuchos de fogueo.
El abogado de ella, Jason Bowles, criticó al FBI por omitir realizar pruebas de ADN o de huellas dactilares para establecer quién había manipulado las balas reales encontradas en el set.