La Compañía de Ballet de Mazatlán ofrece gala por su décimo aniversario
Una noche de danza ofreció la Compañía de Ballet de Mazatlán para celebrar 10 años de su fundación, agrupación que ha sido un esfuerzo que ha tenido como principal soporte a la maestra Zoila Fernández. El festejo se realizó en el Teatro Ángela Peralta la noche del sábado.
El espectáculo de su conmemoración estuvo estructurado con nueve pax de deux, que son los duetos en los que una pareja muestra su destreza y expresividad en una obra y una escena con cuerpo de ballet de El carnaval de los animales.
La mayor parte de estos duetos fueron de corte neoclásico, obras que utilizan la técnica del ballet clásico, pero que han sido creadas recientemente, este tipo de trabajos son en los que mejores resultados escénicos tiene está compañía.
La obra Adagio aprovechó la suavidad acompasada y el ritmo de esta forma musical, para crear formas orgánicas con el movimiento de los cuerpos; los solistas cumplieron, ofreciendo momentos en los que la sincronía sedujo el ojo del espectador.
Uno de los duetos que llamó la atención por la expresión y la fuerza con la que está edificada la obra es Spiegel and spiegel, los bailarines Martha Romero y Carlos Cervantes consiguieron un agradable momento por su acertada ejecución.
Otro momento que se destacó esa noche fue el dueto Anónimo en el que Aramara Ayala y Manuel Hernández le dan vida a la pasión de una pareja, con un propuesta que se enriqueció con la técnica clásica que se mezcló con acierto con movimientos que rompieron con lo tradicional en una combinación de gestos, trazos y desarrollo corporal del contemporáneo que le permitió a la pareja un nivel mayor de expresividad.
En la obra A mi, dos hombres ofrecen una propuesta en la que se intenta subrayar el nivel técnico de cada uno de los ejecutantes.
Uno de los elementos que hacen atractiva estéticamente a esta obra es la sincronía del movimiento de los cuerpos, que nunca logran alcanzar los protagonistas.
La compañía es menos afortunada en los pax de deux del repertorio clásico tradicional, que demandan un grado de virtuosismo y que están construidos con lo más rígido y tradicional de la técnica, son obras que han estado tanto tiempo en la escena mundial que tienen códigos tan precisos y ha habido bailarinas que los han ejecutado con un nivel de excelencia que es imposible no comparar, es una prueba de fuego a la que se someten los bailarines de ballet.
En ese sentido, ninguna de las solistas le quitaron el aliento a los espectadores por su desempeño y los varones cumplieron sin sobresalir.
Se interpretaron tres fragmentos de ballets del repertorio clásico tradicional, un pa de deux de Romeo y Julieta y de Corsario, en ambas los solistas no se acercaron a esa estética etérea que define a estás obras y que por esa cualidad las hace sublimes.
Alina Rodríguez fue la bailarina que en su interpretación de Thais se acercó a esa estética por la expresión que el movimiento de sus brazos , torso y piernas consiguieron con su interpretación que deambuló por lo sutil, acercando a los espectadores a esa atmósfera irreal, fantasmagórica que la técnica clásica puede conseguir.
