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Las alas de Titika

Protagonista de la Literatura

LAS ALAS DE TITIKA
18/04/2025 12:47

Un domingo festivo en la Alameda, así fue la tarde que se reconoció a Ana García Bergua como a una Protagonista de la Literatura. Sus lectores sabemos que la escritura de Ana es fresca, ligera, limpia, rítmica, jocosa, engranada, con movimientos precisos. Sus peculiares personajes son capaces de las historias más disparatadas, apenas aparecen y los haces tuyos, asumes que los conoces de siempre, mas te dices que nadie había escrito sobre ellos de esa manera, de la manera en la que sólo Ana sabe hacerlo. Las tías de Ana son adorables, recuerdo a la tía Clotilde —tenía una bonetería en el Centro de la ciudad, en su novela La bomba de San José, con la que ganó el Premio Sor Juana Inés de la Cruz— a quien Maite acudía para ahogar sus penas hogareñas y a la vez matar el aburrimiento. O la tía Carina Rizotti, quien a sus ochenta años se vestía de mezclilla, vivía en un pequeño departamento y era cruel con Amatista: “se burló de sus supersticiones. A cambio le habló durante una hora de su agitada vida sexual, consistente en eternas masturbaciones frente a la computadora... Amatista la elegante, que junto con la pata de conejo había recibido de su madre una educación llena de pudores, casi se desmaya” —del cuento Talismán (Leer en los aviones, Era, 2021)—. Acciones sin florituras. Tramas concretas y directas. Igual presenta las situaciones más absurdas en los actos más solemnes y protocolarios.

Intento, como lectora, adentrarme en su mundo creativo y me maravillo del lugar donde la veo plantada, donde nada real ni perverso la distrae, donde la imaginación le toma la mano y la lleva con los ojos abiertos, esos ojos suyos tan despiertos y deslumbrantes. La leo y digo que es única, alejada de las tendencias, su mundo creativo es punto y aparte. Tengo la fortuna de conocer a Ana, un poco fuera de su ser escritural, somos algo así como compañeras de movimientos físicos: “aquí donde nos ven, mañana tempranito estaremos en la clase de pilates” dijo cuando nos tomamos la foto. Digo que ella es su mejor personaje. Es sencilla y despreocupada, sin dobles intenciones; ella es así de transparente y generosa, tal y como escribe. Imagino que siempre está recreando una historia en su cabeza; ella sabe ver la minuciosa belleza en las cosas más rebuscadas y absurdas. Su sentido del humor, su claridad, desenfado, y su profundidad —que no es poca— son su mejor estilo.

Me habría gustado saber qué imaginaba esa mañana cuando le entregaban el premio, cuando sus colegas y amigas contaban sobre ella, sobre sus momentos de vida, o cuando su editor se conmovió hasta el atraganto al hablar lo que es y lo que crea Ana García Bergua. Si yo pudiera decir algo a quienes buscan qué leer y un camino para imaginar el propio, les diría que volteen y descubran el entretejido estético, el universo suelto, ligero y minucioso de una protagonista de la literatura. De quien dicen entraña melancolía y comicidad, sólo dos guiños que bien que nos hacen felices.

Una Protagonista de la Literatura, eso es Ana García Bergua. Eso decía el diploma que le entregaron en el Palacio de Bellas Artes, el último domingo de marzo del que fuimos testigos, en pleno florecimiento de las jacarandas, quienes acudimos a las 12:00 horas, puntuales como suelen ser las entregas en la sala Manuel M. Ponce, del Palacio de Bellas Artes. Sus presentadoras, amigas y destacadas escritoras, al igual que su editor —quien la definió como un animal literario— hablaron esa festiva mañana de las virtudes literarias, los rasgos únicos, la capacidad inventiva y demás brillanteces que posee Ana García Bergua, narradora y ensayista mexicana. Enhorabuena, Ana querida. Tus lectores te hemos reconocido desde que empezamos a leerte. Que vengan más aviones, escaleras, bombas, tormentas, fuegos, hormigas, postales, y más historias en Husos y costumbres. ¡Felicidades!

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