|
Literatura

‘La vida y obra de Nellie Campobello es un misterio’

La escritora Raquel Cota impartió una charla en torno a la autora duranguense, en la Sala de Formación Lectora del ISIC

“Es todo un misterio la vida de la escritora duranguense Nellie Campobello, cuyo verdadero nombre fue Francisca Ernestina Moya Luna, nacida en 1900 en Villa de Ocampo, Durango, y murió en 1986, en Hidalgo, en circunstancias muy misteriosas y condiciones de injusticia, dijo la escritora Raquel Cota.

Al dictar la conferencia Nellie Campobello, una mirada que habla, en la Sala de Formación Lectora del Instituto Sinaloense de Cultura, Cota comentó que adoptó el nombre de Nellie por un personaje de la danza al que admiraba, y Campobello, que viene Campbell, el apellido de su padrastro.

Su madre Rafaela tuvo que trabajar para sacar a sus cinco hijos adelante, y cuando murió, Nellie se fue a la ciudad de México donde estudió ballet y, con su hermana Gloria, puso una escuela de danza en la ciudad de México, la Escuela Nacional de Danza, de la cual egresaron varios maestros que enseñaron danza con el estilo de ellas, una de ellas Rosalba Salazar, de Sinaloa, quien tenía su estudio por Andrade y Leyva Solano, en Culiacán.

Escribió un libro de poemas, Francisca, yo, versos, y su obra literaria es poco prolífica; su forma de escribir era de estructura breve, muy lúdica; su novela Cartucho, su segundo libro, se integra con relatos de la lucha armada en el norte de México, y lo escribe desde la mentalidad de una niña; siempre dijo que su casa en Parral era como un teatro, que se asomaba a la ventana y desde allí veía todo lo que estaba pasando.

Otra de sus características en su escritura es que es escatológica, pues habla mucho de la muerte, pero como una cosa lírica y hace verla como algo sencillo, y su escritura va de lo anecdótico, tipo crónica, memoria histórica, porque ella fue una real observadora de los acontecimientos.

Construía a sus personajes con sobrenombres, como los recuerda de niña, por ejemplo, el coronel Bufanda, el Mugre, Luis el Barillero, el General Rueda, el Ahorcado, La Muleta, y habla de la Revolución en la etapa en que Pancho Villa y Venustiano Carranza se hicieron enemigos.

La narrativa de Campobello no alcanzó a entrar al canon de los escritores de la Revolución porque escribió sobre un forajido como fue Doroteo Arango antes de entrar a la Revolución y se convirtió en Pancho Villa, y al terminar la Revolución, todo aquel que hablara del perdedor o del que se supone no era el bueno, no era bien visto. Además, la novela de la Revolución en voz de una mujer no era válida. Esos y muchos factores más fueron invisibilizando la obra de Campobello.

Escribió además Cartucho. Relatos sobre la lucha en el norte de México (1931), Las manos de mamá (1937) y Apuntes sobre la vida militar de Francisco Villa (1940).

Raquel Cota Morales es docente de profesión por la Escuela Normal de Sinaloa. Hoy, jubilada, es viajera de corazón y admiradora de la historia. Estudió Creación literaria en el INBAL, además de otros Diplomados y Talleres de formación de lectores y narrativa. Tiene una novela con raíces en algún pueblo de Sinaloa, varios retazos de escritura en cuadernos viejos o en las redes.