La OSSLA brinda esperanzador concierto con la Sinfonía ‘Desde el Nuevo Mundo’, de Dvorak
Con la gran Sinfonía No 9, Del Nuevo Mundo, del autor checo Antonin Dvorak (Nelahozeves, 1841 - Praga, 1904), la Orquesta Sinfónica Sinaloa de las Artes brindó una noche de esperanza y optimismo en tiempos de pandemia, a los asistentes al Teatro Pablo de Villavicencio, en un concierto presencial que fue transmitido por televisión y redes sociales a todo el Estado y que provocó una larga fila para ingresar al inmueble.
Bajo la dirección de Miguel Salmón del Real, la Orquesta abrió la noche con las jubilosas notas de la Obertura Carnaval Opus 92, de Dvorak, una pieza que data de 1891, como parte de una serie de oberturas, y se caracteriza por su alegre sonoridad, permeada por frenéticos aires de música popular que evocan, precisamente, el ambiente festivo de los carnavales, que llegaban a todo tipo de personas.
“Este ideal, de llegar a todo tipo de personas, es el que ha tomado la OSSLA en los albores de un nuevo ciclo, de una nueva administración y que es tan cercano al ideal que el Gobernador, Rubén Rocha Moya nos ha transmitido”, comentó Salmón del Real, quien agradeció la presencia del director general del Isic, Juan Salvador Avilés Ochoa, al público fiel y a los miembros del Seminario de Cultura Mexicana.
La Sinfonía No. 9, ‘Desde el Nuevo Mundo fue estrenada en 1893, y la compuso Dvorak durante su estancia en Estados Unidos, usando elementos de la música de los indios norteamericanos y los cantos ‘spirituals’ negros de sur de ese país, para crear una obra significativa por su mensaje de esperanza y el aire de libertad que representó para el autor ese nuevo mundo.
La pieza fue interpretada con vigor, lozanía y brillantez en sus cuatro movimientos (Adagio-Allegro molto, Largo, Molto vivace y Allegro con fuoco) y, aunque no es la primera vez que la OSSLA la interpreta, nunca está de más volverla a escuchar, sobre todo en tiempos difíciles como los que hoy se viven.
El solo de corno inglés del segundo movimiento, encomendado al joven egresado de la Escuela Superior de Música del Isic, Emmanuel Castro Romo, se escucha fabuloso y es muestra del ascendente papel que los jóvenes músicos van tomando al interior de la Orquesta.
El cuarto movimiento Allegro con fuoco es demasiado conocido por el gran público, con sus aires solemnes y explosivos, y fue aplaudido intensamente, entre largas ovaciones al finalizar el programa, y ese entusiasmo fue correspondido con un encore, la entrada de la famosa Danza eslava No. 8 opus 46 en sol menor, del mismo autor, para no desentonar.
Este concierto presencial con entrada libre, duró acaso una hora, y para su realización se tomaron todas las medidas de sanidad ante la pandemia, con uso obligatorio de cubrebocas, filtro sanitario a la entrada, cupo limitado al 70 por ciento de la capacidad en el teatro y sana distancia entre los asistentes.
