Recrea Danza Joven de Sinaloa el ritual de la muerte en Dormiré
La muerte es un espacio del que venimos y al que vamos, esa es la premisa de la coreografía Dormiré, con el que la Compañía Danza Joven de Sinaloa se une a la celebración del Día de Muertos.
Se trata de un ritual estético que evoca el camino al descanso, el gran salón donde esperan los abuelos, los amigos, los amores que habían quedado en el recuerdo y en esos instantes congelados por las fotografías.
Es una creación colectiva, en coreografía, interpretación y producción, de la compañía que integran Edylin Zatarain, Mario Edén Cazares, Tiffany Orozco, Maximiliano Corrales, Berenice Arias, Carlos Zamora y Nina Zamora, cuya música se basa en la canción cardenche “La Noche llegará” a cargo de Los Cardencheros de Sapioriz.
Son cantos tradicionales del desierto de Sonora que su letra evoca esa noche que llegará donde dormiremos para no despertar y a la que hay que entregarse con amor y no con dolor.
“Al mismo tiempo los sonidos de instrumentos nativos mezclados con el contrabajo y campanas tibetanas nos cantan una melodía que se entrelaza entre los diferentes conceptos con los que convivimos respecto a la muerte”, explicó Carlos Zamora, director artístico de la compañía.
Y la idea, añadió, es invitar al público a ver las fotos de sus seres queridos que partieron, pero también las suyas propias, para verse reflejados en ese humano que está congelado en el tiempo y que cada día cambia.
“Del cual somos completamente responsables del presente y como lo vivimos. Que de esta corta experiencia hay de disfrutar la armonía y el caos”.
En movimiento hay un juego entre la luz y la sombra, que es lo que crea todas las imágenes que están en la mente y los recuerdos.
“Reconocernos como luz pero también como oscuridad será el camino que nos dará ese buen dormir al llegar la noche eterna. O no tan eterna...”.
En la coreografía participa la niña Nina Zamora, hija de Carlos Zamora y Edylin Zatarain, quien puso su creatividad en las ideas, la ejecución de la música, selección de escenas así como algunas intervenciones dancísticas.
“Cómo artista me emociona mucho experimentar y trabajar con la guía intuitiva de una niña que sin ponerle el título de hija la veo como un ser que intenta entender de a poco la realidad que vive y que celebrar la muerte la confronta y le da mucho por preguntar y por responder”, señaló el coreógrafo.
“Ella dice que celebrar el día de muertos le hace sentir que morir es realmente tener una vida más”.
La obra se presentó en el marco de la vigésimo sexta Celebración del Día de Muertos del Instituto Sinaloense de Cultura, en un formato de videodanza.
Y está disponible en la página oficial de la institución en Facebook.
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