La Neurogénesis: Crear nuevas neuronas
Hay un descubrimiento muy simple y sumamente poderoso: tu cerebro es moldeable y está cambiando siempre -lo quieras o no- y eso te afecta para bien y para mal, perdiendo o ganando nuevas conexiones, dependiendo de qué significativas conexiones y redes neuronales hagas al día y que tanto las refuerces con repeticiones, repaso, práctica y sobre todo procurando sentirte bien.
Esto es fascinante, nos ofrece la posibilidad de mejorar e incluso de sanar rompiendo viejos mitos del cerebro. Muchas enfermedades vienen de la mente, son hasta donde entiendo, viejos circuitos neuronales que dificultan pensar positivamente, pero es posible romperlos a través de aprendizaje, nuevas creencias y ayuda.
Al ir perdiendo las conexiones logradas empieza a fallarte la memoria, a perder cosas, a olvidarte de nombres, no atender ciertos detalles o dejar de interesarte. Con los escáneres cerebrales puede verse como se van apagando ciertas áreas del cerebro por el Alzheimer, el consumo de drogas, abuso del alcohol; el estrés crónico conduce a la ansiedad y a la depresión.
La Neuroplasticidad, crear nuevas células donde antes no había, sugiere que el cerebro cambia en respuesta a nuestros pensamientos, sentimientos, al estilo de vida y al ambiente. Hay personas que al sanar vuelven a enfermar al volver al mismo ambiente y estilo de vida que condicionan.
El cerebro cambia en modo químico, estructural y funcional. Hay más cambios químicos entre más se concentren neurotransmisores como la serotonina, asociada al bienestar; entre más redes neuronales hay más intercambio.
La gente que acostumbra meditar diario incrementa la corteza cerebral y la frontal, la materia gris, donde ocurren los saltos de conciencia que detonan el despertar; en cambio quienes sufren estrés constantemente la reducen y aumentan las conexiones de la amígdala que activa la respuesta al miedo.
¿Qué mueve a la neurona?
Dos cosas 1. El estímulo y 2. La repetición. El estímulo puede ser una emoción, un sentimiento, un comportamiento, un hábito, una experiencia; la repetición refuerza las conexiones neuronales, causando la Neurogénesis.
Si dejas de repasar lo aprendido, de practicar, pierdes esas redes y conexiones adquiridas. Un maestro concertista lo sabe muy bien, “si dejo de practicar cada semana, lo nota mi público, si dejo de hacerlo unos días, lo nota mi maestro, si dejo de practicar un día: lo noto yo”.
Los dos hemisferios cerebrales están especializados, aunque interconectados, uno ve lo que el otro no ve creando sesgos inconscientes al predominar uno sobre el otro; varios clientes a quienes le hicimos su Perfil de Dominancia Cerebral hicieron cambios neuronales significativos practicando las indicaciones; un año después comprobamos que habían creado una nueva estructura cerebral, salió en su nuevo perfil, esto les permitió ganar más dejando de hacer otras cosas. Quienes detectan su Dominancia pueden hacer cambios inmediatos si descubren sus sesgos.
Lo emocional es fundamental. Un larguísimo experimento de Harvard de ¿qué hace a la gente más sana y longeva? demostró que frecuentar a los amigos y familiares los protegía más que el deporte y la vida sana.
Las emociones están situadas en el llamado “Cerebro Emocional” o Sistema Límbico que regulan nuestras respuestas emocionales, la memoria y el aprendizaje, interacciona con la corteza cerebral que es la encargada del razonamiento, la meditación, la planificación, la creatividad y la abstracción.
La clave de un aprendizaje significativo es activar y conectar lo que conoces con lo que haces, sientes y experimentas, usando tu cerebro integralmente: la corteza cerebral con el sistema límbico, ambos hemisferios, el cerebelo; cada parte responde aportando lo suyo.
¿Cómo usar el cerebro a favor?
Mejorando nuestra forma de aprender. Solemos retener los conocimientos a corto plazo, amén de 3 grandes enemigos: 1. La falta de enfoque, 2. La superficialidad y 3. La curiosidad excesiva alentada por los celulares. La atención y el enfoque, no solo la memoria, desatan la inteligencia.
¿Te distraes mucho? Las distracciones surgen cuando hay una incomodidad, son impulsivas y se hacen hábito: el hábito de no lidiar con lo incómodo. Si no aprendemos a lidiar esa incomodidad que surge, siempre habrá algo que nos distraerá.
Somos esclavos de lo urgente apagando fuegos por falta de prioridades estratégicas no agendadas. Cualquier cosa que evite el dolor resulta adictivo. Además la vida cómoda predispone a evasiones mayores: drogas, sexo, el alcohol, afán de divertirse a costa del deber. La mamá que enseña a su bebé a lidiar su incomodidad no prestándole el celular, le enseña algo muy valioso: ir aprendiendo a dominarse a sí mismo.
Ejercicio: Para conectarte con tu mente superior siéntate y tócate las rodillas con las manos, cierra los ojos, palméalas repetida y rápidamente moviendo tus pies, para y respira lenta y profundamente tres veces y sentirás tu conexión.
Tu cerebro es siempre capaz de cambiar tu negatividad desconectando los circuitos neuronalmente condicionados por la infancia, el tiempo y ¡rejuvenecer!
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