El buen gobierno se nota en muchas cosas, nuestra generación ha sido curada de espanto por repetidas crisis sexenales ¿Cómo superaremos la próxima?
¿Cómo medir a un gobierno?
A fin de cuentas se prefiere a un gobierno por la manera en que impone el orden con reglas claras, da seguridad y gobierna, si aplica la justicia parejo, si establece las condiciones para que la economía y los ciudadanos prosperen, tengan servicios de salud y educación de calidad, si escucha y atiende, da certeza a la inversión privada y extranjera, busca ser competitivo y sobre todo cuando busca el bien común ciudadano.
Se rechaza cuando se corrompe y enriquecen unos cuantos a costa de los demás, cuando es ineficiente y sordo a las exigencias, cuando no gobierna e imperan la violencia, la injusticia, los narcos, la desigualdad y la pobreza, cuando se endeuda más de lo que ingresa, cuando la economía y los servicios empeoran, cuando solo busca concentrar el poder y se cierra al mundo exportador.
Estos son algunos parámetros para medir a un gobierno sin importar su ideología. China es oficialmente comunista pero promueve una fuerte economía de mercado interna y una agresiva competitividad internacional fomentando la tecnología de punta.
México se ha convertido en un país con un presidente cada vez más fuerte en un país cada vez más débil por la desaparición de los organismos autónomos y ahora los ataques al poder judicial quienes han parado las locas iniciativas del presidente, por eso la urgencia que no haya nadie quien le estorbe, lo demás y las encuestas son inventos demagógicos.
El Presidencialismo empeorará
Hemos insistido que el Presidencialismo ha sido un mal constante heredado del PRI y aumentado con la 4t y eso presagia tormentas de todo tipo, pues los narcos, los gobernadores y quien presida terminarán imponiendo a capricho a los jueces no “el pueblo”.
Y si la justicia no se aplica a quienes gobiernan, menos con los recientes cambios a la constitución que limitan los amparos de los abusos del gobierno a los ciudadanos y donde el presidente puede indultar a otros por encima de los jueces, una medida para curarse él mismo, a sus amigos en salud.
La democracia prospera con el nivel del conciencia y educativo de la gente pensante, no en quienes se dejan manipular con las encuestas de opinión orquestadas por el presidente, cuando él no permite que le cambien ni las comas a sus iniciativas, impone gobernadores y le ha impuesto a Claudia gente suya. López no es demócrata y está por encima de las leyes.
Claudia engatusa a la gente que la justicia debe mejorarse cuando en realidad esa no es su intención. Hay gente que la demagogia le sigue endulzando los oídos aunque los lleven al precipicio como el Flautista de Hamelin.
En el fraude más cuantioso y auditado de Segalmex, el extitular Ovalles no ha sido tocado siquiera con el pétalo de una rosa por ser amigo de López, ni otras cabezas en otros casos; vaya ni Claudia encarceló a la encargada por el terrible accidente del metro previsible por falta de mantenimiento, hacerlo le apuntaría a ella misma.
Libre el camino de obstáculos para ejercer el poder a capricho, lo que quedaría es la desaparición del equilibrio de los 3 poderes.
La constante gubernamental
La constante del gobierno no se ha tratado de mejorar la economía, de administrar el gasto público racionalmente, de endeudarse sin comprometer las finanzas públicas, de incrementar la oferta y la demanda interna con precios atractivos, de mejorar la competitividad del país como China, de asegurar la energía, la infraestructura, caminos, el financiamiento accesible, de controlar a los narcos y reducir la seguridad, más la urgente salud.
Ni tampoco la impartición de justicia para castigar la corrupción, vivir en paz, dar certeza y tranquilidad a la inversión privada, atraer la inversión extranjera y abrir nuevos mercados.
Si de esto se tratara el gobierno ya seríamos una potencia económica desde hace tiempo, pero...
¿Por qué no lo somos?
Porque lo político ha prevalecido sobre lo económico y en este sexenio y en el próximo se trata de mantener el mayor control posible en manos de una persona y de su pandilla, por cierto de porros.
México ha sido un arca abundante que ha estimulado la creatividad de los pillos para hacerse pasar por gente respetable para que voten por ellos, estimulados por tanta apatía ciudadana.
Al final no se trata tanto de si son o no socialistas, populistas o comunistas, se trata de mantener al pueblo doblegado para enriquecerse los más posible vendiéndoles una ideología barata y obsoleta.
Argentina tardó 2 décadas en sacudirse el populismo de Kichner porque compró a multitudes que votaban por ellos a cambio de dádivas; no les alcanzó el dinero para importar lo elemental, devaluando más de 1,500 pesos argentinos por un dólar, hace 20 años estaban uno a uno. El populismo es insostenible y sale más caro que lo que regala.
Aquí dado el alto nivel de la deuda extranjera sumada la recientemente contraída de mil millones de dólares, el pago de intereses crecientes y por los altos subsidios de obras faraónicas que no son rentables, por ejemplo el costo real por un asiento del tren Maya cuesta $ 9,600 pesos, muy superior al precio del boleto.
¿Alcanzará el dinero?
Necesitan una clientela para sostenerse con dádivas pero ya una vez afianzados las condicionarán, para las protestas está la guardia nacional.
Ante la pregunta de qué si habrá crisis al final de su sexenio el presidente respondió a la reportera que no, pero que sí es posible en el 2025. Sigue diario las tendencias económicas, esperemos que no haya una crisis de septiembre.
El Señor Mercado lleva dos semanas protestando. El buen gobierno también se nota en la economía.
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