Recrea Santos López Leyva el Mocorito de sus recuerdos
Al presentar su libro “Mi voz desde La Voz del Norte”, Santos López Leyva comentó que en este volumen recrea sus andanzas por el magisterio, desde la primaria a la universidad, así como sus evocaciones y recreaciones de su natal Mocorito, a través de cierto número de colaboraciones que escribió para la revista quincenal La Voz del Norte, de ese pueblo mágico.
El libro fue comentado por Juan Salvador Avilés Ochoa, director general del Instituto Sinaloense de Cultura, ambos mocoritenses, y presentado en el patio del Centro Sinaloa de las Artes Centenario, en un acto concurrido, además de familiares, sus amigos en el magisterio, con quienes al final departió en amena charla en la que los temas fueron la enseñanza y Mocorito.
El libro, cuyo título alude a las colaboraciones de López Leyva en la publicación quincenal La Voz del Norte, realizada por un puñado de ilustres mocoritenses para revivir aquel periódico de la época porfirista que fundara el profesor Sabas de la Mora, por invitación la señora Katty Sosa Leyva, responsable del Centro Cultural José Ley Domínguez, en ese pueblo mágico.
Aceptó, aunque acostumbrado a publicar solo en revistas académicas, y cuando ya tenía cierto número de publicaciones, Avilés Ochoa le sugirió integrarlas en un libro, que es el que presentó la noche de este miércoles, editado por el Isic.
La presentación fue precedida por el canto de su nieta, la adolescente Samantha López, quien interpretó con bastante soltura los temas “Aquí te voy a esperar”, de la autoría de su abuelo, y “Ningún amor”, de Gloria Estefan.
López Leyva comentó que su ascenso por el magisterio fue espontáneo, pues estaba trabajando en el campo cuando llegó a él Jesús Manuel Ibarra Peiro y lo invitó a inscribirse en unos cursos para dar clases en una primaria, en Caitime, y de allí se lo llevó a Guamúchil Viejo el profesor Regino López Acosta, y a secundaria lo invitó Celestino Martínez de la Rosa, mientras que a la Universidad ingresó cuando el ingeniero Eduardo Franco le dejó “encargada” su clase de matemáticas para irse de candidato a la rectoría de la UAS y al triunfar, López Leyva ingresó como docente a la UAS.
Con el subtítulo “Narrativa académica y vida cotidiana de Mocorito”, este libro aborda su paso por la vida académico que lo ha llevado a dar clases hasta en China (“yo la di en inglés pero no sé si me entenderían”, dijo con buen humor) y muchos aspectos de la vida cotidiana en el Mocorito que le tocó vivir, desde las viejas fonderas del mercado, sus profesores, la industria del huarache, de la yunta de mulas al tractor, e incluso de cuando la gente del “Ceja Güera” asaltó los dos bancos de Mocorito el mismo día.
Comentó que el trabajo se divide en tres partes, la primera se refiere a su formación académica, la segunda sobre Vida y sociedad en Mocorito, y la tercera sobre Espacio de trabajos y temas de interés.
A hacer los comentarios, Avilés Ochoa dijo que “su libro le aporta a la historia de Mocorito y confirma la sentencia que dice que hay muchos Mocoritos, pues el suyo es distinto y a la vez complementario del Mocorito de Enrique Peña Gutiérrez, Ramón Velásquez Esparragoza, Amado Medina Jiménez o de David Rubio por ejemplo”.
Indicó que López Leyva le dedica un buen número de estas paginas a la historia de Mocorito; su economía, su historia reciente, el cine, el futbol, los personajes entrañables, y no nos sorprenda que estos sean numerosos, y por supuesto, la comunidad donde él nació y vivió, el Rincón de los Santos; más allá de la nostalgia, lo que domina es la visión del académico que habla de las actividades económicas lo mismo que de los puestos del mercado, del cemento Portland, de la producción de cal y de huaraches.