Las situaciones malas nos permiten hacer cosas buenas que nunca habíamos hecho para resolverlas, reconstruyamos ya el país que queremos: lo estamos perdiendo.
Las buenas noticias.
Tenemos buenas noticias más abajo. Estas suelen ser raras y fomentan el optimismo que es más natural a la condición humana porque todos queremos ser felices, en cambio las malas noticias cansan y dificultan la capacidad de respuesta por el pesimismo que provocan.
Detrás de las buenas noticias se asoma la esperanza que es el resorte motivador fundamental que mueve a la acción, además de las razones y motivos válidos que la sustentan; las acciones ordenadas hacia un fin bueno sostienen la esperanza del mismo modo que las “obras son amores”.
Pero “no basta pensar bien para actuar bien”. Peor ignorar los cambios que sacuden al país. Urge leer la prensa y las noticias serias, no las mentiras oficiales ni las mañaneras.
Actuemos como dueños.
El espíritu emprendedor se pone a prueba cuando “se busca en lo ineludible, lo posible” nos decía Carlos Llano uno de los fundadores del IPADE, una escuela de negocios mexicana. El optimismo parte de un diagnóstico realista de la situación enfocándose en lo posible, nada que ver con lo iluso. Justo los buenos líderes fomentan la esperanza de sus seguidores, si no, no los seguirían.
Además, la búsqueda de buenos resultados fomenta la imaginación, fundamental para replantear los problemas y las soluciones en un nivel superior, pues “un problema no puede ser resuelto en el mismo nivel de pensamiento en el que fue planteado” decía Einstein.
Vino nuevo en odres nuevos
Justo nos urge encontrar nuevas soluciones ante los nuevos problemas que nos están dañando y matando, para eso necesitamos una convención de grupos y de asociaciones ciudadanas para reunirse en un lugar como lo acaban de hacer la unión de cámaras empresariales nacionales en Monterrey, a quienes la presidente y varios ministros los desairaron prometiéndoles su asistencia, un hecho muy revelador.
Una inédita noticia
Esta semana un grupo de ciudadanos venciendo su miedo ejercieron valientemente en Culiacán su derecho de pedir la renuncia del gobernador estipulada en la revocación del mandato ante el Comité Electoral del Estado de Sinaloa por razones obvias. Un gobernante, sea quien sea, que no gobierna no sirve.
Esta chispa puede encenderse en otras ciudades. Hace años el municipio de San Pedro en N.L. se organizó para hacerlo seguro ante los secuestros a empresarios. Atajemos uno de los más graves males que hemos padecido desde la Revolución: la pasividad ciudadana que no le exige cuentas al gobierno facilitando así la corrupción.
Por esa “Ventana Rota” entraron muchos males endémicos hasta convertirnos en un narco estado fallido.
¿Quién manda?
México ha dejado de ser el país del presidente para convertirse en una guerra de poderes donde los narcos y extorsionadores imponen sus condiciones regionalmente, el poder militar cuenta. Abundan los estados fallidos por la complicidad de los gobernantes, con los congresistas actúan como una pandilla para protegerse.
Lo más grave es que nos estamos acostumbrando a este estado de sitio. No basta con publicar desplegados en la prensa de todas las cámaras, asociaciones y grupos existentes, es necesario unirnos en un lugar para buscar soluciones puntuales, incluso acudir a instancias extranjeras, repito debemos hacer algo nunca hecho o nos seguirán arrebatando la vida y nuestro sustento.
Terrorismo sospechoso
Justo cuando el poder legislativo mangoneado por el ejecutivo se blinda ante el Poder Judicial Federal, se desparrama el terrorismo simultáneo en otras regiones para distraernos de algo tan crítico en el congreso, los poderes estatales están mangoneados. Hemos dejado solos a los empleados del PJF con sus huelgas.
La gente no tiene idea que esto atentará contra sus derechos humanos, los nuevos jueces no los defenderán de los abusos del gobierno, están cambiando la constitución con las rodillas por su prisa, acaparan el poder lo cual aumentará la corrupción, pues “el poder absoluto corrompe absolutamente”.
Pero no le llaman terrorismo porque temen acciones drásticas de EEUU y las habrá, modificarán el T-Mec. Sin la ley y el orden el caos crece y se impone la ley de la selva.
La teoría de las catástrofes
Al físico francés René Thom le dieron el premio Fields en matemáticas por su “Teoría de las Catástrofes”. Su modelo se ha aplicado a la sociología, psicología, filosofía, etc.
Usaremos una interpretación laxa de términos de física para sintetizar. Un país, una comunidad, progresa en la medida en que tengan una sinergia, mayor a las aportaciones individuales.
Lo contrario sucede cuando hay una entropía: la tendencia al desorden y al desgaste de las partes del sistema. Los Beatles al separarse a pesar de su genialidad individual ya no fueron lo mismo.
Se les llama catástrofes a los sucesos que provocan gran destrucción o daño ya sean humanos o naturales. René Thom estudió cómo los sistemas pueden tener cambios repentinos abruptos por los continuos cambios que le suceden, como una avalancha.
Y díganme ¿No es una catástrofe lo que vivimos en Culiacán y en muchos lugares más las serias consecuencias que vendrán? El orden, la unidad, la organización y el respeto a la ley son básicos para la sinergia.
Muchos están esperando quien los mueva para detener el caos, faltan líderes, busquemos soluciones realistas con lo que tenemos, demostremos músculo social.
Nuestra esperanza no es negociable