La paz interior, condición de la Felicidad
La paz interior es necesaria para sentirnos felices, no puede encontrarse felicidad en el dolor, pero si alcanzar una paz para soportarlo y bendecirlo.
Los modos de paz
La palabra paz es usada en formas diferentes: 1. la ausencia de guerra o negociar para acabarla, 2. Como un modo para resolver los conflictos íntimos, 3. Las buenas relaciones entre la gente, 4. Como un estado de virtud reflejada en la serenidad y tranquilidad, 5. Como un camino para resolver las desavenencias. 6. Con el uso de la fuerza pública para aplicar la ley a quien la rompe combatiendo la impunidad y complicidad, 7. Incluso armarse para desalentar la guerra, ya que la debilidad del otro la facilita.
Los romanos decían si vis pacem para bellum, “si quieres la paz prepara la guerra”. Los arsenales nucleares han impedido otra guerra mundial, aunque las guerras del Oriente la ponen en vilo constantemente.
La negociación
Al final después de una larga o corta guerra las partes se sentarán a negociar ya sea entre las cenizas humeantes del adversario, o ante el desgaste insostenible de las partes, o ante la violencia imparable como secuestrar y matar a los familiares de los involucrados y cuando otros se benefician, por las amenazas que vendrán con Trump. Pero esa Pax narca ya no será estable ante un estado que se reúsa a atacarla a fondo a los narcos.
Paz y felicidad
¿Qué relación tiene la paz con la felicidad?
Resulta que las personas habitualmente infelices se las ingenian para perturbar la paz de quienes los rodean, una persona que normalmente está en paz rara vez busca conflictos; hay niveles de conflictos hasta llegar a las acciones más graves provocada por los celos, envidias, interés egoísta, venganzas y demás motivaciones cultivadas en la oscuridad del corazón.
La felicidad tiene más reflectores que la paz, pero si observamos la paz es más mencionada y deseada; de un corazón atribulado surgen los sentimientos que quitan la paz. Ella es la condición para que florezca la felicidad.
De una mente perturbada y de un corazón agitado, salen pensamientos y sentimientos conflictivos y acciones desordenadas rompiendo el frágil equilibrio entre las personas, confundiéndola con el cariño. Por eso la violencia entre padres e hijos son difíciles de asimilar, o con el cónyuge, a no ser que se instale la falsa creencia de que el otro no te quiere, mantener esto puede arruinar el amor de las parejas, aunque se tengan evidencias engañosas. Esto daña la sana percepción del otro. Además, el que busca encuentra lo que quiere encontrar.
La certeza de querer y ser querido cuando se cuestiona produce estragos. No lo permitamos a pesar de las inevitables desavenencias, pasemos por encima de ellas.
La vida contemplativa
La paz imperturbable se relaciona con Buda, pero los que estamos metidos en el mundo, queremos a las personas y tenemos intereses, es difícil tener ese tipo de paz. Buda para alcanzarla renunció a sus deseos y apegos, si no los tuviésemos no avanzaríamos ni progresaríamos en las tensiones cotidianas.
La vida activa requiere una dosis diaria de contemplación. Si se descuida resulta muy fácil caer en los continuos desasosiegos y perder nuestra fuerza interna, el motor que nos impulsa seriamente en la búsqueda del bien y de la verdad.
Se ha demostrado que la meditación matutina, una media hora o 20 minutos antes de desayunar en un lugar tranquilo o frente a la naturaleza, cuando el cuerpo y la mente se abren a las verdades y apariencias, dan paz y mejora la salud del corazón.
En una portada del USA Today el director de la cervecería Coors recomendaba a todos sus ejecutivos que meditasen diario. Notó menos conflictos, más productividad, creatividad y menos infartos.
En realidad, la meditación diaria es imprescindible para ordenar la mente, el corazón y los afectos, las cosas esenciales que nos mueven en todo.
Ve por pasos
Si te cuesta trabajo estar calmado empieza con 10 o 15 minutos y aumenta el tiempo gradualmente hasta media hora conforme te vayas enfocando. Vence los impulsos de checar el celular. Acepta y supera tus distracciones. Hay una seria crisis de atención, la gente no suele oírte cuando le pides algo ni te prestan atención.
La gente no pone su corazón en lo que hace. No nos extraña la rotación e insatisfacción del empleado que ha perdido el sentido de su trabajo por estar continuamente distraído. Sin darse cuenta.
La fe es fundamental
Asimismo, muchos estudios serios han demostrado que la gente que tiene fe, que reza, muestra menores niveles de ansiedad y de tensión, tan malos para la salud. La meditación diaria reduce los niveles de cortisol y de otras hormonas que nos afectan.
Tengo la vivencia de mi madre, ante en cáncer muy doloroso en ambos senos con las llagas a flor de piel, cuando llegaba Juanita con dos amigas se encerraban a rezar, al irse le veía la cara sonriente y en paz, ni el Demerol lograba lo que su oración confiada a su Padre le provocaba identificándose con su voluntad, dándole una profunda paz y le quitaba el dolor. Increíble. Su paz le venía desde arriba. “Toda dádiva preciosa, todo don divino, de arriba viene, como que procede del Padre de las luces” escribió Santiago.
La resistencia a los hechos indeseados produce conflictos internos, que quitan la paz.
Esta paz es ajena a los temores, al miedo, a resistirse a lo indeseado, a los apegos, a los conflictos, viene por obedecer la Ley Divina inscrita en el corazón y en la naturaleza. México ha perdido la paz porque aprobó con falsos derechos, abortar y matar inocentes, una de las peores manifestaciones de la violencia. Busquemos el perdón Divino para tener paz.
Haz el propósito de meditar diario a hora fija, lo notarás.
