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"COLUMNA"

"FACTOR HUMANO: ¿Qué es la verdad?"

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FACTOR HUMANO
09/08/2019

Una teoría no se pone de moda por el número de verdades que contiene, sino por el número de personas que se la creen”. Alfred Sauvy.

¿Puede conocerse la verdad con certeza? ¿Es relativa la verdad? ¿Cómo nos afecta? Distinguir con claridad estas cuestiones no es algo trivial. Respondámoslas partiendo de dos realidades innegables: Los seres -personas, cosas- que nos rodean y nuestro conocimiento, distinguiendo algo fundamental de la realidad: los dos modos en que se da eso que llamamos verdad.

 

La verdad Ontológica

 Lo existente, ES, está ahí, unas cosas son evidentes: la mesa, el vaso y otras son desconocidas ¿Cómo es Camboya? ¿Cuántos planetas habitables hay? Existen tantas cosas, como las grandes pirámides de Egipto desde hace 4,500 años, anteriores e independientes de nosotros; nadie en su sano juicio diría que son relativas, que no se pueden conocer, que solo existen en la mente o cerciorarse tocándolas.

Cada SER es real porque existe. Llamémosle con precisión entes, estos son de una manera en particular. Aclaremos, hay entes reales y entes de razón, Superman es un ente de razón, existe solo en la mente colectiva. Una estrella desconocida es un ente real, tiene existencia propia. Los números también son reales.

Distingamos entonces entre realidades sensibles: las que se conocen a través de los sentidos, y las realidades inteligibles: que se conocen por medio de la razón. Los sentidos nos informan primeramente de lo material. En cambio las realidades inteligibles se conocen por la razón. Como las matemáticas, nadie cuestiona su realidad y exactitud.

Entonces ¿En dónde está constituida la realidad de cada cosa existente? En su SER. A la realidad de cada cosa le llamamos la Verdad Ontológica -ontos en griego significa SER- este ser es anterior, independiente del sujeto que las conoce y es infinita.

Cuando Lenin redactó la esencia de la realidad en su Materialismo Dialéctico reduciendo todo a lo sensible y concreto, se encontró con una novedad: en ese momento la Física describía la existencia real del mundo cuántico, invisible a los ojos, su materialismo se desvanecía ante los nuevos descubrimientos.

 

La verdad lógica

 Cuando conocemos algo con certeza, tal como es sin deformarla, conocemos bien. Un puente está bien construido porque los ingenieros calcularon bien la mecánica del suelo. Si hubiese errores el puente se movería. A la adecuación entre la cosa conocida con el intelecto, se le llama la Verdad Lógica. La verdad vista con amplitud implica una compenetración de dos realidades independientes: la cosa conocida y el intelecto. Entre más se adecue el intelecto a la cosa más se aproxima a su realidad, es decir a su SER.

 

Verdad y certeza

 Ahora distingamos entre verdad y certeza. Decimos que algo es cierto cuando concuerda con lo que vemos, experimentamos o sabemos. “Carlos dijo que iba a venir, es cierto, pero la verdad es que no está aquí”. Cierto es lo que se manifiesta, el hecho comprobable “Carlos dijo”. Al conversar decimos “es cierto” y cuando alguien se equivoca lo corregimos. La memoria es fiel cuando se apega a los hechos. Ahora bien la suma de certezas no hace necesariamente la verdad completa. La parábola de los ciegos describiendo cada uno que es un elefante con la parte que toca, el error consiste en reducir el elefante a la parte conocida. Lo subjetivo del conocimiento permite captar certezas que otros no ven ni se imaginan, por eso las discusiones, cada una puede estar en lo cierto pero no en la verdad, la verdad amplia suele estar encima como el vértice del triángulo.

 

El Relativismo

 Afirma el relativismo que “todo es relativo” y que “Nada es verdad, todo es mentira, todo es del color del cristal con que se mira”. La afirmación todo es relativo si lo adviertes, afirma una verdad absoluta y categórica. En lo absoluto no hay cabida para lo relativo. O es absoluto o no lo es. Esto parte de un principio muy elemental de la realidad, el Principio de No Contradicción: una cosa no puede ser una y otra, al mismo tiempo. Es cierto que las cosas pueden verse de innumerables maneras, es cierto que unos conocen mejor, es cierto que muchas cosas condicionan la forma de percibir, enojados o contentos vemos distinto, es cierto que el loco ve cosas que no existen; pero que “todo es del color del cristal con que se mira” se refiere al cómo se ven no a su realidad intrínseca.

Si la verdad fuese relativa ¿Con qué criterios de verdad podría afirmarse o negarse la verdad o falsedad de algo? Imposible. Nos convertiríamos en un inmenso archipiélago donde cada uno tendría su única verdad incomunicable porque el otro la refutaría desde su irreductible punto de vista, esto se multiplicaría. El resultado sería el caos, el descontrol en el estado de derecho, la falta de objetividad para fundamentar el bien y el mal, la relatividad de la moral basada solo en criterios estadísticos o culturales o los “ismos” cambiantes, como lo fue el Marxismo, el Nazismo y ahora la ideología transgénero. Como los ciegos del elefante. El sol de la verdad nos ilumina e independientemente de que color se le ve, él está ahí.

 ¿Dónde está la verdad?

No creamos las cosas al conocerlas, están ahí antes. Cuando Descartes expresó “conozco, luego existo”, se interpretó que las cosas empiezan a existir al conocerlas, al contrario ¡Justo por existir se conocen! Él al confundir la existencia de algo reduciéndola a su conocimiento, introdujo la duda de su existencia; desde entonces se puso de moda cuestionar todo y la mente, no la realidad de cada cosa, pasó a ser el centro de atención. Esto abrió la confusión, sin embargo se avanzó.

La verdad lógica está en la mente cuando conoce con acierto el ser de algo, la ontológica está en el ser de cada cosa. Cuando cobramos conciencia del conocimiento lo elevamos, cuando lo vivimos lo encarnamos.

La realidad que importa está dentro del corazón, más que en el intelecto. Cuando no la integramos surgen los problemas. ¿Qué tanta verdad hay en nosotros? O sea ¿Qué tanto comprendemos en vez de juzgar? ¿Qué tanto amor damos y permitimos recibir? ¿Qué tanto nos respetamos y cuidamos? ¿Reconocemos los errores fácilmente?

Detrás de algunas discusiones que niegan la verdad pueden esconderse actitudes y conductas de las que no se quiere salir.

paulchavz@gmail.com