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Literatura

‘La poesía sirve para iluminar el mundo’: Benito Taibo

El escritor, uno de los infaltables de la FIL, participó en el Salón de la Poesía y calificó al género como el arte mayor de la literatura

“La poesía entra por el oído, se escribe en trozos de papel y sirve para iluminar el mundo”, aseguró el escritor Benito Taibo.

Benito Taibo, escritor, periodista y entusiasta promotor de la lectura, se presentó en el Salón de la Poesía entre porras y aplausos, frente a un público mayoritariamente joven, al que cautivó con su característico estilo desenvuelto.

Durante su intervención no solo leyó su poesía, sino que también compartió anécdotas sobre escritores que lo marcaron profundamente, como Jaime Sabines, Pedro Garfias, César Vallejo, Octavio Paz, José Emilio Pacheco y Efraín Huerta.

Con el desparpajo que lo distingue, Taibo confesó que noviembre siempre lo pone más animado, ya que la Feria Internacional del Libro le genera una sensación única. “Como la que siente una monja al entrar al Vaticano, pero mucho más divertida y con menos gastos”. Añadió que para él la FIL es “una isla de inteligencia, de disenso, de poesía, de palabras, de miradas, de complicidades, en medio de un mar de barbarie”.

Recordó una anécdota de 1957, cuando Jorge Luis Borges ofrecía una conferencia en uno de los ateneos de Buenos Aires. Al finalizar, un periodista le preguntó: “Maestro, ¿para qué sirve la poesía?”. Borges permaneció en silencio unos instantes antes de responder: “Señor mío, ¿para qué sirven los amaneceres?”. Para Taibo, esta respuesta es una de las más bellas que ha escuchado: “Es muy budista, responde con una pregunta. Y, sin lugar a dudas, concuerdo con Borges: la poesía sirve exactamente para lo mismo que los amaneceres. Aparentemente para nada, pero en realidad, sirve para iluminar el mundo”.

$!El público entusiasta le hacía preguntas al autor.
El público entusiasta le hacía preguntas al autor. ( )

Taibo reflexionó sobre cómo la poesía nos hace más humanos: “Nos muestra que el reflejo de la otredad vive en nosotros, y que las pasiones humanas que emanan de ella son un espejo de nuestras propias pasiones”. Además, subrayó que “la poesía entra por el oído”, recordando cómo aprendió a escucharla desde niño, en su casa, durante las sobremesas, y tuvo el privilegio de escucharla en boca de sus autores.

Narró también una experiencia personal en la cafetería del Palacio de Bellas Artes, durante una de las sesiones dedicadas a la poesía joven. Entre el público había una chica muy guapa en la tercera fila. Él, en su habitual desorden, tenía sus poemas escritos en papeles sueltos, servilletas e incluso trozos de papel de baño “porque así se escribe poesía, ¿no? No hay reglas para eso”.

Al encontrar una línea especial, la miró a los ojos y le recitó el poema. “Me aplaudieron muchísimo, y al terminar, me acerqué a ella. Nos fuimos a tomar unas cervezas y, bueno, el resto es historia. Porque la poesía sirve para muchas cosas: iluminar el mundo, conmovernos, hacernos humanos. Pero, sin duda, también sirve para ligar. Sí, poesía mata carita”.

Para Taibo, la poesía es el arte mayor de la literatura: “Es como un alambique, donde las palabras van saliendo muy lentamente: justas, precisas, necesarias”.

Entre los poemas que leyó, el titulado “Maldición” ocupó un lugar destacado.

“Si yo te olvido que se vaya contigo mi memoria. Que las noches se pueblen de insomnios y lagartos. Que mis manos se queden congeladas. Que un terremoto me lo quite todo. Si yo te olvido, que todos los días se conviertan en lunes, que no haya luz, ni asombro ni esperanza. Si yo te olvido, olvidaré también mi nombre, el color de mi pelo, a leer y a escribir, a respirar. Si yo te olvido, que no pueda amanecer más nunca, que el agua se enturbie, que la vista se nuble, que el corazón se pare y vuelva a caminar solo para advertirme, que no debo olvidarte”.

Al final de la charla los jóvenes le regalaron dibujos, stickers y le expresaron cuánto admiraban sus libros y talleres. Muchos corrieron tras él para pedirle un autógrafo, reafirmando la conexión genuina que Taibo logra con su público.