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Columna

¿Qué es el sentido común?

Dos cosas no pueden presumirse: la humildad y el sentido común
FACTOR HUMANO
03/12/2022

La educación ha errado.

Pretendemos aportar el estudio del sentido común y que te sea útil, a cambio te agradecemos tu valiosa retroalimentación.

La educación tradicional ha errado al enfocarse en acumular y actualizar conocimientos, es más importante la habilidad para usarlos y encima de ello tener la claridad de ideas para distinguir lo más importante de un asunto y decidir racional y oportunamente.

Hay muchos que leen mucho y saben poco y otros que no leen y saben más, por lo tanto “no leas muchas cosas, mejor lee pocas y ahonda”. Nada suple a la profundidad ni a la claridad de ideas.

Asimismo la habilidad para usar los conocimientos importa más que tenerlos, esto no se enseña en la escuela. Acumularlos a veces estorba en las decisiones rápidas. Hay quienes se esfuerzan en ser sagaces y resueltos.

El sentido común es una sabiduría práctica intuitiva, una lucidez situacional, todos tenemos momentos de lucidez, abarca al ignorante como al eminente.

Asimismo observamos que requiere una mezcla de intuición y sagacidad para captar y simplificar que es lo mejor en un asunto. La reflexión y el análisis lo complementan para sopesar lo importante pero lleva tiempo, el sentido común se luce en la prontitud.

No todos podemos ser sabios

Pero si sensatos, la prudencia sería la sensatez en la toma de decisiones ordinarias. Muchos empresarios sin estudios son exitosos porque son prudentes, desarrollan un sentido común para los negocios, distinto al sentido común del herrero y del abogado, sin embargo hay algo en común en todos ellos. Más adelante lo vemos.

Es mejor combinarlo con los estudios y agregarle algo indispensable: la creatividad. Sumémosle empatía y entusiasmo y la fórmula mejora, pues no solo de razones vive el hombre sino de emociones, las que nos alegran y le dan sentido a la vida.

Los niños nos sorprenden con planteamientos llenos de sentido común al observarnos, entonces no es un asunto de la edad, aunque la experiencia lo favorece.

La prudencia como hábito

La buena noticia es que la prudencia puede hacerse hábito detonando ciertas habilidades claves, un método nuestro lo facilita usándolo exitosamente en la toma de decisiones en empresas y en la enseñanza en maestrías de negocios, se nota un antes y un después.

El sentido común no es una materia, ciertas habilidades intelectuales y la buena disposición lo favorecen pero no lo garantizan. Surge como un sexto sentido.

¿Es posible dominarlo?

Conocerlo y dominarlo son cosas distintas. El intelecto puede conocer cosas difíciles con certeza gracias a la observación y a la reflexión, pero exige condiciones.

Aristóteles sostuvo que la verdad se manifiesta en: 1. El juicio verdadero y 2. El argumento válido del silogismo. El silogismo es la base del razonamiento, usándolo correctamente podemos llegar a lo desconocido verazmente partiendo de lo conocido. Ahora bien.

¿Qué lo hace racional y común?

Aplicar siempre los “Primeros principios”, son el primer fundamento de la realidad; son evidentes por sí mismos, no requieren demostración, son irrefutables y universales, aplican para todo siempre, son 4:

1. El principio de Identidad: cada cosa ES lo que ES, la cereza Es cereza.

2. El principio de no contradicción: El ser ES, el no Ser NO es, algo existe o no.

3. El principio de tercero excluido: una cosa no puede ser una y otra simultáneamente.

Son indispensables, omite el primero y entenderás confusamente y lo dirás sin lógica, como decir vi a una gallina que ladraba. Ellos sustentan la racionalidad.

El 4° Principio: todo ser tiene una razón de ser, no existe por casualidad. S. Agustín como filósofo no le encontraba sentido a los mosquitos cuando lo desvelaban.

Ahora bien nadie puede decir que es experto en sentido común, nadie se salva de la contradicción ni de la irracionalidad. Puede serse muy listo en algo y muy tonto en otra.

Sus operaciones

Enjuiciar verazmente parecer ser el fin del sentido común, para eso detecta, resalta lo importante, compara las opciones, ata cabos y... resuelve. ¿Si parece tan simple por qué es difícil?

Por confusión, por omisión, por complejidad y por deformar la verdad personalmente: las viejas creencias, los intereses, los apetitos desordenados, influye el estado emocional y la enfermedad. La cerrazón y necedad lo ahuyentan.

El sentido común tiene el mérito de hacer más patente la irracionalidad besando la frente con esperanza.

¿Qué lo hace brillar?

Donde se nota la maestría es en la habilidad de escoger los elementos de juicio claves para entender, juzgar y decidir lo más importante en una situación oportunamente. La práctica y la experiencia forman un sexto sentido ¿Todos lo desarrollan?

La antigua Universidad de Salamanca sentenció: “lo que natura no da, Salamanca no lo otorga”.

Creemos que lo más difícil del sentido común no es el buen juicio, sino la congruencia personal que la verdad exige para tener paz.

Ser feliz requiere un gran corazón.