"Se mete Georgina Martínez en los ojos de Inés"
Cuando Georgina Martínez participaba en un taller de Literatura infantil se vio atrapada por la mirada de la escritora Inés Arredondo, cuya foto de su juventud estaba en el salón. La miraba y en un momento pensó "voy a meterme en sus ojos y a imaginar cómo sería de niña".
Dos años después de aquella imagen, salió su libro 'En los ojos de Inés', en los que recrea una infancia de la escritora en Eldorado, junto a su abuelo Pancho, y que presentará este martes 22, a las 15:00 horas, a través de la página de Facebook del Instituto Municipal de Cultura, como parte de los Festejos de Culiacán.
"Mi primer acercamiento a Inés, fue como a los 15 años, leía unos cuentos, los sentía tan cercanos porque soy muy amante de todo lo de Culiacán, siempre me quedó La Sunamita... me imaginaba esa hacienda", comparte Martínez.
"Y la primera vez que fui a Eldorado, ese mundo que me pintó Inés lo quería revivir, y cuando lo voy viendo, aprendí mi primera lección de literatura que es que sublima la realidad, porque Eldorado es bonito pero tenía esa idea de los libros".
Después asegura, se enamoró de Eldorado por su suegro, que era un hombre que le platicaba muchas historias de ese lugar. Luego hizo un reportaje de la Hacienda de los Redo, y se plantó en ella el sueño de que ese sería algún día el escenario de un cuento.
Y entonces se metió en los ojos de Inés y recorrió paisajes de Eldorado de la mano de su abuelo Pancho y con la complicidad de su amiga Rosa, con quienes vive innumerables aventuras.
"Es la historia de una niña que va a visitar a su abuelo en el verano y que se llena de alegría cuando ve esa Hacienda que casi siempre está sola y tiene muchos libros y el abuelo la lleva por toda esta imaginación a todos estos lugares y ahí conoce a una niña, que es todo lo contrario a las niñas de la época, anda descalza, se sube a los árboles, le enseña que hay cosas que escarban, encuentran puntas de flechas, en referencia a arqueología de Eldorado", comparte.
En el cuento también habla de las injusticias que en algún tiempo ocurrieron en México, en que los hacendados se aprovechaban de algunas jóvenes, pero como es para niños no está implícito, dice.
Al final, añade, lo más importante es que un niño pueda descubrir el mágico mundo que está en los guayabos, subirse a los árboles, las historias que cuenta un abuelo.
La historia llega a su fin cuando Inés se va a estudiar, pero se queda con su infancia y esos recuerdos la convierten en escritora.
"No es propiamente una biografía de Inés Arredondo, es como yo me la imaginé a ella y a muchas mujeres que salen de sus pueblos y recuerdan esos tiempos de niña", asegura Martínez.
"Una niña que también se me figura a Irma Garmendia, mujeres que han peleado por la literatura en un mundo de hombres y que de repente ha sido difícil".
Escribir sobre ella le fue importante porque Inés solo escribió un cuento para niños, Historia de una princesa, que es la historia de la malinche.
"Yo decía los niños no pueden leer todavía Río Subterráneo o La señal, pero por qué no, saber de una escritora que fue transcendente, al final del libro viene una foto de ella, junto al Puente Negro", apunta.
"No es biográfico, porque inés no tuvo tanto acceso a su abuelo, pero la quise hacer con alguien entrañable, porque ella toma de hecho el nombre de su abuelo, quise tomar esa parte que ella escogió".
AGENDA
Este martes 22 será la presentación del lbro En los ojos de Inés, a las 15:00 horas, con María Tuti, ilustradora del cuento, y los comentarios de la poeta Irma Garmendia, la académica Dina Grijalva, la editora Maritza López y las niñas Abril Sophia Flores Ontiveros y Karely Franco Lizárraga.