Expone José Manuel Valenzuela su análisis de las diversas manifestaciones juveniles de los 60
José Manuel Valenzuela Arce hizo un análisis de manifestaciones juveniles, en diferentes contextos y también con distintos protagonistas, e hizo varios ensayos y entrevistas que plasmó en su libro Voces divergentes: Jóvenes, resistencias y narcocultura.
El escritor presentó este libro en el escenario principal de la Feria del Libro de la Universidad Autónoma de Sinaloa, ahí, con sus propias palabras desmenuzó el contenido de su obra, pero es tanta la información que recopiló, que en una hora que duró la presentación no le fue suficiente para explicarlo todo.
Valenzuela Arce es un hombre elocuente, que registra muchos datos duros en su memoria, y hasta letras de canciones y corridos, tanto actuales como de antaño.
Durante la presentación habló sin parar, no daba oportunidad al público de entender una idea cuando ya pasaba a otra; pues en momentos estaba hablado del fenómeno que fue Tin Tan en vida y de inmediato estaba explicado una entrevista que le hizo a Celso Piña sobre los jóvenes “cholos” que disfrutan del vallenato, pero luego se regresaba al norte de México y la frontera con Estados Unidos para hablar de la resistencia y los cambios de la comunidad de jóvenes “pochos”.
En Voces divergentes: Jóvenes, resistencias y narcocultura, que fue público por la editorial de Secretaría de Cultura, Colección Intersecciones, en 2019, el autor habla sobre los jóvenes del norte del año 68, en los que se adoptó el término “pocho”, un palabra que en Sonora tiene un connotación de cortar y arrancar de su lugar, y que hace referencia a cómo los jóvenes fueron cortados del territorio mexicano para formar una nueva comunidad en Estados Unidos.
Por otro lado, también Tin Tan sirvió como un referente de los jóvenes de resistencia, y los periodicazos que recibió Tin Tan fue “como una voz divergentes de los pachucos”.
Según el relato del autor y de la comentarista de este libro, Guadalupe Friné Lucho González, la obra también contiene un espacio dedicado a Carlos Monsiváis, quien “es otra de las voces divergentes. Analice su obra como un homenaje después de que él falleció”, dijo Valenzuela Arce.
Y finamente, en contraparte con la entrevista con Celso Piña y las historias de los “cholos que se cuentan en el vallenato”, viene un apartado donde se analiza a la narcocultura, pero “no es de Chalino (Sánchez), no es el movimiento “ondeado”, es “Si entendemos como narcocultura como una combinación de procesos”, en la que los narcocorridos forman parte importante.
El autor hizo un análisis de la evolución de los narco corridos, e incluso dijo fue inútil su prohibición en Sinaloa con Francisco Labastida y luego con Malova.
Dijo que si se les pone lupa, se puede comprender cómo La banda del carro rojo o Contrabando y traición, son corridos que siguen teniendo metáforas para evidenciar algunos actos corruptos y la protección del gobierno, es decir, que no lo ponen tal cual, pero sí con frases que lo dan a entender.
Pero ya, con los corridos de Los Tucanes de Tijuana empiezan a dar nombres y a hablar de manera directamente, sin usar metáforas. Incluso, se vino un poco a la época actual y citó “Con cuerno de chivo y bazooka en la nuca, volando cabezas a quien se atraviesa somos sanguinarios, locos bien ondeados. Nos gusta matar”, una estrofa del corrido de M1, y que dio como ejemplo para decir que ahora los corridos son muy crudos y textuales, y que en ellos también los protagonistas son la nueva era de jóvenes.
Por último, y para cerrar la presentación, citó a Charles Manson, diciendo que “los jóvenes no necesitan consejos, necesitan que los escuchemos”.