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Cuento 2020

Marisa Castro escribió durante 10 años para ganar un premio

Se formó como escritora a lo largo de una década su motivación ha sido ganar un premio.

Marisa Castro es ilustradora de profesión desde niña narraba historias con dibujos y de manera oral, su profesión es diseñadora gráfica, a lo largo de 10 años ha participado en el Premio Valladolid a las Letras en la categoría de Cuento, en 2020 ganó el primer lugar con el cuento Tati y la bruja del cerro y en el 2021 llegó a Guadalajara para presentarlo en la FIL, estuvo acompañada en el presidium por la presidenta del jurado Aline de la Macorra.

Marisa Castro mencionó que siempre le ha interesado contar historias, de niña y adolescente lo hacia de manera oral y a través de dibujos y decidió aprovechar esa inquietud para escribir un cuento con el que participaría en el Premio Valladolid a las Letras.

Su formación fue autodidacta, su interés por mejorar sus obras la llevó a leer mucha literatura para niños, a lo largo del año iba armando un cuento que mandaba al Premio Valladolid, en el 2013 y en el 2015 los jurados del certamen le otorgaron menciones honoríficas , cada año escribía un cuento con el aliciente de participar en el certamen, esa constancia fue afinando las cualidades de su escritura.

Reconoció que al principio la influencia de sus lecturas la llevó a escribir historias llenas de fantasía, otros libros la fueron orientando a urgar en su realidad, en sus recuerdos para escribir historias.

$!Aline de la Macorra junto a la escritora Marisa Castro.
Aline de la Macorra junto a la escritora Marisa Castro. ( )

En el cuento con el que ganó Tati y la bruja del cerro surgió de algo que vivió cuando era pequeña, ella y sus padres se fueron a vivir a Tijuana, en el cuento la llama La ciudad de los cerros.

La autora mencionó que ese recuerdo se convirtió en el cuento que ganó, narra la historia de una familia humilde que llega a vivir a La ciudad de los cerros. Aborda valores como la solidaridad, la soledad que tiene una connotación positiva porque le permite a las personas reflexionar y el vínculo afectivo que une a los niños con las personas mayores.

Marisa Castro un día regresó a ese espacio en el que habito de niña y sus recuerdos se agolparon en su mente y su corazón.

“Cuando gane las mención honorífica en el 2013 me tomé más en serio la escritura del cuento, sentía que cada año las historias quedaban mejor”.

En esos 10 años de trabajo constante se convirtió en una escritora, mencionó que ella misma ilustró su propio libro porque su formación profesional es como diseñadora gráfica.

“Las ilustraciones van acompañando al lector y eso hace mas entrañable la lectura de este cuento. Cuando lees calidad en texto y en imagen en la literatura infantil, eso es lo que forma a los escritores porque abres los ojos para construir tu mirada y tu conciencia de escritora”.

Agradeció a sus amigos que la apoyaron leyendo el cuento, aconsejándola y entusiasmándola.

“Es importante ser terco, no rendirse, a mí me costo 10 años lograr ganar ese premio y con mucho trabajo y perseverancia se logro”.