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"Festival cultural"

"La Maldita Vecindad contagia con su auténtica mezcla de ritmos a los culiacanenses"

"La noche del viernes estuvo llena de mágica, de luces y una mezclas de acordes de trompeta, tambores, batería y teclado, la Maldita Vecindad puso a bailar a los miles de culiacanense que se dieron cita en el Estadio Universitario se la UAS."
19/05/2018 00:32

La noche del  viernes estuvo llena de mágica, de luces y una mezclas de acordes de trompeta, tambores, batería y teclado, la Maldita Vecindad puso a bailar a los miles de culiacanense que se dieron cita en el Estadio Universitario se la UAS.

 La banda oriunda de la Ciudad de México se presentó en la capital sinaloense como parte del Festival Internacional Universitario de la Cultura 2018.

“La Maldita” colocó el ambiente de baile alrededor del escenario, donde niños y adultos escucharon sus temas e incluso algunos jóvenes hicieron presencia en los círculos de baile.

"Que comience la celebración de paz y baile", fue la frase con la que Rolando “Roco” Ortega, vocalista de la banda invitó a los espectadores a unirse en una noche de rock, danzón y ska, entre otros ritmos.

Solín y Bailando, fueron los temas con los que dio inicio la fiesta, seguido de 5to Patio Ska y Mujer, donde “Roco” dedicó esta última melodía a las mujeres e hizo un llamado en contra de los feminicidios.

"¡Esta va dedicada a la Madre Tierra! ¡No más feminicidios!".

Con las manos arriba y dando saltos, el público hizo contacto con sus acordes y en un ritual de manos y vista al cielo dijeron adiós a aquello que aqueja a la sociedad, para continuar con la adaptación del tema Ya lo Pasado.

La fiesta se intensificó con El Tieso y La Negra, momento alegre y de gozo en que los movimientos de cadera se hicieron notar en las gradas, el puente y el campo, seguido por la energía de "Roco" y los demás integrantes de la banda que se desplazaron alrededor del escenario con sus mejores pasos de baile.

El tema Un Poco de Sangre estuvo dedicada a los miles de personas desaparecidas en todo el País.

La velada llegó al éxtasis con la interpretación de Pachuco, donde se vivió un encuentro de emociones que puso a todos a brincar, para ir a un pequeño descanso y culminar con el danzón de Kumbala.