"'Todo niño tiene un escritor en su lenguaje'"
Para un niño, la Luna puede transformarse en una pelota, es quizá una media sandía o también una sonrisa de gato. Su imaginación es tan grande, que con un poquito que se les motive, pueden crear grandes historias.
Georgina Martínez, coordinadora del programa Alas y Raíces de Sinaloa, asegura que solamente hay que guiarlos, motivarlos, darles libros, empujarlos.
"Todo niño tiene en su lenguaje un escritor, el niño tiene literatura natural porque tiene una imaginación desbordada, algunos dicen 'yo no puedo escribir porque no tengo imaginación', pero mientras tengamos vida, tenemos imaginación", asegura.
En sus talleres, utiliza objetos que empujen la imaginación. Un plato, una cuchara, un reloj, una pluma.
"Ayer les mostré qué se imaginan que puede ser una tortilla y dicen 'es algo de comer', cómo podemos hacer un cuento de una tortilla. O llevo la caja de los cuentos, abro la caja y traigo una pluma, un reloj de cadenita de antes, y les digo 'Con este reloj puedo detener el tiempo, o esta pluma era de la última ave de su especie'", dice.
"Luego les pido que a partir de estos objetos hagan una historia, se trata de detonar en ellos la imaginación, no les puedes decir 'escriban un cuento de lo que sea', tiene que haber algo que los motive".
Recientemente dio un taller en el Festival de las Ánimas de San Ignacio y llevó a los niños a la orilla del río y ahí surgieron historias.
"Les dije, escuchen, qué se oye, de repente aparecieron unas maripositas blancas, esos pequeños detalles de observación de la naturaleza, de lo que los rodea, y cuando ves lo que a los niños les sale, simplemente de sentarlos a ver, me hicieron unos cuentos que me dan ganas de llorar", cuenta.
"Por ejemplo, escribieron 'el río estaba enojado porque la gente hace mucho ruido con sus camionetas cuando se ponen en la orilla, las mariposas los quieren llevar a un lugar silencioso, donde el río puede cantar', eso no lo puse yo, lo hicieron los niños.
Los niños tienen en su vocabulario mucha literatura".
Formar lectores con el ejemplo
Para que un niño lea de manera natural, quienes deben poner el ejemplo en casa son los papás, advierte.
"Cuando un niño es pequeño quiere imitar a sus padres, tú no puedes decirles que lean si no te ve con un libro, la única manera de que a un niño le guste leer es que tú en las noches, aunque llegues cansadísimo de trabajar, te des tiempo, uno o dos días a la semana, de agarrar un libro leerle y luego pedirles que te lean ellos", asegura.
"A mí me dio resultados como mamá, y no es una fórmula mágica, mis hijos más grandes son lectores, con el chiquito sigo trabajando poco a poco. Entonces si tus hijos te ven leer, van a buscar libros".
Cada niño es diferente y elegir un libro que le guste dependerá de sus intereses.
"Este libro es de Historias escalofriantes, de miedo, les fascina a los niños todo sobre los fantasmas, leyendas, vampiros, a los adolescentes les gusta más las historias de amor, a los pequeños les llama la atención historias cortas, con poquitos personajes, con ilustraciones muy vivas", dice.
Para cada edad hay un libro, reconoce, y es importante conocer los gustos de los hijos para elegir lecturas, advierte. La idea es leerles pero también hacer que ellos lean un poco y así lograr que ese momento de lectura sea único.
"Además de que van a leer en un futuro, la literatura hace que te conectes con ellos, que tengan vivencias, y que ellos se puedan conectar con una historia. Si desde muy pequeño lo empiezas a encauzar, podríamos contar con grandes escritores en Sinaloa, que los contamos con los dedos de la mano, pero cuánto potencial hay, imagínate", considera.
"Tenemos 600 kilómetros de litoral, sierra, todo el paisaje, la vida cotidiana, los dichos, la tambora, todo lo que tenemos en Sinaloa, la manera de hablar, además cuántos niños hay en Sinaloa, hay que fomentar la creatividad y eso se hace con la lectura".
Literatura fantástica y contemporánea
Muchos consideran que la literatura infantil se limita al "fueron felices por siempre", pero no es así, reconoce Martínez.
"Tendemos a seguir la idea de que las niñas leen cosas de las hadas y los niños de los piratas, está bien, pero también hay libros que hablan de las cosas que sienten los niños cuando sufren maltrato, por ejemplo. No se trata de leer pura violencia, pero hay una literatura que se escribe donde los niños están sintiendo el acoso escolar la presión de sus padres, pero de manera hermosa, porque el niño siente y se preocupa. Y hay que procurar que un niño lea de todo, sin perder la fantasía".
Recuerda que en El expreso polar se aborda el tema de creer o no en Santa Clos y de un pequeño que va en busca de una campanita que escucha cuando los que no creen, no son capaces de oírla.
"Es un símil, los niños a los que dejan ver películas, que juegan a matar, no van al parque, son niños que viven estresados, hace falta a través de la literatura fomentar ese vínculo emocional que hay entre los personajes contigo", añade.
"Yo sí cuento mucho cosas que tienen que ver con el arraigo sinaloense, pero también cuentos sobre bullying. Hay que plantear esta literatura para que los niños sepan que hay otros pequeños que sienten, que tienen temores, que pueden sufrir acoso y que a través de la literatura lo pueden sacar".
Consideró importante hacer un equilibrio entre las literaturas fantásticas, de hadas, pero también historias que conectan con lo que estamos viviendo.
"Actualmente se está haciendo buena literatura, pero hay una deuda en Sinaloa de escritores para niños, hacen falta más, pero no debemos abandonar a los niños al video juego y la televisión. El momento único de un padre, aunque estés cansado, es que llegues y le cuentes una historia, del hombre, del fantasma, de lo que quieras".
Para leer a los hijos no hay pretexto que valga, asegura.
"Hay libros hasta de 30 pesos, no es pretexto que esté caro. Más caro es que pierda su infancia sin haber imaginado, porque la literatura te hace imaginar. Cuando leen es como si crearan su película, los niños son el director, buscan los escenarios, esa es la magia de la literatura".
Beneficios de la lectura
Un niño que lee cuentos, puede leer cualquier cosa, en la escuela pueden entender mejor los contenidos, tienen mayor creatividad para resolver todas las materias, tiene una comprensión mejor de la vida, entiende mejor lo que le está sucediendo.
Si tú quieres resolver un problema matemático tienes que leer y comprender, el niño que lee entiende.
Qué leer
- Da a los más chiquitos libros plásticos, que pueden tocar, morder, de puros dibujos o alguna letra, que ellos cuenten su propia historia.
- A los de kínder, dales libros con historias más elaboradas, pero más dibujos que letras.
- A los de primaria, libros de Anthony Browne.
- A los lectores libros del colombiano Triunfo Arciniegas, el sinaloense Alfonso Orejel, Alberto Forcada y Francisco Hinojosa.
- Leer los clásicos, junto con lo contemporáneo, no puedes perderte un pinocho, la sirenita, todo de los Anderson, cuentos que tienen valores, porque antes la manera de educar era con cuentos, pero sí buscar lo menos comerciales, hacer una apuesta de autores que sean distintos a la televisión, para que sean otros autores.
- Para los más grandes los clásicos como Allan Poe, y cosas modernas como Harry Potter.
PARA SABER
Georgina Martínez Montaño es Licenciada en Ciencias de la Comunicación, de la UdeO. Promotora cultural, Editora de Alas de papel desde hace 13 años, Conductora de Y productora Barra Infantil Radio Sinaloa. Cuenta cuentos en Bibliotecas Públicas de Culiacán.