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"MÚSICA"

"La música nos cura el alma, asegura el director de orquesta Enrique Patrón de Rueda"

"Enrique Patrón de Rueda participa en el programa Conversaciones con Leonor Quijada, trasmitido en el FB de la Sociedad Artística Sinaloense"

Salir al escenario, dirigir a los músicos, entregarse al público ha sido una actividad que ha llenado de satisfacción al director de orquesta Enrique Patrón de Rueda, en 40 años de trayectoria.

Y en estos tiempos de pandemia, poder llevar música a través de las plataformas digitales, es una manera de compartir alegría.

"Nuestra misión es dar alegría a la gente, darle un momento de romanticismo, arrancarles un suspiro, una lágrima, la ebullición cuando es una gran obra. Si no sucede, no lo estamos haciendo bien, si los aburrimos, si somos tan solemnes que flojera", compartió el mazatleco.

"Tenemos esa misión en la vida, especialmente en estos momentos, todo lo que se ve por zoom, por Internet, es darle a la gente una razón para vivir, para seguir luchando, para no entregarse a los malos pensamientos, como me ha sucedido a mí estos días que también estoy desesperado por no poder salir, pero nuestro quehacer nos da ese tratamiento, nos cura el alma".

Enrique Patrón de Rueda participó en el programa Conversaciones con Leonor Quijada, que se trasmite en la página oficial de Facebook de la Sociedad Artística Sinaloense, en una amena charla, llena de anécdotas, e historias.

Dos de los momentos que más atesora tienen que ver con su familia, el primero de ellos fue cuando debutó en Bellas Artes y su papá fue "a fuerza" a verlo.

"Él no creía, pensaba que iba a un festival de fin de cursos y cuando lo vi con la nariz roja, llore y llore para mi fue recordar los años de combate contra él, porque él quería que tuviera una carrera normal, decía que me iba a morir de hambre", compartió.

"Y verlo tan emocionado, que la gente lo felicitaba, en ese momento me sentí muy feliz".

El otro fue un momento triste, reciente, en el Teatro Ángela Peralta, cuando de manera mecánica volteó a ver el lugar donde su mamá (qpd) siempre lo acompañaba.

"Verlo desocupado me dio una gran melancolía, gran tristeza, pero a la vez recordé el montón de veces que ella fue mi más grande aplaudidora".

La preparación

Patrón de Rueda recordó que en en sus inicios le tocó abrirse paso "a trancazo limpio", y poco a poco le empezaron a llegar oportunidades como artista.

Hasta que se le dio la oportunidad de dirigir Gianni Schicchi, de Puccini.

"Una ópera de ensamble, que se mueve en grupo, cantan a la vez y eso la hace complicada. En esa época no le tenía miedo a nada y me aventaba".

Aseguró que la preparación para un director va más allá de marcar 1, 2 y 3, tiene que saber de teatro, de iluminación, conocer los textos y hacer que la música y la escena vayan empatadas. Y sugirió a quienes quieran dirigir, aprender de todo: coros internos, bandas internas, preparar solistas.

"Yo fui maestro interno, manejé las luces, muchos directores me gritonearon porque no entré con la banda a tiempo, pero todo eso es preparación", compartió.

"Ya sé dónde aprendió a gritar", dijo en tono de broma Leonor Quijada.

"Es parte de mi temperamento", justificó entre risas Patrón de Rueda.

El director de orquesta rememoró el trabajo llegó a hacer con Fernando de la Mora, cuando un día se les ocurrió juntar mariachi con orquesta sinfónica.

"Fuimos los pioneros, luego fue el concierto con Juan Gabriel hace 30 años en Bellas Artes, en ese momento fue un proyecto muy audaz, muy criticado, mucha gente trató de impedir que se hiciera, pero afortunadamente se hizo y ese fue uno de los puntos altos de mi carrera", aseguró.

"La experiencia de trabajar con él, ver ese talento en crudo que tenía ese señor para manejar las masas, para componer todo tipo de música ranchera, boleros, lo que se le ocurría. Eso fue un parteaguas en mi carrera. A partir de eso he hecho conciertos con todo mundo".

 

Actitud que abre puertas

Patrón de Rueda aseguró que llegar a un teatro con la actitud de llegar a una casa ajena, se abre las puertas.

"Tienes que seducir a los dueños, a los que viven ahí, para que te traten bien y sientan que no estás invadiendo su espacio, hay que tratar bien a los tramoyistas, maquillistas, eso para mí siempre ha sido importante y se lo aprendí a Plácido Domingo", reconoció.

Como amante de la ópera y de la voz humana, dijo, es una gran responsabilidad apoyar a tantos jóvenes que quieren cantar ópera, pues hay cada vez menos oportunidades.

"La ópera ha sufrido una transición que hay que examinar, cuando yo estaba en la ópera de Bellas Artes había voces para hacer las obras que quisieras, ahora los cantantes en esta época que como nunca tienen cursos, maestros, resulta que están muy jóvenes", señaló.

"Está pasando algo curioso entre la ópera y las voces jóvenes que están esperando una oportunidad. En mi momento me tocó ver debutar a muchas voces, Rolando Villazón, María Katzarava, Fernando de la Mora, que tuvieron oportunidad, y esta generación última está desesperada. Espero que se componga todo y les llegue la oportunidad".

Durante la plática, que duró alrededor de una hora, Quijada destacó en Patrón su estilo romántico para el montaje y adaptación de las óperas.

"Yo sí estoy dispuesto a trabajar una adaptación si tiene sentido y un por qué, pero cambiar el sentido de una ópera, su etapa o época por gusto del director de escena, no estoy de acuerdo, si se desvirtúa la historia, no", apuntó.

"Por ejemplo La Traviata, una gran historia de amor, ella muere de tuberculosis, si no respetas eso, ese círculo de emociones le das en toda la torre a la ópera".

Y ante la pregunta de si estaría dispuesto a hacer espectáculos a puerta cerrada, dado que los teatros será lo último que se abra, una vez que termine la pandemia, Patrón de Rueda dijo que prefiere esperar.

"No sé, todo lo tenemos que ir viendo y acomodándonos a la nueva normalidad. Va a ser muy difícil porque la ópera es un espectáculo de mucha gente, de muchas energías, muy juntas, y se tiene que hacer así, tenemos que esperar a ver qué sucede".

 

"Nuestra misión es dar alegría a la gente, darle un momento de romanticismo, arrancarles un suspiro, una lágrima, la ebullición cuando es una gran obra. Si no sucede, no lo estamos haciendo bien".

Enrique Patrón de Rueda

Director de Orquesta