"Un poco de dolor no daña a nadie: Alfonso Orejel"

Fernando Espinoza

La muerte de tres de sus hermanos provocó que las historias de terror rondaran en la cabeza de Alfonso Orejel, hasta llevarlas a la literatura.

El autor de “Un poco de dolor no daña a nadie”, libro que presentó en la FeliUAS 2018, acompañado por la promotora cultural, Karina Castillo, narró para cientos de asistentes, una de las presentaciones más concurridas, cómo el miedo que embargaba cuando era pequeño, los inspiró para escribir seis libros.

“Yo soy de Los Mochis, mis papás tenían una tienda, la tienda tenía tres pisos, en la parte de abajo era una tienda de 50 metros de largo, eran de las antiguas que estaban casi con la fundación de la ciudad; mis papás llegaron muy pobres ahí e hicieron dinero como comerciantes, pero la tienda tenía muchos maniquís.

“Cuando yo estaba niño a mí me tocó una desgracia terrible: vi morir a tres de mis hermanos, de cáncer, en un accidente y otro de una enfermedad renal, y los tres hermanos muertos deambulaban por la casa como fantasmas, es rollo que ustedes dirán ‘qué payasada’; mi mamá me decía todos los días que miraba caminar por la casa a mis hermanos muertos”, comentó el autor.

En ese entonces, agregó, él tenía 7 años y escuchaba estas historias de boca de su madre, mientras tomaban café negro. Su madre, a quien cataloga como una narradora oral natural, es su principal fuente de inspiración; las historias que le contaba se convirtieron en las letras de sus libros.

“Quizá en el fondo estoy vengando, así como sufrí yo, me gusta hacer sufrir a mis lectores. Sufran, sientan el miedo, que recorra sus venas como una rata, que los asuste, que los haga gritar en medio de la noche, y que la almohada donde depositan la cabeza de pronto sean las que les cuenta las peores pesadillas”.

“Un poco de dolor no daña a nadie” es un libro de cuentos, Karina Castillo lo cataloga como un buen ejemplar para quienes gustan del suspenso, y el terror.

Alfonso Orejel realizó la lectura de un cuento, con la intención de persuadir a los asistentes, la mayoría estudiantes de preparatoriia, en interesarse en sus obras.

“Quizá en el fondo estoy vengando, así como sufrí yo, me gusta hacer sufrir a mis lectores. Sufran, sientan el miedo, que recorra sus venas como una rata, que los asuste...”.

Alfonso Orejel, Escritor