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Saber vivir

Pareja emocionalmente sana

    Difícil tema, pero necesario exponerlo, hablar de relaciones de pareja “sanas” puede dar la falsa impresión de que existen relaciones perfectas, lo cual se aleja de la realidad, con mucha frecuencia. Toda relación tiene sus defectos o debilidades, por la simple razón de que las personas no somos perfectas, una relación saludable es que estén dispuestas las dos personas a trabajar sus posibles debilidades y dificultades.

    Es conveniente mantener presente que las relaciones no son fáciles de construir ni de sostener, y estar atentos y cuidar que no se pasen por alto aspectos importantes de la relación. Un reciente estudio muestra que estar en una relación de pareja sana está asociado al bienestar emocional y general de las personas.

    Las relaciones en general, sexuales, de noviazgo o de matrimonio, tienen el potencial de enriquecer nuestras vidas y añadir bienestar en la vida. Sin embargo, las mismas relaciones pueden causar malestar, incluso puede causar mucho daño. Por lo tanto, debemos protegernos y evitar construir una relación insana o tóxica.

    El primer paso es tener presente que la relación de pareja tal como se dio al inicio va a experimentar modificaciones, y que el “ímpetu desenfrenado” que se vivió en ese momento va a convertirse en algo más estable y rutinario. Una relación más rica y profunda va a surgir en su lugar, y es importante que incluya también la pasión. A lo largo de la relación existirán buenos y malos momentos; olvídate que la relación siempre será de color de rosa.

    Es importante atender los desacuerdos o las diferencias que surgen en el dí­a a dí­a de la relación, si no es posible inmediatamente, al menos no dejar pasar mucho tiempo. Algunas personas creen que las relaciones se construyen solas, haciendo a un lado las dificultades con la esperanza de que se resuelvan solas o ya no molesten en un futuro. La realidad es que una buena relación, una relación de pareja sana, como cualquier cosa en que quieras tener éxito, requiere trabajo y ser atendida regularmente.

    El crear tiempo juntos, es un ingrediente esencial de toda relación de pareja sana. Si una pareja está unida por lo bien que se hacen sentir el uno al otro, debemos esforzarnos por hacer un espacio y poder estar el mayor tiempo posible juntos. Es claro que existen responsabilidades, trabajo, dificultades que hay que atender día con día. Por esta razón, no se trata de que entre más tiempo juntos mejor. Se trata más bien de que existan esfuerzos de parte de cada uno para compartir tiempo de calidad, y que estos esfuerzos sean visibles a cada uno.

    Otro aspecto también muy importante, aprender a convivir con las diferencias, a pesar de que las diferencias, muchas veces son fuente de disgustos o discusiones, el beneficio y la fortaleza para la relación que se obtiene de aprender a conocer los puntos de vista del otro, es realmente inmenso. Es lo que hace sentir a cada uno que realmente es escuchado, que realmente mi pareja está conmigo por quien soy.

    Algo que trato con frecuencia en mi consultorio: no esperar que cambie tu pareja, hay una frase que a mí me trae muy buenos resultados con mis pacientes: “si quieres que tu pareja cambie, inicia cambiando tú”.

    También para lograr una relación sana es: llegar a aceptar que habrá puntos en los que no logren estar de acuerdo, y es ahí donde debemos de aprender a negociar y que las dos partes queden conformes. El reto es mantener la relación en pie a pesar de que puedan existir desacuerdos. Los desacuerdos exigen en cada uno, una capacidad de ceder por lo menos un mínimo, y son una invitación a cada uno de explorar el mundo del otro, y por lo tanto a conocerse mejor. Esto sin duda ayuda a que exista una relación sana en la pareja.

    Tener una comunicación adecuada, la falta de comunicación, es una de las razones por la que muchas parejas tienen dificultades. Un consejo que puede ser útil es el siguiente: 1) adopta una postura de escucha, sin interrumpir y dejando claro que presta atención. Solo escucha. 2) Cuando termine de hablar, trata de resumir lo que dijo, subrayando lo que consideras más importante, aunque no coincidan en qué es lo más importante. Esto ayudará a que tu pareja no adopte una postura defensiva, y favorece el entendimiento o una posible solución.

    Sin confianza, una relación simplemente no se puede sostener. Y si logra sostenerse, es muy probable que se trate de una relación muy conflictiva. La confianza es lo que permite a una persona sentir que su pareja va a estar ahí el día de hoy o de mañana, en momentos difíciles o de celebración.

    Para cuidar la confianza es recomendable tener claro que toda relación merece de entrada un “voto de confianza”. Es decir, que, si no hay razones sólidas para desconfiar del otro, hay que cuidar no mostrar desconfianza. Sin la confianza, no puede existir una relación de pareja sana.

    El tratar a tu pareja con respeto necesariamente genera un ambiente en la relación que favorece no solo el que seas tratado con respeto, sino también que aumente la confianza entre los dos, así como el deseo de estar juntos y compartir tiempo. El respeto es parte esencial del amor, al punto que podríamos decir que sin respeto no hay amor. El respeto tiene que ver con la capacidad de cada uno de tratar a tu pareja como su igual, es decir, no sentir ni pretender que estás ni por encima ni por debajo del otro. El respeto da lugar al interés y la admiración por tu pareja.

    Para que pueda existir confianza en una relación es necesario que exista honestidad. La falta de honestidad puede romper fácilmente la confianza en una relación, conduciéndola rápidamente a una crisis o incluso a una ruptura. Una vez que se rompe la confianza es muy difícil restablecerla. Las parejas más felices son las que se esfuerzan por que la honestidad sea una meta en su vida juntos. La honestidad es una característica esencial de toda relación de pareja saludable.