"La Estudiantina, orgullo de Aguacaliente de Gárate"
MAZATLÁN._ A principio de los años 80 del siglo pasado, cuando alguien preguntaba por Aguacaliente de Gárate, una de las referencias era: “el pueblo en donde matan”. Cuando se formó la estudiantina, la gente lo empezó a identificar como “El pueblo donde cantan los niños”.
En septiembre de este año, la Estudiantina de Aguacaliente de Gárate cumple 35 años.de ese pintoresco pueblo del sur de Sinaloa
Recientemente murió el que fuera párroco del templo dedicado a la Virgen de la Candelaria, Monseñor Martín Flores, la ocasión reunió a más de 40 ex miembros de la Estudiantina de Aguacaliente, quienes le cantaron al sacerdote en la misa de cuerpo presente, sus canciones favoritas: El corrido de Mazatlan, Cruz de olvido y Marinero de Mazatlán, en el Templo del Sagrado Corazón de Jesús, en donde fue pastor en sus últimos años de servicio a la Iglesia.
LOS INICIOS
El padre Martín Flores, junto con Pedro Albino Alvarado, fundó en 1984 la Estudiantina de Aguacaliente de Gárate, con la intención de crear una estrategia que les ayudara a hacer comunidad, que los habitantes tuvieran un vínculo estrecho entre ellos a través de un proyecto musical que involucrara a los niños.
Padre Martín Flores.
Pedro Albino Alvarado fue seminarista y tenía conocimientos musicales. Llegó a Aguacaliente de Gárate para hacer sus prácticas pastorales, cuando era el párroco del pueblo el padre Martín Flores, ambos tuvieron la idea de crear la estudiantina.
En septiembre de 1984 iniciaron las clases con una mandolina y 11 niñas.
Con los años las clases de música de se extendieron a los pueblos cercanos al Aguacaliente de Garate, como El Huajote, Tablón viejo, Tablon 2 y El Zopilote.
“En el seminario nos daban solfeo y canto, y nos prestaban instrumentos para tocar, sobre todo guitarra y mandolina; estudié guitarra durante la secundaria y la preparatoria. Nací en Escuinapa y llegué al seminario a los 13 años, salí a los 25 años, estudié toda la carrera del sacerdocio, nada más me faltó la ordenación”, comenta Alvarado.
“El padre Martín anunció en las misas que se iba a formar una estudiantina y que podían mandar a los niños y niñas a estudiar guitarra y mandolina, se acercaron 11 niñas y con ellas empezamos”, recordó.
“Un compañero del seminario me prestó una mandolina y con ella llegué al Aguacaliente, hacíamos un círculo con 11 niñas de primaria, tenían entre 7 y 12 años, cada una duraba cinco minutos con el instrumento, ejercitaban los timbres y los toques, así fueron aprendiendo poco a poco, cada hora les tocaba cinco minutos el instrumento”.
Generaciones de músicos
Por la estudiantina han pasado alrededor de 350 niños y jóvenes del Aguacaliente de Gárate y pueblos cercanos, llegaron a tener 100 canciones en su repertorio y durante años han tocado en Las Mañanitas y la misa solemne del Día de la Candelaria, que se conmemora precisamente el 2 de febrero.
De hecho, este sábado estarán cantando en la misa de las 12:00 horas y participarán en la callejoneada que se realizará en la noche por las calles del pueblo.
Pedro Albino Alvarado, maestro,
En diciembre de 1984, a soló tres meses de formada, la Estudiantina ofreció su primer concierto en la Escuela de la Cruz. Cantaron Noche de paz, Campana sobre campana, Blanca Navidad y Duerme no llores, a esas alturas ya habían conseguido más mandolinas y los niños llevaban las guitarras que había en sus casas.
“El padre Martín consiguió dinero y me mandó a Paracho para comprar 10 mandolinas, para ese momento 11 niñas tocaban mandolina y 14 niños de primaria tocaban la guitarra. Empezaba a dar clases a las 14:00 horas y terminaba a las 21:00 horas, el entusiasmo de los niños era lo que nos motivaba a esforzarnos más”, recuerda.
Poco tiempo después de formada la estudiantina aumentaron la dotación de instrumentos a acordeones, contrabajo y con el tiempo trompeta, hasta hacerla una agrupación musical en forma
“Decidí no seguir la carrera del sacerdocio, la estudiantina es lo que me ha mantenido en el Aguacaliente”, comentó.
El clímax de la Estudiantina
En 1990, la estudiantina tenía 50 miembros, alrededor de 20 mandolinas 20 guitarras, tololoche y acordeones, cantaban a dos voces. Un día los escuchó Enrique Patrón de Rueda, era el director artístico del Festival Cultural Sinaloa, quien expresó: “por qué no me habían mostrado este grupo”, y decidió que cantarían la parte de los niños en la ópera Carmen, con la que se reinauguró el Teatro Ángela Peralta, en diciembre de 1991.
“Ese fue el momento más inolvidable que ha vivido la Estudiantina de Aguacaliente de Gárate; fue al pueblo el maestro Antonio González para preparar a los niños; resultó una experiencia muy importante para los pequeños que la vivieron, con esa ópera vino Cecilia Occelli de Salinas a cortar el listón”, señaló.
“Eso fue en diciembre de 1991, en febrero de 1992 se celebró el Carnaval de Mazatlán “Encuentro de dos mundos”, que conmemoraba los 500 años del descubrimiento de América, a la Estudiantina le dieron un carro alegórico que representaba el mirador de la Sánchez Taboada, cantamos a lo largo del malecón durante dos horas y media las canciones “Amor eterno" y “El Corrido de Mazatlán”.
El orgullo del pueblo
Con tres décadas y media de trayectoria, hoy, la estudiantina es un orgullo para el pueblo del Aguacaliente de Gárate.
“Para todos los integrantes de la Estudiantina fueron experiencias que marcaron su vida, algunos después se dedicaron a la música durante el boom de las bandas de música sinaloense; para muchos otros es uno de los bellos recuerdos de su infancia”, mencionó.
“La muerte del padre Martín Flores reunió a más de 50 ex miembros de la estudiantina para cantarle al sacerdote en su misa de cuerpo presente, en un homenaje por haber sido uno de los fundadores de la Estudiantina”, añade.
Actualmente, la Estudiantina sobrevive con 15 miembros, el maestro Pedro Albino Alvarado sigue dando clases, difundiendo entre los niños y adolescentes el gusto por la música.
Hoy se van a reunir alrededor de 50 ex integrantes en la misa solemne que se ofrece a la patrona del pueblo, la Virgen de la Candelaria, con devoción y para recordar los buenos tiempos.
