Reflexionan sobre los retos de la cultura creadores y promotores de Sinaloa
Revivir el Concurso Internacional de Canto, crear una escuela de música, vincular la lectura con el sector educativo, formar espectadores de teatro de calle y fortalecer la relación del gobierno con la sociedad organizada para acceder a más cultura, fue la propuesta de creadores y promotores en la Mesa de Cultura del panel Sinaloa Retos y Futuro de una Sociedad Cambiante, en El Colegio de Sinaloa.
La mesa fue moderada por el escritor Élmer Mendoza, presidente de El Colegio de Sinaloa y participaron el poeta Jaime Labastida, el director de orquesta Enrique Patrón de Rueda, ambos miembros de El Colegio de Sinaloa; Leonor Quijada Franco, directora de la Sociedad Artística Sinaloense; Juan Avilés Ochoa, director del Instituto Sinaloense de Cultura; y Juan Mendoza, director de la compañía de teatro Todo Terreno.
Mendoza destacó que todos ellos son personas que hacen un trabajo muy importante en esta idea de culturización en Sinaloa que nunca se acaba
Retomar Concurso Internacional de Canto
Enrique Patrón de Rueda aseguró que volver a Sinaloa y enfocar su trabajo artístico aquí lo hace por amor a su estado.
“Soy muy sinaloense, muy mazatleco y creo ciegamente en el talento de los sinaloenses, las voces que se dan por acá no se dan en ningún otro estado sin embargo no hay el apoyo suficiente para que se promuevan y se distingan a nivel nacional e internacional”, dijo.
Lo mueve estar acá porque es su vocación de vida y en un momento dado se cansó de los viajes internacionales y decidió volver a Sinaloa para hacer cosas.
“Y hemos logrado hacer bastante, pero no suficiente”.
Mendoza recordó cuando se encontró en una Semana Negra, en Gijón, España y encontró que en una de las ciudades Enrique Patrón de Rueda dirigiría una ópera por esos días.
Luego intervino Patrón para recordar que, sin embargo, tiene más de tres años sin dirigir en Culiacán.
Durante su exposición expresó su interés por que se reanude el Concurso Internacional de Canto de Sinaloa, que tiene varios años sin llevarse a cabo, y solicitaron la intervención del director del Instituto Sinaloense de Cultura.
Las respuestas de los políticos, dijo, son como una grabadora, dicen cosas y no pasa nada.
Las razones, expuso, es que es un proyecto de vida suyo y porque ha visto la cantidad de jóvenes que han salido de este concurso y han logrado una carrera nacional e internacional.
“Hay cantantes jóvenes en el mundo que ganaron una beca en este concurso, además la imagen que le da a nuestro estado este concurso es increíble y a veces los políticos no se dan cuenta de eso y es una forma de contrarrestar todo lo feo que se dice de nosotros”.
Añadió la importancia de crear una escuela en la que se apoye el talento en el canto, la música y la composición de los jóvenes, porque la que tienen en Mazatlán les ha costado mucho sacarla adelante.
“Pedir se puede, que lo hagan es otra cosa, siempre dicen que sí y lo voy a ver, lo pasan al secretario particular para que lo vean y no pasa nada”.
El hecho de no promover las artes, añadió, el costo que paga la humanidad es muy alto.
Leer y dotar de libros las aulas
Jaime Labastida habló de la palabra oral y escrita que a lo largo de la historia se ha transmitido de generación en generación.
“Los seres humanos estamos hechos de palabras, estamos atravesados por voces que vienen de siglos, que hemos heredado de padres y abuelos y que debemos transmitir a nuestros descendientes, palabras que se conservan de manera oral pero sobre todo de manera escrita”.
El lenguaje, dijo, es capaz de responder con sentido a lo que se le pregunta, es creativo, establece una respuesta siempre nueva ante las interrogantes.
“¿De qué manera logramos que el lenguaje se transmita, conserve, recree?”, cuestionó.
Y la respuesta fue: “Por medio de la lectura”.
“Hay que dotar a los estudiantes de instrumentos racionales para que puedan desarrollarse por sí mismos, se puede alfabetizar a un pueblo pero eso no lo convierte en lector. Quien lea debe comprender lo que lee”, dijo.
Propuso que en el salón de clases alumnos y maestros lean, que haya una hora de lectura al día, en el que se lea primero en voz baja y luego en voz alta los libros para que compartan experiencias.
“No propongo talleres de lectura, sino que el mismo salón se transforme en un campo abierto a la comprensión lectora, cada alumno podría llevar un libro que compartiera y al cabo de cada ciclo escolar todos habrían leído el mismo número de alumnos, sean 20 o 10”.
No sería caro y propuso además que se dotara de libros a las aulas.
La promoción de cultura, un reto permanente
Promover la cultura en Sinaloa desde la sociedad civil es un reto constante, aseguró Leonor Quijada.
“Yo aquí he sobrevivido un concierto, y el montaje y la producción de un concierto que toda la gente coreó y cantó y salieron felices y para nosotros significó un desgarramiento y un boquete enorme económico”, dijo.
“Creo que el futuro de nuestro ámbito depende en parte de que agentes, instituciones y todos los actores culturales estemos capacitados y preparados para vencer y sobrevivir a muchos de los retos que se nos presentan, que hagamos muy bien hoy lo que nos toca”.
El reto más importante hoy en día, apuntó, está en la sociedad, que es heterogénea y compleja, porque acaba de pasar por una pandemia y tienen a la mano contenidos digitales, poca lectura.
Lo que hay que hacer, añadió, es generar más acciones culturales donde está la gente y capacitarlas para que ellos mismos las lleven a cabo.
Quijada Franco dijo que el reto es lograr la asociación del gobierno, la empresa y la sociedad civil no solo en la capital sino en cada rincón.
“Es necesario motivar y fortalecer la participación de todos en la vida cultural del estado, la de los artistas y la sociedad civil, incluso despertar el interés de voluntarios, que en otros países es toda una cultura”.
Los compromisos y acciones del gobierno estatal
Juan Avilés Ochoa destacó que la vida pública está regida por las leyes y si no se respetan las cosas no funcionan y en materia de cultura hay una Ley Estatal.
Aseguró que el gobernador es culto, sensible y escritor e hizo compromisos en los temas de cultura.
Informó que este año no se entregará el Premio Sinaloa de las Artes porque se va a renovar y los próximos cinco años de su gobierno se dará con un jurado más amplio.
“Otro asunto que tal vez sea una de las debilidades de la ley, es que en los municipios no hay muchas obligaciones en materia de cultura, donde no hay una política cultural definida y a lo largo de este año ha habido una actividad importante, como en el Festival Estatal de Cultura que llegó a los 18 municipios”.
Detalló compromisos, como la descentralización, vinculación con el sector educativo a través de las 160 bibliotecas y 250 salas de lectura que fueron dotadas con 50 mil títulos.
La capacitación musical, añadió, se da en la Escuela de Música del Isic, que es una verdadera universidad de artes, aseguró.
Al final prometió tomar nota en torno al Concurso Internacional de Canto.
Los retos del quehacer teatral
Juan Mendoza recordó que un proyecto entrañable al dirigir la Compañía de Teatro de Calle, generar un espacio en el que jóvenes actores pudieran aspirar a una fuente de ingreso y trabajo.
“El teatro siempre me ha interesado, me gusta esa posibilidad de encarnar ese elemento de roles, lo ficcional. Cuando viví el teatro de calle me encontré con un aspecto fuerte, visitar zonas de nuestra geografía regional y convivir”.
Recordó que hace algunos años pensó que le gustaría que Sinaloa fuera un lugar en el que los niños pudieran ser partícipes de un acto estético, en cualquier rincón.
Y después de varias décadas de compañías, grupos, en dónde están esos públicos que deben sostener a los estudiantes que hoy se forman en escuelas y universidades, cuestionó.
“Juntos imaginemos, creemos y construyamos un sentido crítico, formar esa empatía crítica como medio de cohesión social”.
Reconoció que después de tantos años de creación teatral, los creadores dependen de las instancias públicas porque no han logrado formar un público.
“En nuestro estado tener un futuro como creadores, sin tener que seguir yendo al mismo lugar porque no hay dinero que alcance... Sumamos que las escuelas toman a los jóvenes para hacer de manera gratuita presentaciones, trabajos que los egresados podrían hacer y generar una fuente de ingreso”, señaló.
Vivir de las artes escénicas se vuelve complicado, si la competencia son las propias instancias de cultura del estado que desde la gratuidad ofertan cultura y mandan mensajes a los espectadores que ahí se presentan espectáculos gratis y para qué pagar, dijo.
“Dignifiquemos el trabajo, al público para asistir a los teatros, hay espacios escénicos de los espacios cuya manera de sobrevivir es muy variada, porque reciben apoyos de instancias, porque se las ingenian para traer ingresos o por la bolsa de los que participan”.
Propuso tener una ley de espacios independientes que contribuya a su formación y gestión, como hay muchos en la Ciudad de México.